El enemigo silencioso que puede habitar nuestra mesa - Brand

Llevo más de 35 años atendiendo pacientes que luchan con trastornos de alimentación, y aún con esta experiencia, no deja de causarme profunda conmoción la expresión de tristeza que reflejan las miradas de las pacientes cuando llegan a la consulta por primera vez. Como si estuvieran atrapadas en un oscuro laberinto, sin poder escapar de sus propios pensamientos destructivos. Batallando a diario contra la voz de la patología. Es difícil explicar cómo algo tan esencial como la comida puede convertirse en su peor enemigo.

Todo es adelgazar o intentar ver como parar un ciclo de restricciones y atracones.

La sociedad nos bombardea con modelos de belleza inalcanzables, intensificando inseguridades que resultan la puerta de entrada para un tca.

En los últimos años los números han crecido, y luego de la pandemia mostraron un nuevo perfil: altísima demanda, edades más tempranas y pacientes altamente desregulados emocionalmente. El nivel de desconcierto y dolor de las familias ante estas situaciones es extrema.

Como lo describo en mi libro “El Imperio de la Delgadez”, estos trastornos, son patologías psicológicas con potenciales consecuencias nutricionales. Hay conflictos de identidad, maduración, autoestima, trauma, entre otros, por lo que no es sólo que reaprendan a comer el objetivo de un tratamiento, sino que luego de estabilizar sus síntomas alimentarios, puedan encontrar las raíces de su padecer y superarlo.

Por ello, un tratamiento no puede ser sólo abordado desde la alimentación, sino que se deben construir dispositivos que articulen terapias diversas, en áreas diversas de quien las padece. En Clínica de Familia lo hacemos desde una lógica interdisciplinaria integrada. Es decir, equipos de diversos campos de la salud trabajando de manera conjunta en un mismo espacio, evitando la multiplicidad de opiniones y espacios mal conectados entre los profesionales tratantes.

Actualmente y gracias a las nuevas tecnologías, nos ha permitido brindar nuestros tratamientos en forma virtual y llegar así con nuestra propuesta a cualquier rincón del país.

Nuevos trastornos se suman, el trastorno por atracon, confundido a menudo con la obesidad simple y que es más bien una forma de adicción a la comida, es por lejos el que más personas padecen actualmente, aunque paradojalmente es la que menos demanda ayuda.

Por eso prevenir, desde la familia y escuela, se vuelve fundamental. Instalando programas de detección y prevención temprana, podemos ayudar a que estos trastornos se conviertan en enfermedades de riesgo.

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