El especialista en neurociencia y liderazgo australiano David Rock afirmó que la neurociencia aplicada tiene un profundo impacto en el liderazgo y los negocios. En ese sentido, el profesional avaló que conocer al cerebro y su funcionamiento, va a permitir aprender a salir del pensamiento en “piloto automático” e ir en búsqueda de lo mejor de él.
“Nuestro cerebro por defecto hace foco en la carencia y no en las oportunidades. Es por ello que debemos entrenarlo desde su córtex prefrontal para enseñarle a pensar de una manera calma, creativa y abundante”, destacó Florencia Bondorevsky, abogada y especialista en neurociencia, bienestar y alto rendimiento y añadió: “Trabajar en la autoconciencia es un factor clave para generar pequeños grandes hábitos diarios que nos permitan cultivar una mente clara, serena y positiva que impacte de forma constructiva en nuestra vida, forma de trabajar y liderar”.
Según la experta, la meditación; el mindfulness como forma de vida; la respiración consciente y los ejercicios de neurociencia aplicada son la clave para entretener a nuestro cerebro y transformarlo. Joe Dispenza, conferencista y médico estadounidense, sugiere que “podemos reprogramar nuestro cerebro a través de la meditación y la visualización”.
Según el autor de “Sobrenatural” y “El Placebo eres tú”, enfocarse en pensamientos y emociones positivas llevará a crear nuevas conexiones neuronales que pueden cambiar nuestra personalidad y comportamiento. También sostiene que los pensamientos repetitivos y las emociones asociadas pueden reentrenar el cerebro para obtener mejores resultados y mayor bienestar.
El neurocientífico David Eagleman, por su lado, sostiene que el cerebro es altamente moldeable y propone que aprender nuevas habilidades, salir de la zona de confort y adoptar una mentalidad de exploración pueden fortalecer las conexiones neuronales y mejorar la adaptabilidad. Según el académico oriundo de Nuevo México, al exponerse a nuevos desafíos y experiencias, se mantiene el cerebro activo y adaptable, mejorando nuestro rendimiento cognitivo en el trabajo.
El psicólogo Richard Davidson sostiene que se puede reprogramar el cerebro para mejorar el enfoque y la resiliencia emocional. El profesional egresado de Harvard ha llegado a la conclusión de que la práctica regular de la meditación de atención plena (mindfulness) fortalece las áreas del cerebro asociadas con la atención y el control emocional, lo cual es esencial para rendir mejor en el trabajo.
“En síntesis, el máximo rendimiento cerebral nos permite reconocer oportunidades que podrían estar ocultas por la tendencia a evitar pérdidas. El cerebro en modo automático no percibe nada de lo que sucede alrededor, ya que está atento a subsistir por su modo natural de supervivencia. Entrenar al cerebro para pensar de forma calma y acertada más allá del contexto nos puede llevar a reprogramar nuestra mente y generar una mente fuerte y resiliente que ante la adversidad en vez de estresarse y tomar malas decisiones, pueda regularse de tal modo que pueda tomar las mejores decisiones pensando de una forma flexible y clara”, señaló Bondorevsky.
La especialista destacó cuatro prácticas que debes incorporar a los hábitos diarios para lograr cambiar el camino neuronal y de este modo ser más productivo en tu trabajo. La primera es meditar para reprogramar el cerebro. “Está comprobado científicamente que la práctica repetitiva de la meditación ayuda a mantener la concentración en el ahora y reducir los pensamientos negativos y rumiantes. Trabajar en el córtex prefrontal desde la meditación va a permitir al cerebro llegar a la frecuencia theta de calma e ir construyendo un cerebro inconsciente que por sí solo trabaje de un modo calmo y positivo”.
Para Bondorevsky, la reconfiguración de la mente permite a los líderes construir una mente fuerte y resiliente; manejar el estrés; y desarrollar la inteligencia emocional necesaria para liderar equipos empáticamente transformando el negocio y el clima laboral. En el segundo lugar, la visualización es “una forma muy efectiva de agudizar tu enfoque, mantener tu motivación y crear los resultados en el mundo real que deseas”. Según la abogada, el cerebro no distingue entre lo real e imaginario, la visualización positiva, desde la meditación, activa ciertas hormonas que contribuyen a la reparación celular en el cuerpo y genera oxitocina.
La práctica de mindfulness, o atención plena, es un ejercicio de concentración y conciencia que implica enfocar la atención en el momento presente de manera intencional. La clave es observar los pensamientos, emociones y sensaciones corporales tal como son, sin reaccionar ni dejarse llevar por ellos. Este enfoque ayuda a reducir el estrés, mejorar el bienestar y fortalecer la capacidad de concentración.
“Se ejercita mediante la meditación plena, concentrándose en la respiración, en las sensaciones del cuerpo; mediante el escaneo corporal que motiva conectar la mente y el cuerpo a través de la observación sin intentar cambiarlas. El mindfulness en las actividades diarias, consiste en prestar atención plena a cada actividad, como comer y caminar, poniendo toda la atención en los detalles y sensaciones”, detalló la especialista y agregó: “Agradecer a diario. Conectarnos cada día con las cosas buenas que nos suceden nos brinda satisfacción y bienestar. Al apreciar lo que tenemos, cultivamos un pensamiento optimista y una visión más armoniosa de la vida”.
Por último, dentro de los consejos, la práctica de respiraciones diafragmáticas diariamente es primordial. Consiste en Inhalar por la nariz y expandir el abdomen durante 4 segundos, luego exhalar por la boca o la nariz y contraer el abdomen durante 6 segundos. Repetir de 8 a 10 veces. Esto ayudaría a calmar la mente, reducir la frecuencia cardíaca y las pulsaciones y promover estados de placer y calma duraderos.
“En síntesis, entrenar la mente con técnicas de neurociencia aplicada, como mindfulness, meditación y visualización, nos permite reprogramar el cerebro para ser más productivos y resilientes. Estas prácticas ayudan a gestionar el estrés, enfocarnos en las oportunidades y tomar decisiones con mayor claridad, impulsando un rendimiento laboral óptimo y una vida equilibrada”, concluyó Bondorevsky.
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