Como las mejores historias, la de Leslie Cavendish empezó por casualidad. Fue por la década del ‘60 que el entonces joven peluquero recibió una propuesta que le cambiaría la vida: cortarle el pelo a Paul McCartney. A partir de ese momento se convirtió en una de las figuras más importantes en el mundo de la moda: el peluquero de Los Beatles.
“¿Querés cortarle el pelo a mi novio?” le había dicho Jane Asher, la actriz que por ese entonces acababa de participar en la película “Alfie”. Se había quedado tan impresionada con la técnica de Leslie (que no era su habitual estilista) que lo citó en la mansión de McCartney en la Avenida Cavendish 7. “Qué casualidad. Mi apellido es Cavendish”, le había dicho el entonces joven peluquero y bromearon sobre cómo se trataba del destino.
Ahora, más de 50 años después de ese encuentro que marcó un antes y un después en la vida de Leslie, en su libro “El peluquero de los Beatles” (editorial Urano), que estará a la venta en Argentina a partir de marzo, el ex peluquero relata su historia como la mano detrás de las cabelleras emblemáticas de esos artistas.
“Siempre me aseguré de que sus peinados lucieran naturales”, cuenta Cavendish a NOTICIAS. “George siempre venía a mi salón en London´s King Road antes de irse a las oficinas de Apple Corp, nunca teníamos turnos agendados. A Paul siempre le cortaba en su casa algunas veces al mes, a John cuando él quería y a Ringo ocasionalmente, ya que Maureen (su mujer) también era peluquera”, agrega sobre la frecuencia con que sus tijeras pasaban por las ilustres cabelleras de los ídolos del rock.
Después de su sesión inicial con McCartney, en la que el artista le aseguró que no se notaba el corte –el mejor elogio que puede recibir un peluquero, según Cavendish–, regresó varias veces. A partir de la relación que se fue gestando entre ambos y la recomendación del artista, le cortó el cabello a los otros Beatles y a varios miembros de Apple Corp.
Experiencia. Su segundo Beatle, como cuenta, fue George Harrisson y una experiencia completamente diferente a la anterior. No solo porque pudo apreciar lo que consideró un “verdadero pelo Beatle” debido a su grosor, sino que fue en las mismas oficinas en las que la banda realizaba reuniones importantes.
Harrisson, a diferencia de McCartney, no era muy hablador. Cavendish menciona que el artista disfrutaba de la experiencia de cortarse en pelo y se sumergía en esta –y en la introspección que le permitía– por completo.
Con John Lennon, descubrió al “peor cliente con el que habría de lidiar”, según cuenta. El músico le había pedido que le cortara el pelo luego de ver la prolijidad con la que había peinado a Mal Evans. Sucedió en su oficina, mientras mantenía una conversación telefónica con un periodista, y no dejaba de mover la cabeza a pesar de las insistencias del peluquero. Para Cavendish fue una verdadera pesadilla ya que durante toda la sesión tuvo temor a cortarle, accidentalmente, la yugular al músico que no dejaba de asentir un solo segundo.
En su segundo corte con Lennon, conoció a Yoko Ono y fue testigo de los primeros coqueteos entre ambos, y de la influencia que la artista ejerció sobre el músico. “En compañía de Yoko Ono, John dejó que su cabello creciera. Y al final empezó a perderlo”, dice.
Cavendish admite creer que Yoko se metió dentro de la cabeza de John.
“Pero creo que para él, dos cabezas funcionaban mejor que una. Si no hubiera sido Yoko, había muchas otras que hubieran querido meterse en su cabeza y en su cama. La sincronía de su llegada fue perfecta y creo que hizo que John fuera más creativo. Él pudo conocerse a través de ella”, comenta el ex peluquero.
Para Leslie, Yoko Ono no fue la causante de la separación de los Beatles. “Era algo que iba a suceder. Les permitió expresarse individualmente. Los Beatles hubieran tocado junto otra vez si John no hubiese sido asesinado”, dice.
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Las manos detrás de Los Beatles. Si bien el profesional no sostuvo la mano de los Beatles, como cantaban en uno de sus temas clásicos, sí sostuvo las tijeras que hicieron posible el corte de los peinados que, décadas después, siguen siendo tan icónicos. En su libro narra la tan conocida historia de la banda desde una mirada novedosa: la del peluquero detrás de la escena. Momentos como el último concierto en la azotea, el “Magical Mystery Tour” e incluso la grabación del novedoso álbum “Sgt. Pepper’s Lonely Heart Club Band” adquiere una nueva magia a través de la voz de quien también era un fanático de la banda.
Su importancia en la vida de los Fabulosos Cuatro fue tal que incluso se atreve a especular sobre el papel clave que tuvo en la creación de “Sgt. Pepper’s”. En su libro, Leslie cuenta la historia del nombre del disco: se le ocurrió a McCartney en el avión de regreso de un safari en África mientras jugaba con un sobre de sal y uno de pimienta. “Salt and Pepper”, como se denominan a esos condimentos en inglés, terminó transformándose en “Sargent Pepper”.
¿Cuál fue el papel de Leslie en eso? Si no le hubiera hecho un corte radical a Paul que lo dejó irreconocible, el músico no habría podido hacer el viaje en el que surgió el título. Cavendish incluso se llega a preguntar si el cambio sustancial de su peinado sirvió de inspiración para que la banda también probara ritmos y arreglos completamente diferentes para su estilo.
“Mi papel se parecía al de George Martin [su productor musical] durante la grabación de ‘Sgt. Pepper’s’: en los controles, pero trabajando codo a codo con aquellos cuatro artistas independientes”, dice Cavendish en su libro. Y así fue. Si bien, con mayor o menor frecuencia, tuvo la oportunidad de cortar el pelo de todos los Beatles, fue con McCartney con quien desarrolló una verdadera historia de amistad.
No ocurrió solo por haber sido el primer Beatle con el que trabajó: que las sesiones se hicieran en la casa del artista permitía que posteriormente se sentaran a tomar el té, escuchar canciones y fumar marihuana. Fueron estas las ocasiones que McCartney utilizaba para tocar algunas canciones en desarrollo y escuchar la opinión de su peluquero.
“Sucedió porque yo estaba ahí. Él trabajaba en su casa y ese era el mismo lugar en donde le cortaba su pelo, así que después tomábamos el té y él me tocaba algunas de las canciones que estaba escribiendo. Si bien nunca fui su consejero musical, cómo no le dirías después de que te tocara una canción clásica de los Beatles, que era completamente genial. Así que siempre se lo dije”, le cuenta a NOTICIAS.
Concierto en la azotea. “Procura estar en Savile Row el viernes a las doce”, le dijo Chris O’Dell a fines de enero de 1969. La célebre groupie de Los Beatles fue una de las pocas en tener la primicia del evento que iba a ocurrir: la banda realizaría un concierto por primera vez desde la gira americana en 1966. Lo que ninguno de los presentes sabía, ni el mismísimo Leslie, que aunque no pudo estar presente en la terraza de Apple Corps por su reducido espacio, presenció todo el recital, es que esa sería la última presentación de Los Beatles como un grupo musical.
Años después, en retrospectiva, Leslie Cavendish le revela a NOTICIAS, que para él, el look de McCartney ese día fue el mejor. “Si miras a las fotos de la terraza, al pelo de los Beatles, el estilo de Paul es el mejor. Su cabello lucía genial al igual que su barba. Los otros también se veían bien, pero ninguno se comparaba con Paul”, confiesa.
Paul no está muerto. Los casi diez años en los que le cortó el pelo a McCartney hicieron de Leslie un experto en su cabello. Tanto, que el ex peluquero afirma en su libro, haciendo referencia a las teorías de que Paul en realidad está muerto y fue reemplazado por un doble, que él sabría si McCartney no fuera quien dice ser. “El pelo de una persona, la forma concreta en la que crece, es tan característica como sus huellas dactilares”, explica.
Al haberle cortado el pelo antes y después del supuesto accidente en el que algunos fans teorizan que Paul perdió la vida, Cavendish asegura que su melena seguía siendo la misma. Sin embargo admite en una divertida anécdota que después de todas esas teorías, un día se encontró revisando la cabellera de McCartney para chequear si realmente era él. “¿Qué haces?”, le había dicho el Beatle. Y la respuesta del ex peluquero: “Reviso que no estés muerto”.
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Tras la separación de Los Beatles, Leslie le cortó el pelo algunas veces más, pero eventualmente perdió el contacto con McCartney tras su mudanza. Años después, en 2012, el peluquero coincidió con el artista en la presentación de un documental sobre la banda. “¿Ves que yo tenía razón, Paul?”, le dijo. “Cuando nos conocimos, me tocaste aquella canción tuya. ‘Cuando sea viejo y me quede calvo…’ Pero te dije que nunca se nos caería el pelo. ¡Y no se nos ha caído!”, le dijo Cavendish entre risas.
A pesar de no ser su peluquero hace varias décadas, Leslie sigue teniendo una opinión sobre el estilo de uno de sus ex clientes favoritos. “A lo largo de los años, Paul ha recibido malos consejos acerca de cómo peinarse. No debería haberse teñido de rojo en su momento, tiene un buen pelo y debería dejárselo crecer naturalmente, pero creo que ahora se dio cuenta de que su cabello se ve mucho mejor con los grises”, le confiesa el ex peluquero de Los Beatles a NOTICIAS. “Sigo pensando que su pelo todavía está demasiado estilizado. Yo dejaría que su corte fuera un poco más natural y ligeramente recortado, además de más largo y rebajado atrás”, finaliza.
por Melissa Kuris
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