Marianela Mirra y José Alperovich decidieron cancelar el festejo de casamiento en el complejo de Puerto Madero, donde el exgobernador cumple prisión domiciliaria tras la condena por abuso sexual contra su sobrina. Este jueves 27 de noviembre era la fecha para la boda, que se llevara a cabo sin invitados por "miedo a la sobreexposición" y una posible complicación en la situación judicial del ex mandatario tucumano.
Lejos de armar un evento concurrido, la pareja tenía planeado una ceremonia privada y reducida para 20 invitados, con un servicio gastronómico que rondaban los 200.000 pesos por persona. Finalmente, los protagonistas decidieron postergar las invitaciones y el catering. En el ciclo LAM de América TV, Laura Ubfal informó la presencia única de los testigos exigidos por la ley y que, tras la ceremonia, solamente pedirán "delivery".

Si bien los rumores de romance datan desde hace más de una década, cuando se descubrió que la modelo cobraba como personal contratado del Parlamento tucumano, el vínculo romántico entre Alperovich y Mirra se hizo público el 1 de abril de este año, cuando la estrella mediática publicó en su Instagram unos mensajes en los que confirmaba su noviazgo.“Voy a visitar a mi pareja porque lo amo. Y creo en él ayer, hoy y siempre, a muerte”, escribió en una story que rápidamente fue difundido por medios nacionales.
Poco después, Mirra compartió en redes imágenes e historias que mostraban un vínculo íntimo, incluida una foto en la que aparece junto al dirigente peronista en una cama, lo que alimentó la polémica y obligó a la exfigura de reality a responder a periodistas y a seguidores. Los posteos y las visitas a la unidad carcelaria o al lugar donde Alperovich permanecía alojado, con prisión domiciliaria, fueron registrados por distintos portales.

El trasfondo judicial es clave para entender por qué la relación generó tanto revuelo. El exsenador nacional fue juzgado y condenado por abuso sexual agravado en junio de 2024. Un tribunal lo encontró responsable de múltiples hechos contra su sobrina que trabajaba como su secretaria y fue sentenciado a 16 años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos.
A comienzos de noviembre, distintos medios consignaron que la pareja había fijado una fecha para su casamiento. Las reacciones públicas fueron mixtas: sectores de la opinión pública y organizaciones en defensa de las víctimas de violencia sexual cuestionaron con dureza la idea de una boda, mientras pesa sobre Alperovich una condena por abuso; otros comentaron que se trataba de una decisión personal de la pareja
















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