El pase entre Eduardo Feinmann y Pablo Rossi en A24 arrancó con un tema que atraviesa al oficialismo y a la opinión pública: las formas de Javier Milei. Rossi abrió el fuego al plantear que ese día había una pulseada mediática: “Yo vi que hoy hubo una pulseada: ‘¿es el auténtico o no es el auténtico? ¿Está actuando o no?’”. De inmediato, Feinmann lo interrumpió sin vueltas: “¿Qué importa?”.
El contexto no era casual. La última cadena nacional, en la que Milei presentó el presupuesto 2026 con un tono sorprendentemente calmo e impasible, encendió la discusión. El contraste con sus habituales gritos y exabruptos dio lugar a una nueva ronda de críticas: algunos lo acusan de sobreactuar la moderación, otros de haber perdido frescura.
“Estamos en la misma”, respondió Rossi a su compañero. Y Feinmann completó: “Si el Presidente por ahí decide tomar otro rumbo en las formas, en la forma de comunicar, en la forma de comunicarse… ¡bienvenido sea! Si era lo que se le estaba reclamando, ¿o no?”. Rossi coincidió y cerró con: “Es pragmatismo político puro”.
El momento más encendido llegó cuando Feinmann, visiblemente molesto, le habb{o a Rossi y apuntó contra quienes cuestionan las idas y vueltas del Presidente: “Sos como la gata flora, no hay m... que te venga bien, viejo. Si grita, grita; y si no grita, no grita. Si dice ‘¡Viva la libertad, carajo!’, porque dice eso. Y si no lo dice: ‘uh, qué bárbaro, algo le estará pasando’... ¡Pará, viejo! ¿Cuál es el problema?”.
El exabrupto retrató con crudeza lo el periodista quería remarcar: que Milei es criticado haga lo que haga. Si levanta el tono, lo acusan de desbordado; si baja un cambio, de impostar. En ese doble estándar, según Feinmann, se esconde buena parte del desgaste político que enfrenta el Presidente.
En tiempos en que la Casa Rosada busca mostrar a un Milei más contenido y presidencial, la reacción de los conductores de A24 refleja la incomodidad que les generan las críticas permanentes a las formas del mandatario.













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