Tragedia, rumores, conspiraciones y conjeturas son algunas de las palabras que rodean al hecho ocurrido el 31 de agosto de 1997, en el que el auto conducido por el chofer Henry Paul colisionó fatalmente contra una columna en un tunel en Paris. Hace un cuarto de siglo, la princesa Diana de Gales moría a los 36 años junto con su pareja, el millonario egipcio Dodi Al Fayed.
Las pericias constataron el nivel elevado de alcohol de Paul al manejar, pero la responsabilidad de homicidio por imprudencia recayó en los fotógrafos que perseguían al Mercedes Benz que llevaba a la pareja en su salida del Hotel Ritz. Lady Di fue trasladada al Hospital Pitie-Salpetriere en donde, después de dos horas de operaciones, murió a las cuatro de la mañana a causa de las graves heridas.
La frescura de Lady Di sorprendió al Reino Unido como nunca antes había ocurrido con una princesa. Sin embargo, fue la muerte de Diana Spencer, ya divorciada del príncipe Carlos, la que conmociono al mundo e impacto a la Corona británica. Durante la semana que pasó entre el accidente y su funeral, el Reino Unido se hundió en un dolor nacional sin precedentes que sacudió a la monarquía.
Icono que rejuveneció la antigua y desgastada corona inglesa, el fallecimiento de Lady Di contrastó con el frío silencio del palacio de Buckingham al momento de su muerte, y puso en jaque a la figura máxima de la realeza, Isabel II. "Nació como lady. Se convirtió en nuestra princesa. Murió como santa", tituló The Daily Mirror, que reflejo el sentimiento de época.
A partir de esa transición, la vida y muerte de ”La Princesa del Pueblo” sería recordada en numerosos actos, eventos, informes periodísticos y documentales. El cine también fue un eslabón más en la cadena de esta historia atrapante del nacimiento del mito. Algunas producciones son recordadas, mientras que otras tuvieron escasa repercusión, pero en ambos casos se igualan en la destacada interpretación del elenco y su sensible relato biográfico.
Spencer (2021)
El film nos traslada a un pasaje trascendental en la vida de Lady Di, el momento en que debe tomar la decisión de apartarse del Príncipe Carlos y la familia real, en una de sus últimas vacaciones de Navidad en la Casa de Windsor en su finca en Norfolk.
El director chileno Pablo Larrain convocó a Kristen Stewart, para el papel de Diana Spencer, que obtuvo críticas muy favorables en el estreno de la cinta en el Festival de Cine de Venecia. El protagónico le valió a la actriz de la saga Crepúsculo ser nominada a la edición 94° de los Premios Oscar.
Diana (2013)
Dirigido por el cineasta alemán Oliver Hirschbiegel, el largometraje se concentra en los dos últimos años de la Princesa de Gales después de su divorcio del príncipe Carlos. En esa transición, florece el romance con su cirujano, el paquistaní Hasnat Khan.
También aparece en escena la relación con su último amante, el empresario egipcio Dodi Al-Fayed. La actriz británica-australiana Naomi Watts, protagonista de films como "Mullholland Drive" y "21 gramos", es la encargada de interpretar a Diana con sensacional similitud.
The Queen (2006)
La película de mayor calidad argumental y apreciación actoral sobre el legado de la Princesa de Gales, no la tiene como protagonista física, sino que, todo lo contrario, el relato se enfoca en los sucesos políticos acaecidos tras la muerte de Diana Spencer.
La obra de Stephen Frears se centra sobre todo en las conversaciones que mantuvieron la Reina Isabel, interpretado por una brillante Helen Mirren, y el Primer Ministro Tony Blair, representado por Michael Sheen, para llegar a un acuerdo sobre la petición popular de que se celebrara un funeral de Estado. Consagración actoral de Mirren premiada por la Academia de Hollywood.
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