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CULTURA | 02-05-2023 07:06

Las pinturas que mejor cuentan la historia argentina

Una muestra del Museo Histórico Nacional reúne cuadros emblemáticos que ilustraron durante décadas nuestros libros y manuales. Por qué son parte de la memoria de todos.

Las pinturas que ilustraron nuestros manuales escolares son las que nos permitieron imaginar, desde la infancia, las principales instancias del pasado nacional. La declaración de la Independencia, las batallas de San Martín o la personalidad de Rosas o Belgrano existen en nuestra memoria gracias a las obras creadas por pintores o grabadores, que no siempre fueron testigos de los sucesos que plasmaron en la tela.

Museo Histórico Nacional

Con esta idea rectora, el Museo Histórico Nacional decidió reunir en la muestra “Pintores de la historia”, un conjunto de óleos de su colección que hoy son parte del imaginario de los argentinos. Se trata, en su mayoría, de cuadros realizados en las postrimerías del siglo XIX y principios del XX, alrededor de la fecha del Centenario de la Revolución de Mayo. “En ese momento hubo una operación de creación de imágenes del pasado argentino -explica Gabriel Di Meglio, historiador y actual director del Museo Histórico Nacional-. Uno de los que intervino en esa creación fue justamente este Museo a través de su primer director, Adolfo Carranza, que encargó algunas de estas pinturas, que luego se volvieron muy famosas. El objetivo en los cuadros de esta época, era relatar momentos de los que no se tenían imágenes, transmitir valores patrióticos y épicos, y mostrar cuáles eran los constructores del país”.

Museo Histórico Nacional

Dentro de la exhibición se destacan algunos de las más famosas obras de Cándido López sobre la Guerra de la Triple Alianza, “Los últimos momentos de Manuel Dorrego” de Fausto Eliseo Coppini, “Baile de negros. Carnaval en la época de Rosas” de Pedro Figari y “La Capitulación de Salta” de Augusto Ballerini.

Para entender en qué contexto se crearon estas pinturas que fueron reproducidas miles de veces hasta la actualidad, le pedimos a Di Meglio que eligiera tres cuadros esenciales de la colección del Museo. Aquí la trama de tres imágenes, de sus autores y de los momentos históricos que reflejaron.

Gabriel Di Meglio

El pintor de batallas

Hijo de un diplomático chileno, Pedro Subercaseaux Errazuriz nació en Roma en 1880. Se formó como artista en escuelas de Alemania, Francia e Italia. En 1902 se estableció en Chile y se transformó en el gran pintor de temas históricos de la época, con gran destreza para reflejar el dinamismo de las batallas. A él pertenecen dos de los cuadros elegidos por el director del Museo Histórico Nacional.

La primera de esas obras es “El cabildo abierto del 22 de mayo de 1810”, que fue pintado en 1908 y representa uno de los momentos culminantes de la semana de Mayo. “Fue un encargo del Museo, del fundador y primer director, Adolfo Pedro Carranza, que en un diálogo epistolar fue contándole de Subercaseaux cómo quería que se viera el cuadro -explica Di Meglio-. Como hacían muchos de los pintores de arte histórico de la época, Subercaseaux se documentó y fue preguntándole a Carranza qué personas tenían que estar en la pintura, que es una de los más famosas de la Argentina”.

El cabildo abierto del 22 de mayo, de Pedro Subercaseaux

En la obra pueden verse a varios personajes que intervinieron en el debate, como Juan José Paso, Juan José Castelli, el obispo Benito Lué y varios otros. “Carranza era un gran admirador de Mariano Moreno, por eso le pidió al pintor que lo ubicara en el cuadro, aunque Moreno no tuvo una participación importante ese día. Lo puso en el extremo derecho, sentado y pensando en la situación que está ocurriendo”, explica Di Meglio. El cuadro se volvió un clásico y fue reproducido tantas veces que muchos creen que lo que muestra realmente sucedió de esa manera.

El otro cuadro de Subercaseaux elegido es “Batalla de Chacabuco”, también de 1908, que retrata a San Martín delante de sus tropas, al final del Cruce de los Andes. “Chacabuco va a ser la victoria que le permitirá a los patriotas iniciar el proceso de independencia de Chile -relata Di Meglio-. Lo interesante es que Subercaseaux eligió pintar a San Martín en un caballo blanco, una decisión que resalta su lugar como héroe en la imagen. Sin embargo, no está documentado que San Martín estuviera, en ese momento, sobre un caballo blanco. Pero el dato va a permanecer en el imaginario colectivo. Por eso es un cuadro que ha tenido un lugar muy importante en la construcción de la imagen de San Martín como padre de la patria y héroe”.

La batalla de Chacabuco de Pedro Subercaseaux

El gran artista

Seguramente todos recuerdan a Juan Manuel Blanes (1830-1901) por “Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires”, cuadro que se volvió célebre en los últimos años, ilustrando artículos y libros sobre la pandemia. Pero Blanes fue también un gran pintor de temas históricos, que recibió una importante formación en Europa. “La revista de Rancagua” (1872), hoy patrimonio del Museo Histórico Nacional, forma parte de la muestra “Pintores de la historia” y es otra de las joyas de esta exhibición.

“Es una de las grandes obras que inician el arte histórico en la región. Lo interesante es que describe un acontecimiento que en realidad que no existió”, explica Di Meglio.

La revista de Rancagua

En 1820, al enterarse del derrumbe del gobierno de las Provincias Unidas, San Martín prefirió renunciar a su cargo al frente del Ejército de los Andes. Pero los oficiales bajo su mando se reunieron en Rancagua y decidieron designarlo ellos mismos como su jefe, en nombre del pueblo. El acta que se firmó a tal efecto está hoy exhibida en el Museo Histórico. “Parte de ese ejército que se ve en el cuadro son tropas de afrodescendientes, que integraban el Regimiento 8 de libertos, es decir, hombres que tenían la promesa de libertad al final de su servicio militar. También puede verse un niño de espaldas y un perro en la imagen. Siempre había perros en los cuadros de Blanes. Son como una forma de entrada a la pintura”.

En lugar de poner la bandera del ejército de los Andes, Blanes pintó las de Argentina y Chile. En pleno período de afianzamiento de las identidades nacionales, a nadie le hizo gracia que el cuadro celebrara a los dos países. “Blanes no pudo venderlo- concluye Di Meglio-. Finalmente, lo adquirió el gobierno uruguayo y se lo regaló a Argentina para el centenario del nacimiento de San Martín. Así es como llegó al país y pasó a integrar la colección del Museo Histórico Nacional”.

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Adriana Lorusso

Adriana Lorusso

Editora de Cultura y columnista de Radio Perfil.

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