Hoy resulta imposible concebir una película sin música. ¿Cómo sería la famosa secuencia de la ducha en Psicosis sin las estridencias de las cuerdas que imaginó Bernard Herrmann? ¿Causaría el mismo interés la llegada del sacerdote en El exorcista sin los sonidos creados por Mike Oldfield, cuando apenas tenía 17 años, para su disco Campanas tubulares? Es que está comprobado que la música activa los sistemas de recompensa del cerebro y se libera dopamina, lo que induce cambios fisiológicos como cualquier otro estímulo emocional. No sólo sirve para enlazar escenas, reforzar ideas e imágenes, acentuar un clima, anticiparnos la aparición de un personaje o generar una determinada atmósfera, sino que genera recuerdos que nos transportan a momentos alojados en nuestra memoria. En definitiva, nos hace revivir emociones.
Historia
Se dice que en época del cine mudo los proyectores producían un ruido infernal. Esto motivó que comenzaran a adaptarse melodías para acompañar las películas, hasta que reconocidos compositores, interesados en esta nueva forma artística, empezaron a escribir música original a partir de las escenas que se veían en la pantalla.
Sólo en Norteamérica, donde la industria crecía aceleradamente, llegaron a existir más de 500 orquestas que se presentaban en las salas de mayor categoría, mientras en biógrafos de barrio o pequeños pueblos esta tarea recaía en manos de entusiastas pianistas.
Se considera que Camile Saint-Saëns y su partitura para la cinta El asesinato del duque de Guise, de 1908, es el primero de una serie de compositores que consagraron su ingenio a esta tarea. Otro artista reconocido como Erik Satie, escribió las notas para Entreacto, dirigida en 1921 por el notable cineasta francés René Clair.
La llegada del cine sonoro aceleró aún más el desarrollo de la actividad musical, aunque es llamativo que consagrados directores no terminaban de aceptar el empleo en sus filmes. Luis Buñuel, por ejemplo, decía que: “Se trata de un recurso fácil que además juega malas pasadas”. El mítico John Ford, especialista en westerns, declaró: “No me gusta ver a un hombre en el desierto, muriéndose de sed y la Orquesta de Filadelfia sonando por detrás”.
Por fortuna hubo otros realizadores con diferente sensibilidad y visión que no sólo aceptaban las nuevas reglas de juego, sino que las incentivaban e hicieron un uso excelente de este recurso en sus trabajos, como Víctor Fleming, Frank Capra, William Wyler, Stanley Kubrick, Akira Kurosawa, Federico Fellini, Alfred Hitchcock, Louis Malle, Luchino Visconti y tantísimos otros.
Adelantado
“Me gusta dirigir mi música en conciertos porque estoy convencido de que no es sólo para películas; tiene vida propia”, afirmó el destacado músico y director de orquesta italiano Ennio Morricone. Autor de más de 500 bandas sonoras para clásicos como Por un puñado de dólares, El bueno, el malo y el feo, Sacco y Vanzetti, Novecento, La Cosa, La Misión y Cinema Paradiso, recibió un Oscar honorífico en 2007 “por sus magníficas y polifacéticas contribuciones en el arte de la música de cine” y ganó otro por Los ocho más odiados, de Quentin Tarantino, en 2016.
Fue un pionero en el modo de componer para el cine al introducir herramientas como gritos humanos, silbidos, ladridos, golpes y hasta latigazos, combinados con instrumentos formales y todo un adelantado en sacar la música del ámbito cinematográfico e instalarla en salas de concierto. Son célebres sus presentaciones en la Arena di Verona, la Piazza San Marcos de Venecia, el Royal Albert Hall de Londres y en diferentes teatros de ciudades europeas y americanas como Santiago de Chile, donde se presentó en tres ocasiones diferentes frente a un público entusiasta.
“Creo que Ennio Morricone, John Williams, Nino Rota, Hans Zimmer, Alan Silvestri, Jerry Goldsmith y tantos otros que hicieron y hacen música para películas, son los compositores clásicos de hoy día”, asevera Ángel Mahler, quien lleva adelante la iniciativa Paramount in concert, que se presentará el 1 de abril, en el Luna Park. En el mismo ámbito, su hijo Damián, condujo “ET (el extraterrestre) en concierto”.
Experiencia
The Walt Disney Company, más conocida popularmente como Disney, es el conglomerado de medios de comunicación y entretenimiento estadounidense más grande del mundo. Fue fundada por el legendario Walt Disney y su hermano Roy O. Disney, en 1923 y desde un comienzo la música tuvo una importancia capital en sus producciones. A tal punto que entre 1929 y 1935 se desarrollaron 75 cortometrajes musicales de la serie animada Silly Symphony (Sinfonías tontas) donde por primera vez apareció el Pato Donald, en 1934.
Con el paso de las décadas, se incluirían canciones originales en los films de la empresa y así numerosos cantantes, como Elton John, Ariana Grande, Luis Miguel, Ricky Martin, Phil Collins, Christina Aguilera y tantos otros, registraron sus voces en destacadas bandas sonoras.
El centenario de Disney será motivo de celebración en nuestro espléndido Teatro Colón, con funciones de “Disney 100 en concierto”, del 10 al 23 de febrero. Se trata de un espectáculo con canciones icónicas como “Un mundo ideal” de Aladdín, “No se habla de Bruno” de Encanto, y “De nada” de Moana: Un Mar De Aventuras, entre muchas más.
“Es la quinta colaboración que Disney realiza con el Teatro Colón en Buenos Aires. Todas las propuestas de música sinfónica que hemos hecho hasta el momento demuestran la fuerza de la conexión con las audiencias, considerando que cada una ha tenido historias y personajes que han marcado a muchas generaciones a lo largo de los años. Se trata de espectáculos que apuntan a generar una experiencia distinta que le permita conectar al público no solo con la marca, sino también con la música sinfónica”, explica Rocío Sappia, Manager Marketing Live Entertainment, Music & Cinema Partnerships de The Walt Disney Company Latin America.
La propuesta, todo un éxito en sus ediciones anteriores, genera tanto entusiasmo en la audiencia y agota entradas de manera tan vertiginosa que se decidió salir de gira por varios países de América Latina (Uruguay, Chile, Colombia, Costa Rica) que esperan con ansias el show. “Este año ofrecemos el 23/2, una función distendida adaptada para que personas neurodivergentes puedan disfrutar del concierto con estímulos reducidos”, expresa Sappia.
La Orquesta Académica del Teatro, será dirigida por el brasileño Thiago Tiberio, todo un especialista en estas lides ya que dirigió más de 30 veces este tipo de conciertos. “El mayor desafío es coordinar la orquesta con el escenario, cantantes, bailarines y con la pantalla, haciendo lo mejor para que todo suene lo más excitante y hermoso posible. Con tantas funciones convergiendo en una persona sola, dirigir conciertos tan complejos es un real desafío”, cuenta.
La puesta en escena es del director y régisseur Peter Macfarlane, quien tiene a su cargo 30 artistas entre cantantes, bailarines y acróbatas. “El elenco trabaja para crear situaciones propicias para mantener la magia y la fantasía en todo momento. Predominan los colores, la estética y todo aquello que contribuya a mantener el excelente nivel que significan Disney y el teatro Colón. Hay que estar atento a cada detalle por más pequeño que sea. Nade debe quedar librado al azar”, concluye.
Iniciativas
De la saga de Harry Potter, llegará el episodio "La piedra filosofal", también al teatro Colón, los próximos 24 y 25 de febrero. Se verá la película subtitulada con la interpretación en vivo de la partitura de John Williams.
Justin Freer, presidente de CineConcerts y productor de la serie de conciertos cinematográficos de Harry Potter, explica: "Harry Potter es un fenómeno cultural único que sigue deleitando a millones de fans en todo el mundo. Nos complace enormemente brindar a los fans la oportunidad de experimentar las galardonadas partituras interpretadas en directo por una orquesta sinfónica, todo ello mientras se proyecta simultáneamente la entrañable película en la gran pantalla. Es un acontecimiento verdaderamente inolvidable".
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