Tuesday 24 de June, 2025

ESPACIO NO EDITORIAL | 05-06-2025 08:07

Estado, crisis y salud: el equilibrio inestable del bienestar colectivo

¿Puede el Estado sostener su rol histórico como garante de derechos en un contexto de desigualdad y fragmentación social?

En América Latina, el vínculo entre Estado, crisis y salud configura una ecuación en permanente tensión. No se trata de un simple juego de causas y consecuencias, sino de una trama dinámica donde el Estado es, al mismo tiempo, agente, escenario y víctima de las transformaciones sociales.

Estado, crisis y salud: el equilibrio inestable del bienestar colectivo

Lejos de ser una variable neutra, el Estado constituye el nodo central que articula —o debería articular— los vínculos entre ciudadanía, derechos y políticas públicas. Sin embargo, cada vez que la sociedad entra en crisis, su legitimidad se pone en cuestión. La desarticulación social, el aumento de las desigualdades y el deterioro de los servicios esenciales, como la salud, ponen en evidencia no solo la crisis de un modelo económico, sino también los límites estructurales del aparato estatal.

En el sistema de salud se expresa con crudeza esta tensión. La precarización, la privatización encubierta y el acceso desigual a la atención médica reflejan el retroceso del Estado como garante de derechos. En este escenario, la salud deja de ser un bien común para insertarse en lógicas de mercado, consolidando una ciudadanía fragmentada por el nivel de ingresos.

Históricamente, el Estado en América Latina osciló entre la promoción del bienestar y la captura por intereses particulares. La frontera entre lo público y lo privado ha sido siempre porosa: instituciones, recursos y decisiones públicas muchas veces han sido controladas por actores que representan intereses sectoriales antes que colectivos.

Hoy, la gran pregunta ya no es solo si el Estado debe intervenir, sino si puede y quiere hacerlo. En tiempos donde se debaten los límites del “Estado presente” frente al avance de lógicas neoliberales, urge redefinir su papel no desde el paternalismo, sino desde una gestión ética, eficiente y equitativa.

Repensar el Estado implica asumir que sin su acción articuladora y distributiva, el sistema de salud se convierte en otro reflejo de la crisis. El verdadero desafío está en construir un modelo donde el Estado no sea un administrador de carencias, sino un actor transformador capaz de garantizar derechos en contextos adversos. Porque sin salud pública fuerte, no hay ciudadanía plena.

Carlos Felice Fioravanti

Email: presidencia@ospat.com.ar

Instagram: @carlosdfelice

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