“Sabores salados, experiencias sensoriales, una curiosidad por el espacio exterior y una preocupación por la Tierra guiarán nuestras elecciones. Al menos eso es lo que dicen los pronosticadores de alimentos”, son algunas de las predicciones que The New York Times vaticina, para el próximo 2023, en los gustos y sabores de moda.
Según la publicación, algunas tendencias sofisticadas y consolidadas, como la gastronomía molecular o los controladores de temperaturas de vino, dejaran de ser de interés. Por otro lado, TikTok y las nuevas redes sociales explotan la moda culinaria con sabores más exóticos, como el latte de cúrcuma. “La simplicidad, la versatilidad, el escapismo y el ingenio son a lo que se reducen nuestras tendencias este año”, declaran los especialistas en la materia.
La experta en tendencias gastronómicas Claire Lancaster afirmó: “La gente quiere algo divertido, quiere novedad y quiere algo natural”. Los sabores marinos frescos y vigorizantes han generado una locura por los cócteles costeros adornados con pinzas de cangrejo y ostras. Los vegetales marinos, como las algas marinas y las criaturas marinas, se han asegurado lugares en varias listas de tendencias.
Los alimentos elaborados por agricultores orgánicos y de cultura regenerativa serán el nuevo foco de consumo. Ahora la demanda de una nueva generación de productores de alimentos, comprometidos activamente con el planeta, se reflejará en una agricultura que reduce las emisiones de carbono, con políticas de bienestar animal más rigurosas y un trato equitativo para las personas que cultivan y procesan los alimentos.
Más comensales elegirán alimentos y bebidas que mejoren su salud y la del planeta. Incluso la industria del alcohol ha comenzado a lanzar palabras como “eco-alineación”. La especialista en consultoría gastronómica, Joan Driggs, explico: “Estas empresas no quieren que se las vea simplemente haciendo lo correcto todos los días. Quieren ser vistos, realmente, como marcando una diferencia positiva”.
Dentro de la novedad, el pollo está posicionándose en la visión gastronómica de diversas casas de comidas para el próximo año. Chris Moyer, el chef ejecutivo de Perdue, colocó las pieles de ave como un destacado de su lista más prometedora. El aumento de los precios del pollo hace que los chefs busquen formas de obtener más del ave. Las cocinas asiáticas que usan regularmente pieles de pollo están brindando inspiración culinaria.
“Los chefs de todo el mundo, muchos de ascendencia japonesa, están fusionando ingredientes o técnicas culinarias japonesas con alimentos que les encantan de su entorno”, según AF&Co y Carbonate, dos firmas de San Francisco que colaboran en un informe anual de tendencias. En Nueva York, el restaurante Kimika es un practicante popular de “itameshi”, la combinación de cocina italiana y japonesa. En Los Ángeles, la cadena Nikkei, especialista en cocina fusión peruana y japonesa, reemplazan al arroz de sushi por papas peruanas.
Sin embargo, el interés por nuevos sabores puede alejarse de los gustos terrenales. “El espacio exterior tendrá un encanto particularmente inmaculado para la generación Z, que está desilusionada con el mundo tal como es. Las marcas también deberían considerar el papel inspirador que tendrá el espacio en la vida”, resaltó la especialista Zegler de Mintel al NY Times, en referencia a Starlight, una bebida de Coca-Cola de edición limitada que se autodenomina “sabor espacial”.
“La gente está dispuesta a gastar, pero van a buscar la propuesta de valor de la experiencia. El compromiso es el lema”, afirma Andrew Freeman, un veterano en relaciones públicas de hospitalidad en San Francisco. Elaboradas esculturas de hielo, postres llameantes y cócteles terminados con una bocanada de humo o un cambio de color, serán las propuestas en el momento de elegir.
También está detrás de la creciente popularidad de las torres de aperitivos y postres, y los cócteles de gran formato. Un ejemplo glamoroso es el “Disco Mule”, de cien dólares, que se sirve en una gran bola de discoteca en el Tipsy Alchemist en Austin, Texas. Y puede que no haya mejor recomendación, que la creciente popularidad de la comida servida en una mesa comunitaria que comenzó con la moda de las picadas, un plato muy porteño que hace décadas disfrutamos en nuestros espacios gastronómicos.
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