Wednesday 17 de April, 2024

RESTAURANTES | 19-03-2023 00:33

Un desprejuicio delicioso

MN Santa Inés. Avalos 360, La Paternal. 11 5848-6888. De martes a domingos, 12:30. Sábados, domingo y feriados con reserva. @mnsantaines. Precio: $ 2.500.

La cocina porteña es una cocina de inmigrantes, de los que bajaron de los barcos, sobre todo italianos y españoles, y hoy, un siglo y pico después, de muchas otras inmigraciones: peruanos, venezolanos, colombianos, senegaleses, chinos, y japoneses entre otros. Las nuevas generaciones de gastronómicos crecieron atravesados por todas estas influencias, y además con muchos menos prejuicios sobre lo que tiene que ser nuestra cocina. Así es como hoy es posible encontrar un restaurante como Santa Inés, en pleno barrio porteño de Paternal.

Su cocina es imposible de encasillar. A su dueña, la histriónica y talentosa Jazmín Marturet, le encanta imaginar qué preparan las abuelas en cualquier lugar del mundo, tomar sus recetas, y combinarlas entre sí sin censurarse. Un ejemplo entre muchos (la carta cambia cada luna menguante y creciente -nada místico detrás de esta idea, simplemente un MN Santa Inés. Avalos 360, La Paternal. 11 5848-6888. De martes a domingos, 12:30. Sábados, domingo y feriados con reserva. @mnsantaines. Precio: $ 2.500. Un desprejuicio delicioso modo creativo de cambiar cada aproximadamente 15 días) es un plato como el Tex Mex, que tiene pasta (Italia), brótola en tempura (Japón), y una gran cantidad de ingredientes típicos mexicanos: choclo, porotos, jalapeños, lima, cilantro, tortillas fritas, ralladura de lima, tajín ahumado. La pasta es una de las especialidades de Jazmín pero puede servirla como en el plato recién descripto o con una clásica salsa frutti di mare. No hay reglas.

La cocina es desprejuiciada, poco convencional, ecléctica y siempre deliciosa. Los platos hablan por sí solos: kofte (“albóndigas” turcas) con trigo burgol, lechuga criolla y remolachas; cachapa de maíz (una especie de arepa venezonala) con carne mechada y crema ácida picante; y ensalada de distintos verdes con jamón crudo, duraznos asados, nueces, apio, arándanos y naranja. De postre nunca falta la pavlova con frutas de estación.

El lugar condice con la filosofía de la casa. Es una vieja panadería de barrio cuya fisonomía conservaron, ambientada de modo pintoresco, con vajilla familiar, objetos varios, obras de artistas del barrio, etc. Los platos son abundantes y los precios muy amables.

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Cayetana Vidal Buzzi

Cayetana Vidal Buzzi

Crítica gastronómica.

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