¿Están los pueblos preparados para votar con conciencia histórica y conciencia social?
La suerte de los representantes depende de su trabajo hacia dentro de su partido y su lealtad hacia los líderes en lugar de su servicio hacia sus electores.
Cuando los electores votan candidatos y no a listas de partidos se crea un vínculo entre el desempeño de los representantes y las posibilidades en la elección.
En las circunscripciones uninominales el límite de competidores viables es de dos, por lo tanto si mi candidato preferido por ideología cercana entre los dos ha incurrido en prácticas corruptas, puedo no tener otra opción que seguir votándolo porque votar a un tercero será desperdiciar el voto y favorecen la elección del menos preferido.
Lo relevante es la posibilidad de identificar prácticas corruptas y castigarlas electoralmente.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina ha fallado que la determinación de la idoneidad de un “político” es facultad del Pueblo de la Nación y el político “no requiere idoneidad ni calidades morales” (Fallo Bussi:2001). De hecho, en ese fallo la CSJN sentenció a favor del actor pese a que éste había sido condenado por violaciones a los Derechos Humanos pero beneficiado con la indigna ley de Punto Final, afirmando que el fallo es en “resguardo de la soberanía del pueblo y la expresión de su voluntad.”, aunque el pueblo vote a inmorales y corruptos.
Ahora bien, hoy, los corruptos condenados con sentencia firme no pueden participar de los comicios porque es uno de los requisitos de admisibilidad para ser candidato/a previo a la elección.
Sin embargo, la paradoja que presenta la explicación del nexo causal entre el sistema electoral y corrupción, es que el mismo sistema electoral que “disuade” la corrupción política es el mismo que la estimula a que sigan presente a través del clientelismo, los gastos de campaña y los candidatos sin idoneidad moral e integridad política.
Los sistemas que permiten el voto a personas (internas de un partido) sobre el voto a partidos favorecen vínculos particularistas entre votantes y políticos aumentando el costo de campaña, promoviendo y estimulando el gran negocio de las elecciones.
“El pueblo es la fuente orgánica de la soberanía y el modo de ponerlo en ejercicio es el voto de los ciudadanos a efectos de constituir directa o indirectamente a las autoridades de la Nación.” (Fallo 324:3358)
Si ya tenemos antecedentes, que el voto muchas veces favorece a quien no tiene “idoneidad moral” aunque después sea condenado, podemos entonces afirmar que también muchas veces, el pueblo vota corruptos para después castigarlos.
Con conciencia o no, sin dudas, “los pueblos tienen los políticos que se le parecen.”
IG: @dracynthiacastro
FC: Dra. Cynthia Castro
por CEDOC
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