Otro rover amartizó en el planeta rojo. Y con un nombre más que sugerente: Perseverance, Perseverancia. La misión no tiene un milímetro de ambigüedad ni de albur, sino un objetivo concreto, y es ni más ni menos que llegar a Marte. A habitar Marte, de ser posible.
Así lo anuncia la misma NASA, la agencia espacial estadounidense, que para este proyecto trabajó en combinación con otras agencias espaciales. “El Mars 2020 Perseverance Rover buscará signos de vida microbiana antigua, lo que impulsará la búsqueda de la NASA para explorar la habitabilidad pasada de Marte. El rover tiene un taladro para recolectar muestras de núcleos de roca y suelo marcianos, luego almacenarlos en tubos sellados para que los recoja una misión futura que los transportaría de regreso a la Tierra para un análisis detallado”, dice la presentación oficial de la misión. Con el eje de los 2.700 millones de dólares invertidos muy definido: “Perseverance también probará tecnologías para ayudar a allanar el camino para la futura exploración humana de Marte”.
Hay varias formas en que la misión ayuda a allanar el camino para futuras expediciones humanas a Marte y un muestrario impresionante de tecnologías para lograrlo. Durante el viaje se probará un método para producir oxígeno a partir de la atmósfera marciana, identificar la existencia y en todo caso tratar de utilizar recursos como agua subterránea, mejorar las técnicas de aterrizaje en Marte, y caracterizar el clima, el polvo y otras condiciones ambientales potenciales que podrían afectar a los futuros astronautas que vivan y trabajen en ese planeta. Además, traerá un poco de Marte a la Tierra.
Perseverance aterrizó dentro del cráter Jezero del planeta rojo el 18 de febrero pasado. Una vez que esté completamente en funcionamiento, el robot del tamaño de un automóvil buscará evidencia de vida microbiana pasada y recolectará varias docenas de muestras para el futuro regreso a la Tierra.
Los antecedentes y la tecnología de Perseverance
Si Perseverance parece familiar, es porque el explorador robótico se basa en gran medida en su predecesor, el rover Curiosity del Laboratorio Científico de Marte (MSL), que aterrizó en agosto de 2012 y sigue funcionando en la actualidad.
Aproximadamente el 85% de la masa de Perseverance se basa en el "hardware heredado" de Curiosity, lo que le ahorró a la agencia espacial tiempo y dinero.
Perseverance mide aproximadamente 3 metros de largo, 2,7 metros de ancho y 2,2 metros de alto. Y pesa 1.025 kilogramos, menos que un automóvil pequeño y moderno. Tiene un cuerpo rectangular, seis ruedas, un brazo robótico, un taladro para tomar muestras de rocas, cámaras e instrumentos científicos. Pero esos instrumentos son bastante diferentes del equipo de a bordo que tiene Curiosity, porque los objetivos de los dos robots son diferentes: si el segundo busca evaluar la habitabilidad del antiguo Marte, Perseverance buscará pruebas de la existencia de que, alguna vez, Marte albergó vida.
Perseverance tiene casi cinco veces más cámaras que el primer rover que fue a Marte. Sojourner, que aterrizó en 1997, solo llevaba cinco cámaras, y los rovers gemelos Spirit y Opportunity, que llegaron al planeta rojo en 2004, poseían 10 cámaras cada uno. Curiosity ya lleva 17 y Perseverance, 23 cámaras. Varias de ellas filmaron la llegada del rover a Marte, capturando su aterrizaje con un detalle sin precedentes.
Pero hay otra tecnología (entre tantas) que hacen del Perseverance un rover clave para conocer Marte. Mastcam-Z es uno de los siete instrumentos científicos de Perseverance. Otro, conocido como SHERLOC ("Escaneo de entornos habitables con Raman y luminiscencia para compuestos orgánicos y químicos"), será el primer instrumento en Marte en utilizar espectroscopias de fluorescencia y Ramen, técnicas que suelen emplear los expertos forenses.
Cuando una luz ultravioleta brilla sobre ciertos químicos a base de carbono, lo hace como un material debajo de una luz negra. El resplandor puede ayudar a los científicos a detectar sustancias químicas que se forman en presencia de vida. SHERLOC fotografiará las rocas que estudia y luego mapeará las sustancias químicas que detecta en las imágenes.
Otro instrumento de perseverancia, llamado PIXL ("Instrumento planetario para la litoquímica de rayos X"), determinará la composición de los materiales marcianos a una escala muy detallada y precisa. El instrumento SuperCam del rover, una evolución de la ChemCam de Curiosity, atacará las rocas objetivo con láseres y determinará la composición química del vapor resultante.
Además hay un micrófono, que no solo ya transmitió sonidos del planeta, sino que (dicen los ingenieros que lo construyeron) debería ayudar a revelar cuán duras son las rocas marcianas y si tienen o no un recubrimiento. Obtener audio desde Marte también permitirá mejorar la comprensión que ya tiene la ciencia acerca de la delgada atmósfera del planeta.
Las investigaciones de Perseverance en Marte
Perseverance también lleva un instrumento de radar que penetra en el suelo llamado RIMFAX ("Radar Imager for Mars 'Subsurface Experiment"). Será el primer instrumento rover en mirar debajo de la superficie de Marte, mapeando capas de roca, agua y hielo hasta a diez metros de profundidad.
A bordo del rover hay una estación meteorológica (se llama MEDA, "Analizador de datos ambientales de Marte") y una tecnología bautizada como MOXIE ("Experimento de utilización de recursos in situ de oxígeno en Marte"). Todo dentro de esa pequeña criatura que es el robot que persevera.
El punto es que MOXIE está diseñado para generar oxígeno a partir de la atmósfera marciana, que es 95% de dióxido de carbono en volumen. Los especialistas que diseñaron la tecnología tienen la hispótesis de que este equipo, con mayores dimensiones y potencia, podría ayudar a los seres humanos a establecerse en Marte en el futuro.
Perseverance transporta un helicóptero que pesa 1,8 kilogramo, bautizado como Ingenuity, que intentará realizar los primeros vuelos en helicóptero en un mundo más allá de la Tierra. Si el pequeño helicóptero logra despegar del suelo marciano, los helicópteros podrían convertirse en un elemento básico de la exploración del Planeta Rojo en el futuro, recopilando una variedad de datos por sí mismos, o sirviendo como exploradores de rovers.
Es posible que Perseverance detecte signos convincentes de vida antigua en la superficie marciana, algo parecido a un estromatolito fosilizado aquí en la Tierra, tal vez. Sin embargo, esa es una tarea difícil para un robot solitario en un mundo lejano, por lo que es más probable que los datos de búsqueda de vida del rover funcionen más bien como indicios.
Pero esta misión permitirá a los científicos obtener muestras y traerlas a la Tierra. El rover perforará al menos 20 núcleos de roca, y, preferentemente, de 30 a 40. Este material de Marte será colocado y asegurado en tubos y se depositará en lugares seleccionados para su recuperación mediante una campaña conjunta de la NASA y la Agencia Espacial Europea.
Si todo va según lo planeado, las muestras llegarán a la Tierra a partir de 2031. Entonces, es la idea, científicos de todo el mundo se dedicarán a buscar signos de vida y pistas sobre la transición de Marte de un mundo relativamente cálido y húmedo hace mucho tiempo al planeta frío y desértico que es hoy. Ese trabajo continuará durante décadas. Pero la NASA tiene meta pisar suelo marciano a vuelta de página, ya pronto: en algún momento de la década del 2030.
Un detalle (otro más): el equipo que trabajó en la misión Perseverance tuvo que realizar el montaje final y los procedimientos de prueba, además del lanzamiento en sí, en plena pandemia de coronavirus. Muchos de los técnicos y científicos tuvieron que trabajar desde sus casas. El viaje de Perseverance al espacio se desarrolló sin problemas y el rover llegó a Marte como estaba planeado, 6,5 meses después del despegue. Sin embargo durante el aterrizaje hubo que reunirse para el control de la misión: todo eran barbijos y distanciamiento social.
Comentarios