Según informó este jueves 11 de enero el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la inflación de diciembre se aceleró a máximos de 33 años, al registrar un 25,5 por ciento, es decir, el doble respecto al mes previo (12,8 por ciento). En todo el 2023, el IPC alcanzó el 211,4 por ciento, más del doble del 94,8 por ciento acumulado en 2022, y la cifra más elevada desde 1990 (1.343,9 por ciento). Este valor supera a Venezuela que tiene un estimado de 193 por ciento.
Tras la devaluación del 54 por ciento del peso y la desregulación de la economía, impulsadas por el gobierno entrante de Javier Milei, estos números estaban entre las estimaciones de varios analistas. Al mismo tiempo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) mensual es el más alto desde la salida de la hiperinflación, en febrero de 1991, cuando la variación de precios avanzó un 27 por ciento.
Por supuesto, estas cifras se encuentran reflejadas en las góndolas de supermercados y almacenes. Los productos comestibles de consumo masivo sufrieron un impacto en sus precios para el consumidor final. Semana tras semana, los comercios van actualizando los valores y esto repercute en el bolsillo. Pero, también, se observa que no todos los comerciantes manejan los mismos criterios en el momento de establecer los números.
Un fenómeno actual, y casi anecdótico, se puede comprobar con los precios de los productos de las cadenas de supermercados y las cadenas de farmacia. Basados en los datos dados a conocer en las páginas web de estos comercios, se puede verificar comparativamente como los mismos productos tienen precios distintos, en algunos casos cuatro veces más. En su mayoría, los números mas elevados corresponden a las cadenas farmacéuticas.
Desde hace años, las principales cadenas de farmacias sumaron a sus mostradores, y luego a sus flamantes góndolas, productos de uso personal que eran ofrecidas por los supermercados. Un ejemplo de la desviación, en el valor de precio, se puede ver con el Shampoo Johnson’s Baby para cabello claro de 200 ml, en la página de un supermercado se esta ofreciendo a 1.466,68 pesos mientras que en la web de una de las principales cadenas de farmacias se observa el mismo producto a 11.574,50 pesos.
La pasta dental Colgate Sensitive Pro Alivio por 110 g es otro de los productos de enorme diferencia en precio. En la cadena farmacéutica, el dentífrico tiene un valor de 4.780,50 pesos, mientras que el mismo dentífrico de la misma marca se puede conseguir en la tienda de supermercados a 1.135,75 pesos.
En el plano del café, la modalidad de la preparación con capsulas es la tendencia. Las Capsulas Super Cabrales de por 10 de 55g en los supermercados se consiguen a 4.980,66 pesos, mientras que las mismas en las cadenas farmacéuticas se encuentran a 7.176, 00 pesos.
Con la llegada del verano, los protectores solares están en auge. El Protector Solar Dermaglós FPS 65 x 90 g es ofrecido en las cadenas farmacéuticas a 10.932 pesos mientras que en los supermercados el misma pantalla solar, de la misma marca y factor, se encuentra en 8.609,25 pesos.
Los enjuagues bucales son imprescindibles para el cuidado de las encias. La marca Colgate innovo con su nueva variante Enjuague Bucal Colgate Total 12 Carbón Zero x 500 ml que se puede adquirir en farmacias a 7.982 pesos o en supermercados a tan solo 5.600 pesos.
Los pañales siempre son un gasto de alto costo. Si bien en comparacion con los demas productos la diferencia no es tan notoria, comprar en una cadena de farmacia los Pañales Pampers Baby Dry Hipoalergénico cuestan 22.212 pesos , mientras que adquirir la misma marca en un supermercado se gasta 18.000 pesos.
Finalmente, las prestobarbas están dentro de las diferencias de precios. La máquina para Afeitar Gillette Proshield Recargable en farmacias cuestan 13.033 pesos mientras que en las cadenas de supermercado se consigue a 9.750 pesos.
Es notable que el costo de la gran mayoría de los productos vinculados al cuidado del cuerpo, tanto para hombres, mujeres y niños; en las cadenas farmacéuticas, tengan un valor en el precio que supera en un 20 por ciento, en general, al de los supermercados. Incluso, en algunos productos particulares, el valor supera el 50 por ciento. Pero, por último, la decisión de donde comprar siempre la va a tener el consumidor.
por R.N.
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