El Trastorno de Pánico y la Agorafobia: La Importancia de la Aceptación

El trastorno de pánico y la agorafobia son condiciones que pueden llegar a ser sumamente incapacitantes para quienes las padecen. Estas condiciones no solo afectan el bienestar emocional de las personas, sino que también pueden limitar significativamente su capacidad para llevar una vida normal y satisfactoria. Uno de los aspectos fundamentales en la comprensión y tratamiento de estos trastornos es el papel que juegan nuestras creencias.

La percepción que tiene una persona sobre su capacidad para enfrentar amenazas o peligros va a estar ligada a sus creencias. Estas creencias suelen estar profundamente arraigadas y pueden ser el resultado de experiencias pasadas, educación, o eventos traumáticos. Cuando una persona cree que es particularmente vulnerable, esta percepción puede desencadenar una serie de pensamientos y emociones negativas.

Alguien que sufre de trastorno de pánico puede tener la creencia de que una crisis de pánico es inminente y de que será incapaz de manejarla. Este pensamiento provoca una ansiedad anticipatoria, la cual se manifiesta en síntomas físicos como taquicardia, sudoración, mareos y un sin número de síntomas físicos que a su vez refuerzan la creencia de que una crisis es inevitable, creando un ciclo de retroalimentación negativa.

Cuando intentamos reprimir estos pensamientos y emociones, a menudo logramos el efecto contrario. Voy a explicar esto con una analogía.

Cuando intentamos flotar en el agua, el acto natural es relajarnos y confiar en nuestra capacidad de flotar. Sin embargo, si empezamos a establecer múltiples mecanismos de control sobre este acto simple, como tensar nuestros músculos o tratar de controlar cada movimiento minuciosamente, terminamos hundiéndonos. De manera similar, en el manejo de la ansiedad y el pánico, cuando intentamos controlar cada pensamiento y emoción negativa, imponemos una tensión adicional que puede desencadenar el efecto contrario, agravando nuestra ansiedad y provocando una crisis de pánico.

Una alternativa efectiva a la represión es la aceptación. La aceptación no significa resignarse a vivir con ansiedad o pánico, sino reconocer la presencia de estos pensamientos y emociones sin juzgarlos ni tratar de eliminarlos de inmediato. Esta estrategia se basa en la premisa de que la lucha contra nuestras emociones internas solo sirve para intensificarlas.

Aceptación no es resignación. La resignación implica rendirse y dejar de intentar mejorar nuestra situación, está ligada a sentimiento de frustración y abandono. La aceptación es un reconocimiento activo de nuestra experiencia interna como un primer paso para hacer cambios significativos.

Imaginemos a Juan, quien padece de agorafobia y experimenta ataques de pánico al estar en lugares concurridos. En lugar de evitar estos lugares o luchar contra la ansiedad que siente, Juan trabaja en aceptar su ansiedad como una respuesta natural de su cuerpo. Reconoce los síntomas de su pánico sin intentar suprimirlos y comienza a exponerse gradualmente a situaciones que teme, como hacer la compra en supermercados poco concurridos.

Con el tiempo, la práctica de la aceptación le permite a Juan reducir su miedo y ansiedad, y comienza a recuperar la capacidad de realizar actividades que antes evitaba. Este enfoque le ayuda a comprender que sus pensamientos y emociones no son peligrosos en sí mismos y que puede manejarlos sin que se conviertan en crisis incapacitantes.

Soy Flavia Cerutti. Psicóloga y Maestranda en innovación Educativa. Te invito a seguirme en mis redes que brindo muchísima información acerca de cómo superar el trastorno de pánico y trastornos asociados, también encontrarás testimonios de superación y próximamente cursos y talleres online para que puedas autogestionarte en tu proceso de superación.