La pelea por la propiedad de El Nueve es salvaje y tiene una trama de socios, traiciones y millones que va mucho más allá de lo legal. El viernes 31 hubo una novedad que podría resultar determinante: un fallo de la Justicia de Estados Unidos resolvió que Carlos Loréfice Lynch -actual dueño de la señal- engañó y estafó al magnate mexicano Ramiro Ángel González González para quedarse deliberadamente con la compañía. Sin embargo, la resolución judicial lejos está de ser el final de esta historia que combina acusaciones cruzadas, testaferros y poder. Ahora, cada una de las partes prepara su próximo movimiento: mientras el abogado argentino ya trabaja en la presentación de su apelación, el empresario mexicano comenzó a redactar los papeles que presentará en la Inspección General de Justicia (IGJ) y en el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) para recuperar lo que él considera propio. Los dos están convencidos de que pueden ganarle al otro.
El fallo de la Justicia de Delaware es apenas un capítulo más de este largo conflicto, cuyo punto de partida se puede ubicar en 2017 cuando la relación entre González González, apodado “El fantasma”, y Loréfice Lynch se quebró para siempre. Hasta ese momento, el magnate de medios de Latinoamérica -que había desembarcado en Argentina en 2006 con la compra de El Nueve, FM Aspen y otros medios pequeños del interior- había depositado toda su confianza en Lorefice Lynch, un abogado joven que se terminó convirtiendo en CEO de su compañía. El vínculo era tal que algunos describen a la relación entre ambos como “la de padre e hijo”.
Sin embargo, las versiones sobre por qué se separaron varían según quién cuente la historia. Desde el entorno de Loréfice Lynch aseguran que cuando “El Fantasma” se vio envuelto por esos tiempos en un escándalo internacional con la acusación a su esposa por financiamiento electoral ilícito en Guatemala, el abogado quiso tomar distancia del empresario y le propuso comprarle las acciones de sus medios en Argentina. “Era el CEO y no quería quedar pegado a eso”, cuentan sus allegados. Sin embargo, los allegados de González González insisten en que lo que sucedió fue, ni más ni menos, que una estafa que Loréfice Lynch planificó y llevó adelante para quedarse con los medios argentinos, que no existió esa venta y que González González es “víctima de haber confiado ciegamente”.
Pasado. González González es mexicano y, en el 2006, le compró las licencias de este paquete de medios a Daniel Hadad. Sin embargo, poco tiempo después de desembarcar en la Argentina, hubo una modificación en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que lo afectó de forma directa: la ley de medios estableció que un extranjero no podía tener más del 30% de un canal de televisión. Antes se había producido un lento traspaso de acciones a Loréfice Lynch y, con esta ley, ese proceso se aceleró hasta completar el 65 % de las acciones de Belleville, la empresa madre que a su vez posee otras compañías dueñas de los medios en cuestión. La idea, entonces, de que el abogado era, en realidad, su testaferro comenzó a cobrar cada vez más fuerza.
La sentencia. Pero no todo lo que brilla es oro. En el juicio de Delaware se investigó si, como dice González González, Loréfice Lynch lo había engañado y orquestado un plan para quedarse con la empresa haciéndolo firmar papeles sin que él supiera de qué se trataban. Y, a diferencia de lo que declara el abogado, el mexicano asegura que nunca le vendió la empresa, hecho que fue apoyado por el fallo de la jueza norteamericana Morgan Zun.
“Utilizando su posición de confianza, Loréfice Lynch indujo al empresario a firmar documentos que indicaban que él, no el empresario o su afiliado, era el miembro mayoritario de la compañía -sostiene la sentencia-. Poco después de que se firmaron esos documentos, una nueva ley argentina, según Loréfice Lynch, requería que un argentino tuviera el interés mayoritario en las compañías de medios que operan en Argentina. Esto inspiró a Loréfice Lynch a elaborar un esquema de estafa más sofisticado: informó al empresario que era necesario asignarlo como miembro mayoritario de la sociedad para cumplir con la nueva ley". En la descripción de los hechos, el escrito judicial relata que Loréfice Lynch le aseguró al empresario que "actuaría como un simple fiduciario y que esto no representaría problemas societarios en el futuro para los verdaderos propietarios". "Después de establecerse como el miembro mayoritario de la compañía, Loréfice Lynch abandonó su papel de fiduciario para tomar el control real sobre la compañía", agrega. Y concluye la jueza: "Loréfice Lynch indujo fraudulentamente al empresario a ejecutar esos documentos y ha procedido con alevosía y de mala fe".
El fallo fue celebrado por González González, quien en Argentina es representado por el abogado Alejandro Massot, hermano de Nicolás, ex jefe del bloque de diputados del PRO. Además, el empresario contrató en febrero los servicios de Symfonia, la consultora que habían creado dos meses antes los ex funcionarios macristas, Nicolás Massot, Rogelio Frigerio y Emilio Monzó. Todo el equipo ahora asesora al mexicano para presentarse ante las autoridades argentinas con el fin de recuperar el canal y el resto de los medios.
Desde el entorno de Loréfice Lynch admiten que el fallo es un golpe duro, pero ya decidieron apelar. El abogado quiere defenderse: “Quien me conozca solo a través de lo que dice ese fallo, ni me saludaría. Ahora me toca defenderme”, le dijo a sus allegados.
De acuerdo a su mirada, la jueza “se ensañó” con él y solo consideró una parte de la prueba presentada. De hecho, insiste ante sus íntimos en que hubo un antecedente que el tribunal norteamericano no tuvo en cuenta: la causa 12.518/2014 caratulada “González, González Remigio Ángel y Lorefice Lynch Carlos s/encubrimiento”, en la cual se estableció que la compra de las acciones fue real y que él tenía fondos genuinos para hacerse de parte de la empresa.
Como conclusión, la sentencia norteamericana estableció la propiedad de Belleville ahora quedó en un 5% en manos de González González a título personal y un 95% en manos de Televideo, que es otra compañía familiar que el magnate tiene con sus dos hijas.
En los próximos días la jueza de Estados Unidos deberá dictaminar si una eventual apelación se dará con efecto suspensivo o deovlutivo, lo que podrá tener efecto en los tiempos a futuro.
Las estafas. Hay dos palabras que aparecen a lo largo de toda la sentencia y que despiertan, al menos, suspicacias. Según González González, cuando Loréfice Lynch le informó acerca de la modificación en la Ley de Medios, le llevó una propuesta: que le transfiriera el 65% de la acciones de Belleville a él ya que, como ciudadano argentino, no iba a tener inconvenientes en presentarse como el accionista mayoritario. La idea era que, a los ojos de la nueva legislación argentina, no hubiera nada ilegal. Pero, además, según consta en la sentencia, Loréfice Lynch le ofreció la posibilidad de firmar un “contradocumento secreto”, en el que ambos declararían que el traspaso solo iba a ser testimonial y que el verdadero dueño de la compañía seguía siendo el mexicano. Ambos, según el empresario, estuvieron de acuerdo.
A pesar de que la historia del “contradocumento secreto” está largamente desarrollada por la jueza, el texto aclara también que ese papel, en realidad, nunca se firmó, aunque dice que existen unos mails que comprometen a Loréfice Lynch. “González González confiaba ciegamente en Loréfice y hacía lo que él le sugería”, se defienden.
Este punto resulta clave para Loréfice Lynch, según subrayan sus allegados. “Ese fallo es una locura -explican-. Porque de ser cierto, González González se estaría autoincriminando y reconociendo que estafó al Estado argentino para poder operar en el país”. En un pie de página, la jueza aclaró que en su fallo no se había dedicado a investigar si las maniobras entre González González y Loréfice Lynch significaban “un fraude para la ley argentina” sino que ella se limitó a dirimir un problema societario.
Este asunto, que compete al Estado argentino, será clave en los próximos meses. El Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) va a tener que intervenir. Sus autoridades no respondieron las consultas de NOTICIAS.
Además de contar con un fallo norteamericano a su favor, González González encontró un resquicio en la ley de medios argentina que hasta hace años no había podido usufructuar. La norma establece como excepción al límite de titularidad en manos extranjeras a los inversores norteamericanos, gracias a un acuerdo preexistente firmado entre ambos estados en 1992. Y González González ahora tiene la doble nacionalidad.
Por eso, el empresario se siente con todas las de ganar. Su plan es volver a El Nueve. Sabe que con Loréfice Lynch el canal cambió: abandonó las latas, apostó a la programación en vivo y a los contenidos de actualidad, lo que le dio más vísibilidad y mejoró su rating. De hecho, en noviembre del 2019 la señal cerró un acuerdo con "Grupo Octubre", de Víctor Santa María, para producir contenidos. En la actualidad, son ellos quienes se hacen cargo de los noticieros y de la producción de otras seis horas de programación. En diálogo con NOTICIAS, el empresario y sindicalista aseguró que este fallo no condiciona el trabajo conjunto que mantiene con el canal. Desde el entorno de González González dicen estar dispuestos a sentarse a conversar con él.
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