Esencias en la adolescencia
La infancia y la adolescencia constituyen etapas fundamentales en el desarrollo de todo ser humano.
Durante mi adolescencia, aparecieron dos deseos preponderantes que hicieron marca en mi persona: La psicología y la escritura. Elegí estudiar la primera de esas pasiones, recibiéndome de Licenciado en Psicología en el año 2006 (UNMDP, M.P: 46596).
Pequeña Anécdota
En el desarrollo de mi profesión, siempre estuvo latente mi deseo por escribir. Como todo deseo, insiste hasta hacerse lugar. En una sesión con una paciente adolescente, realicé una intervención que hizo marca y la movilizó. Se me ocurrió escribir al respecto y regalarle mi relato a modo de reforzar dicha intervención. La paciente al leerla expresó:
“Germán, ténes que escribir sobre esto, puede ayudar a muchas personas”.
Desde ese momento, me habilité a retomar la escritura, siendo mágico como el decir de mi paciente me mostró el camino para retomar mi otra pasión.
Se suceden varias publicaciones en redes sociales, comenzando a dar forma a lo que actualmente es mi página web.
De esta manera, ambos deseos fluyen en paralelo, articulándose y retroalimentándose mutuamente.
Con esta pequeña anécdota, me gustaría transmitir un mensaje: No renuncies a un deseo, cuando sientes que se enciende y destella en tu mundo interior.
¡Nunca es tarde para escucharte! A veces es difícil y da miedo, pero animarse es importante.
¿Quién enseña a escuchar?
En la escuela, no hay materias que enseñen a escucharse, y así se suele atravesar la infancia y la adolescencia sin herramientas para “saber escucharse”.
Si no se aprende a distinguir aquello relevante para el mundo interior de cada sujeto, cabe la pregunta:
¿Cómo saber cuáles son las prioridades que responden al propio deseo?
Espacios de escucha
Estas herramientas internas no vienen dadas, cada persona debe construirlas poco a poco.
En la vida siempre aparecen opciones, existiendo espacios a los que recurrir cuando el sufrimiento y la confusión se imponen.
En el espacio de atención psicológica, de sesión a sesión, con mucho trabajo y esfuerzo, cada paciente irá encontrándose a sí mismo en sus pensamientos y deseos, aprendiendo a escuchar y distinguir lo propio y lo ajeno.
En el consultorio, esperanzas y deseos sobrevuelan en los discursos, en un proceso de crecimiento y conocimiento interno, donde aprender a escuchar es escuchar-se.
Lic. Germán Rothstein.
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por CEDOC
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