Cuando María Laura se enteró de que la educación sin escuela era algo que existía más allá del coronavirus dijo: “Esta es la mía. Mis hijas al colegio no vuelven más”.
No fue la única. A partir de la experiencia de educación a distancia, en los últimos meses a algunas familias se les disparó una pregunta tan impensada como elemental: ¿para qué mandar a un chico a la escuela si en casa aprende más?
La comunidad Homeschooling Argentina es uno de los espacios para compartir este tipo de intereses. Con casi 3 mil miembros, agrupa familias que, desde antes de la pandemia, adoptaron una modalidad de enseñanza sin escuela.
Conocida en todo el mundo con ese nombre “homeschooling” (se podría traducir como “escolarización en casa”), la práctica consiste en que los niños aprendan contenidos a través de actividades guiadas por sus padres. En el país se estima que unas 5 mil familias ya implementan esta metodología. Y la cifra tiene perspectivas de ampliarse después de la experiencia educativa de la cuarentena.
Aquí contamos las claves de esta modalidad de aprendizaje, ventajas y desventajas y su encuadre en la ley de educación que establece que los estudios primarios y secundarios son obligatorios.
Experiencias
“ Yo pensaba que el estudiar en casa era para gente que viajaba o de mucha plata. Durante la cuarentena me fui metiendo en tema y me di cuenta de que era viable para nosotros”, afirma María Laura Iriarte, quien vive junto a sus hijas mellizas y su esposo, que trabaja en jardinería. Asegura que ya tiene la decisión tomada y que las chicas, que hoy tienen 8 años, no irán al colegio el próximo ciclo lectivo. “Todos te recomiendan que terminen el año que están cursando y dejen el próximo. Si comienzan las clases, las voy a mandar igual, para no tener problemas”, confiesa.
La cabeza de la comunidad de Homeschooling en la Argentina es el mexicano Noel Solís, maestro de escuela y papá de tres chicos en edad escolar. Junto a su esposa, practican la educación en casa desde siempre. “Mi nene a los 2 años ya sabía leer; a los 3, leía de corrido, sin pausar. El de 6, ya está viendo las operaciones básicas de matemática. En la escuela no hubiera sido posible”, asegura.
Su intención en este emprendimiento es ayudar a otros padres que desean sumarse a la experiencia.
Aunque el “homeschooling” no es nuevo (en los Estados Unidos hay 2 millones de familias que lo practican, incluida gente famosa como Angelina Jolie y Jennifer López), en este último tiempo, como producto de la cuarentena, el interés por esta modalidad parece haberse despertado en los padres argentinos.
Son gente que siente que el sistema educativo no se ajusta a las expectativas que tienen para sus hijos, tanto en instituciones privadas como estatales.
“En la escuela hay docentes que tienen modos de tratar a los niños que me parecen muy arcaicos”, opina Gisela, mamá de dos hijos de 4 y 5 años. Sostiene que donde ella vive, en Misiones, los chicos reciben un tipo de enseñanza en la que el acento está puesto en la prolijidad y la disciplina y eso no le gusta. “A los adultos nos piden que seamos proactivos y emprendedores, pero la educación, en realidad, está yendo en contra de todo eso”, explica y cuenta que está aprovechando la cuarentena para pensar si el año que viene mandará a su hijo mayor al colegio a primer grado.
Leyes
Basta con hablar de aprendizaje en casa para que los profesionales prendan la luz de alerta. Según la Ley Nacional 26.206 “la educación es un derecho de todos los habitantes y el Estado nacional es responsable de garantizarla hasta el nivel secundario”.
“El derecho a aprender siempre existe más allá de cualquier circunstancia -explica Rubén Figueroa, vicedirector y secretario de las Escuelas Secundaria 6 y 2 de Vicente López -y somos los directivos de las escuelas los que debemos intervenir cuando este derecho se vulnera de alguna manera”.
El docente explica que los sistemas de “homeschooling” nacieron en países con una curricula no estandarizada. En cambio, en la Argentina, todos aprenden lo mismo en las escuelas. Eso obliga a los padres que quieran educar a sus hijos por fuera de las instituciones, a trazar un proyecto junto con el colegio y con el asesoramiento de sus profesionales.
En cuanto a la idea de rendir “libre” las materias del secundario, por ejemplo, Figueroa aclara que “la condición de libre no existe, hay alumnos regulares y no-regulares. En caso de que los chicos no puedan asistir a la escuela se los encuadra en un Proyecto Especial de Integración, un trabajo conjunto entre el colegio y la familia, con un equipo especial de orientación, junto al cual se establecen las pautas curriculares para asegurarse de que el estudiante reciba los mismos contenidos que todos los demás. En estos casos, el sistema de evaluación está siempre a cargo de la escuela (pública o privada) y los exámentes se realizan de manera presencial”.
Relaciones. Uno de los temas que siembra más dudas sobre el “homeschooling” es la sociabilidad. Todos coinciden en que el colegio no sólo es necesario para aprender contenidos, sino también para adquirir otros conocimientos surgidos de las relaciones de compañerismo. ¿Cómo compensar ese aspecto de la escolarización para que los chicos puedan crear vínculos con sus pares? Para las mellizas de Maria Laura ya está decidido: “Las voy a mandar a hacer gimnasia artística, yoga, baile e inglés. Lo tengo cerrado y charlado con ellas”.
Los defensores del homeschooling consideran que es un mito la idea de que un niño que estudia por fuera de la escuela está condenado a la soledad y la falta de vínculos. Incluso plantean que el colegio puede ser una fuentes de relaciones poco satisfactorias para los chicos.
“Mamá y papá (o quien ocupe ese lugar) son los agentes socializadores primarios y la escuela funciona como una salida exogámica. La salida de casa y conocer a otras personas son cosas que nos enriquecen, nos abren al mundo y ahí hay un punto a tener en cuenta en el 'homeschooling'. Pero la sociedad digital también ofrece otras formas de socialización. La pregunta crucial es si la escuela es imprescindible o no en la formación de un niño. Y esa pregunta no tiene una respuesta única ni sencilla”, explica Andrés Gomel, especialista en Constructivismo y Educación, que agrega también que, si se habla tanto de “homeschooling”, es porque hay “insatisfacción de la escuela actual y dudas con respecto a su eficacia”.
¿Qué tendrán que tener en cuenta quienes piensen en esta alternativa para la educación de sus hijos?
Que en la Argentina es una opción que no puede realizarse de espaldas a las instituciones y que lanzarse a este proyecto requiere asesoramiento de expertos. Las opiniones a favor y en contra no son concluyentes. Será cuestión de revisar, evaluar y decidirse.
por Mariana Salcedo
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