A cinco días de las elecciones legislativas del 26 de octubre, Javier Milei decidió bajarse del cierre de campaña de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires, el distrito donde se disputan 35 bancas clave en Diputados. La medida, que también incluye suspender su presencia en actos del conurbano bonaerense, responde a un intento de “control de daño” frente a encuestas internas que lo muestran hasta ocho puntos por debajo de Unión por la Patria y Provincias Unidas. En la Casa Rosada admiten en off que el objetivo es apenas “achicar la diferencia” para evitar un golpe político que debilite aún más su posición en el Congreso.
El detonante fue el acto previsto en Ezeiza, que iba a ser el cierre bonaerense de LLA junto al candidato Diego Santilli y que finalmente se canceló. Según fuentes del oficialismo, Milei “se bajó” para concentrar sus esfuerzos en otras provincias.
El contexto es crítico. Buenos Aires, bastión histórico del peronismo, se volvió terreno hostil para el Presidente. “Evitar errores no forzados y no mostrar poca convocatoria”, resume un asesor, en alusión al desgaste en el conurbano. Incidentes como los choques en Tres de Febrero –donde una militante persiguió a fotógrafos con un cuchillo– y los escraches en Lomas de Zamora y Moreno reforzaron la decisión. A eso se sumó la salida de José Luis Espert, vinculada al escándalo con el narco Federico “Fred” Machado, que obligó a reimprimir boletas y dejó al descubierto fracturas internas.
En el conurbano, las políticas de ajuste de Milei –con recortes a jubilados, discapacitados y estudiantes– generaron un rechazo profundo. “El humor social es de decepción y desconfianza”, advierten analistas. Escándalos como la detención del candidato Ignacio Contreras por violencia doméstica, el triple crimen ligado a Pablo Laurta o los audios de Santiago Pauli pidiendo aportes forzados al partido agravaron la crisis. En Río Negro, una visita fue cancelada tras la investigación a Lorena Villaverde por tráfico de cocaína en EE.UU. “Milei es inmune a los datos”, ironizó el diputado Daniel Arroyo, aludiendo a su negación frente a la pobreza o los vínculos narcos.
Desde LLA admiten que la derrota bonaerense es inevitable. Santilli seguirá al frente de la campaña, acompañado parcialmente por Karina Milei y Sebastián Pareja, mientras el Presidente priorizará actos en Córdoba y Rosario. Entre rumores de devaluación y tensiones internas –como la posible salida de Gerardo Werthein–, el clima se enrarece.
En otro reportaje, Milei fue consultado sobre cuál sería un buen resultado el próximo domingo, jornada en la que los argentinos votarán diputados en todo el país y senadores en ocho distritos. “Uno que me asegure un tercio en la Cámara, que es una pared de defensa”, respondió el Presidente, en alusión a la cantidad mínima de legisladores necesaria para sostener los vetos presidenciales a las leyes opositoras, un punto débil de su gestión durante 2025.
En el conurbano, donde apenas aspiran a empatar en cuatro de nueve secciones, su ausencia puede costarles caro. El “control de daño” llega tarde y deja a un líder que alguna vez movilizó multitudes, hoy sin voz ni convocatoria.














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