Sunday 5 de May, 2024

EMPRESAS Y PROTAGONISTAS | 12-05-2020 18:29

Mariana Gauto: llegué antes, soy prematuro ¿y ahora?

"Estos bebes, asoman a la vida, a pesar de su fragilidad, cuando ante la inminencia de la muerte, hay unos padres dispuestos a soñar la vida. Capaces de renunciar al hijo idealizado e imaginario y tomar conciencia del hijo real".

Cuando pensamos la vida, reconocemos con facilidad, los ciclos vitales por los que transcurre el sujeto. La llegada de un niño es un sueño, que da comienzo a una historia que inaugura el ciclo vital, teñido de mitos familiares, representaciones, ilusiones, expectativas y proyecciones es el portador de un proyecto humano. El cachorro humano es una especie que nace con un sistema nervioso no maduro, y depende su desarrollo del sostén de otro humano.

El nacimiento prematuro como desarrollamos en el primer capítulo, son aquellos nacimientos producidos antes de las 37 semanas. Los mismos implican situaciones altamente traumáticas para la madre el niño y el equipo médico, surgen momentos muy violentos y de alto estrés .La madre y el niño llegan a producir el nacimiento como resultado de maniobras, que producen un alto impacto emocional.

Como consecuencia de estos nacimientos, los prematuros manifiestan grandes complicaciones de alimentación respiración, temperatura, hemorragias cerebrales y otras y un sistema neuroquímico que no le permite amortiguar el dolor. Los mismos se producen por diferentes causas, el mayor número de nacimientos en mujeres negras, adolescentes, mayores, de bajos recursos y sin control prenatal.

El siendo humano es una construcción, que sienta sus bases en lo biológico, pero no es posible sin conectarlo con las posibilidades históricas ambientales. El potencial genético se ira moldeando por las experiencias de vida y estarán ligadas a la conservación de la vida y la organización de los mecanismos que lo harán posible. El proceso de desarrollo está ligado como un bebe nacido a término al esfuerzo por sobrevivir y elaborar los dispositivos de adaptación, en condiciones de alto riesgo para la vida. Él bebe que sienta su desarrollo y crecimiento en el vínculo con su madre, abandona el vientre materno y debe crear en el ambiente externo una posibilidad de constitución.

Su aparato perceptor quedara teñido por las agujas ruidos y cánulas, con  el que se va tiñendo su realidad dejando esto, una huella, una marca  que quedará inscripta  en  su memoria, dando cierta identidad a su realidad emocional. El neonato es un organismo psicológicamente indiferenciado, se ira constituyendo sujeto en relación con su ambiente y la mediación de la madre.

Didie Anzie realiza su aporte cuando expresa que la piel es el órgano de contacto entre el afuera y el adentro y desde allí surgirán las experiencias que construirán una realidad. Recordemos aquello que Spitz expresa cuando  habla de la dependencia   entre madre-hijo y fundamenta el desarrollo. Cuando esto, se liga especialmente a las dificultades emocionales de la madre, las denomina Psicotoxicas, en estas situaciones de nacimiento prematuro, el enfrentarse a esto es lo cotidiano. Madres angustiadas, enojadas, culposas .

Estos bebes, asoman a la vida, a pesar de su fragilidad, cuando ante la inminencia de la muerte, hay unos padres dispuestos a soñar la vida. Capaces de renunciar al hijo idealizado e imaginario y tomar conciencia del hijo real. Es el equipo de reanimación neonatal y el psicólogo especialmente es el que debe estar acompañando y haciendo posible este proceso, saliendo en este caso de un rol de escucha dentro de un consultorio, para hacerse presente con los médicos, los enfermeros, los padres y el niño para construir la historia de ese niño dentro del servicio y de cada familia.

De no lograr esta integración familiar y no poder trabajar esta nueva madre, la madre de un prematuro podrían aparecer síntomas irreversibles, como se muestran en los casos clínicos, la hostilidad de la madre entre otros causan detención en el desarrollo psicológico, disfunciones psíquicas, cambios somáticos o la muerte.

Y finalmente podemos recordar las palabras de Winnicott “Un bebe no puede existir solo, sino que es esencialmente parte de una relación”.

Mariana Gauto - Lic. en Psicología

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