En la Argentina, al menos por ahora, hay dos vacunas de las que ya están más avanzadas en cuanto a estudios clínicos con seres humanos, que tienen presencia física (por decirlo de alguna manera). La célebre vacuna desarrollada por científicos de la Universidad de Oxford que luego se asociaron con el laboratorio sueco-británico AstraZeneca, y la creada por el gigante estadounidense Pfizer, junto con el alemán Biontech.
Además de que en el caso de la primera lo que se ha anunciado hasta ahora en la Argentina es un acuerdo para producir 250 millones de dosis en el laboratorio mABxience (del grupo Insud), mientras que en el segundo lo que ya se comenzó a concretar son ensayos clínicos de fase 3 en el Hospital Militar, hay otras diferencias de base.
Vayamos por partes.
Vacuna de Oxford
Lo que abrió las puertas a los ensayos de fase 3 de la vacuna Covid-19 bautizada como AZD1222 por Oxford/AstraZeneca fueron los resultados publicados el lunes 20 de julio en la prestigiosa revista The Lancet. Allí se informó que la vacuna había generado una respuesta inmune en un estudio de aproximadamente mil pacientes.
El reporte también dió a conocer algunas efectos secundarios: fiebre, dolores de cabeza, dolores musculares y reacciones en el lugar de la inyección, en aproximadamente el 60% de los pacientes. Todos los efectos secundarios se consideraron leves o moderados y todos se resolvieron a lo largo del estudio.
Los voluntarios que recibieron la vacuna desarrollaron anticuerpos neutralizantes contra el coronavirus SARS-CoV-2. Sin embargo, aquellos que recibieron una sola inyección de la vacuna no produjeron una cantidad mucho más significativa de anticuerpos que los que se recuperaron de la enfermedad. De manera que desde AstraZeneca se aclaró que, debido a tales resultados, es probable que haya que incluir dos dosis de vacuna.
La vacuna también produjo una respuesta en las células T, un tipo de glóbulo blanco que ataca a las células infectadas con virus. Andrew Pollard, autor principal del estudio e investigador en la Universidad de Oxford, puntualizó que la vacuna está destinada a inducir ambos tipos de respuestas. "Esperamos que esto signifique que el sistema inmunológico recordará el virus, de modo que nuestra vacuna protegerá a las personas durante un período prolongado".
La vacuna está basada en un adenovirus de chimpancé denominado ChAdOx1 y fueron los estudios en monos los que mostraron que la sustancia proveía protección. Ese adenovirus es el vector que transporta material genético del coronavirus al organismo receptor, lo que desencadena una respuesta inmune.
Desde el laboratorio AstraZeneca, se dijo que mientras se esté en contexto de pandemia la vacuna se venderá a precio de costo. Las pruebas se han llevado a cabo y continúan en Inglaterra, en la India, en Brasil y en Sudáfrica.
El laboratorio que más vacunas produce a nivel mundial (en términos de cantidad) está en la India, se llama Serum Institute y es uno de los elegidos por AstraZeneca para la producción. En la primer semana de agosto el laboratorio también acordó con Shenzhen Kangtai Biological Products, para fabricar la vacuna en China y distribuirla también en ese país.
Los acuerdos siguen, teniendo en cuenta que el laboratorio planea fabricar 2.000 millones de dosis. En ese marco es que también entran la Argentina y México con el objetivo de abastecer a América Latina. De acuerdo con lo anunciado por el presidente Alberto Fernández, el acuerdo por la fabricación de la vacuna permitiría adquirirla a entre 3 y 4 dólares por dosis.
Vacuna de Pfizer
Con un perfil mucho más bajo desde el principio, y apenas una semana más tarde, el 27 de julio, Pfizer y BioNTech anunciaban que comenzaban los estudios más expandidos, los de fase 3, de su candidata vacunal (la BNT162b2) que, a diferencia de la anterior, se basa en una plataforma de tipo genético.
Es una vacuna de ARN mensajero que produce una proteína del SARS-CoV-2 (se llama espiga) que, al ser reconocido por el sistema de defensas del organismo, dispara la reacción inmune.
El estudio recluta 30.000 voluntarios sanos de entre 18 y 85 años, de los cuales la mitad recibe la vacuna y la otra mitad, un placebo. Además de en la Argentina, los ensayos clínicos se están llevando a cabo en los Estados Unidos, Alemania y Brasil. El total de ensayos: 120.
Según voceros de Pfizer y BioNTech, sus planes son solicitar una revisión regulatoria a partir de octubre, y suministrar hasta 100 millones de dosis para fines de este año 2020 y 1.300 millones de dosis al terminar el 2021.
El precio estimado de la vacuna es de unos 19,50 dólares y se calcula que el gobierno de los Estados Unidos desembolsará alrededor de 2.000 millones de dólares por esta vacuna, lo que le dará acceso a unos 100 millones de dosis.
Los primeros datos de fase combinada I y II que se dieron a conocer a principios de julio, mostraban que la candidata de Pfizer BNT162b1 habían producido una respuesta inmunológica “robusta en quienes la habían recibido. Aplicada por vía intramuscular, a 45 personas adultas de entre 18 y 55 años.
Las reacciones adversas de leves a moderadas más frecuentes fueron dolor en el lugar de la inyección, fatiga, cefalea, dolor muscular, escalofríos, fiebre y trastornos del sueño. Finalmente, a ensayos de fase III llegó la candidata hermana, que es la que se está probando hoy en la Argentina.
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