Tuesday 30 de April, 2024

PERSONAJES | 01-02-2024 13:00

Luis Scalella: “El cine sin apoyo estatal no existe”

Productor y presidente de Argentina Sono Film, revela de dónde viene su pasión por el séptimo arte. Amor de película con Flavia Palmiero.

Ligado al cine desde joven, Luis Scalella es el propietario y presidente de Argentina Sono Film, la productora de los legendarios Ángel Mentasti y Luis Moglia Barth que inauguró el cine sonoro nacional con la película “¡Tango!” y que en 2023 celebró sus 90 años en el MALBA con un ciclo de clásicos de su rica y variada historia, de gran proyección durante sus primeras décadas en toda América hispanoparlante. Scalella además preside la Federación Internacional de Asociaciones de Productores de Films (FIAPF), con sede en Bruselas, y es la pareja de la actriz Flavia Palmiero desde hace 11 años. Temas que abordó con NOTICIAS en sus oficinas repletas de afiches de películas, en el barrio de Palermo Hollywood.

Noticias: ¿De dónde viene su pasión por el cine?

Luis Scalella: En parte, de uno de mis abuelos, que como un laburo extra era control de cine, la persona que estaba en la puerta con un cuenta ganado para contar la gente que entraba. Pero básicamente de mi papá, que empezó como cadete en una empresa cinematográfica y terminó siendo dueño de varias salas. En el medio fue distribuidor y también se dedicó a la compra y reventa de películas para toda América Latina. Todo el cine italiano de la época de Alberto Sordi​, Ugo Tognazzi, "Nino" Manfredi y Vittorio Gassman lo trajo él. La producción no le gustaba mucho, pero en los ‘70 hizo una película: “Yo maté a Facundo”, sobre el asesinato de Facundo Quiroga, con dirección de Hugo del Carril. Yo de chico iba a recorrer las salas con mi papá y de adolescente empecé a trabajar en su distribuidora, pero recién descubrí lo que es el mundo del cine en ese rodaje, que fue mi primer trabajo como asistente de producción. Ahí me picó el bichito.

Noticias: ¿Cómo siguió su carrera?

Scalella: Después fui distribuidor y luego productor. Empecé coproduciendo con Argentina Sono Film algunas películas de Los Superagentes; y ya en democracia estrenamos “Atrapadas”, sobre una cárcel de mujeres, que nadie quería dirigir. En verdad, no se veía nada muy jugado. sólo algunas escenas de seudo lesbianismo, pero se alineó  todo —el fin de la censura con el gobierno de Raúl Alfonsín, el llamado “destape” y un elenco con grandes figuras— y fue un exitazo. Entre otros, actuaban Leonor Benedetto, que venía de hacer “Rosa de Lejos”, y Camila Perissé, que acababa de trabajar con “Tato” Bores, la cima de su carrera. 

Noticias: ¿Cómo llegó a comprar la “Sono”? ¿Qué lo impulsó? 

Scalella: La primera parte la compré en 1992, con mis socios de Gativideo, una de las videoeditoras que llevó el cine a las casas en formato VHS; y hace unos seis años completé el 100%. Me impulsó la historia del cine argentino, que quiero preservar. Acá no hay una cinemateca nacional que se dedique a eso y, a veces, ves películas tiradas en un depósito, echándose a perder. Ahora estoy tratando de restaurar y digitalizar todas esas películas, que son más de 320. Casi todo es recuperable, pero una cosa es pasar una película completa y otra, restaurar fotograma por fotograma. Por suerte, una parte ya estaba digitalizada, cuando se hicieron los DVD, así que ahí estamos mejorando esa calidad.

Noticias: En el MALBA se proyectaron 25 de esas películas. ¿Son sus favoritas?

Scalella: Ese ciclo lo armamos con Fernando Martín Peña, programador del MALBA Cine, con películas de Moglia Barth, Del Carril, Luis César Amadori, Lucas Demare, Manuel Romero, Luis Saslavsky, Leopoldo Torre Nilsson, Daniel Tinayre y otros. Te menciono dos joyas: “Rosaura a las diez”, basada en la novela homónima de Marco Denevi y dirigida por Mario Soffici, y “Hombre de la esquina rosada”, de René Mugica, sobre ese mismo cuento de Jorge Luis Borges, quien dijo que la película es incluso mejor que lo que él escribió. Ya restaurada, “Hombre…” también se exhibió en Mar del Plata, Cannes y en el Festival Lumière, en Lyon; y “Rosaura…” se va a exhibir este año en Cannes. 

Noticias: Como titular de la “Sono” produjo más de 20 películas. ¿Cuáles son sus preferidas?

Scalella: “Las cosas del querer 2”, una coproducción hispano-argentina con Ángela Molina, Manuel Bandera, “Susú” Pecoraro y Darío Grandinetti; “¡Atraco!”, un policial con Guillermo Francella y Nicolás Cabré; e “Inseparables”, remake de una comedia dramática francesa, con dirección de Marcos Carnevale y actuaciones de Oscar Martínez y Rodrigo De la Serna.   

Noticias: ¿Qué piensa hacer con todas esas películas?

Scalella: Mi sueño es hacer una plataforma de cine nacional. Ahora, junto a Pablo Bossi, de Pampa Films —y en concordancia con Héctor Olivera—, también compré Aries, que había quebrado y estaba en convocatoria de acreedores. Entre Argentina Sono Film y Aries, que son cerca de 100 películas, tenés gran parte del cine local, porque hasta los ‘60, la productora más importante era la “Sono”, y de los ‘60 al 2000 lo fue Aries. Que no sólo son las películas de Alberto Olmedo y Jorge Porcel —que te pueden gustar más o menos, pero representan una época de nuestro cine—, sino también grandes títulos como “El Jefe”, “La Patagonia rebelde”, “Plata Dulce”, “Pasajeros de una pesadilla” y varias de Adolfo Aristarain, como “Tiempo de revancha” y “Últimos días de la víctima”. Yo sueño con una plataforma con todas las películas de la “Sono”, Aries y Pampa, que suman unas 500.

Noticias: Con la industria cinematográfica local muy lejos de sus años dorados, ¿cómo llegó a presidir la FIAPF?

Scalella: Primero fui el representante argentino, en lugar de Olivera; después vicepresidente para América Latina;  luego vicepresidente primero para todo el mundo; y desde 2009 presidente, reelecto por quinta vez consecutiva en 2023. Yo creo que los estadounidenses no querían un presidente europeo y que los europeos no querían uno estadounidense, y elegir a un latinoamericano le dio a la Federación un significado más global.

Noticias: ¿Ven mucho cine con Flavia?

Scalella: Sí, nos encanta. De hecho, ella me ha acompañado a varios festivales: Cannes, Berlín, Taormina. También vemos cine en casa. El tema es que a Flavia, cuando no le gusta una película, quiere cambiar, y yo por deformación profesional, no puedo dejar de verla. Porque no sólo me interesa ver cómo se va armando la trama, sino la hechura, imaginar qué pasa detrás de la cámara.      

Noticias: Flavia contó que no conviven porque ella tiene su carácter y porque usted es “medio cabrón”. ¿Es así? 

Scalella: (se ríe) Vivimos en casas separadas, pero en realidad convivimos la mayor parte de la semana. Pasa que yo me hago mucha mala sangre con algunas cosas del trabajo, pero nuestras diferencias son por pavadas; en lo fundamental estamos siempre de acuerdo. Lo que a mí me saca a nivel trabajo son los caprichos y los divismos, que por suerte cada vez son menos frecuentes, porque las nuevas generaciones tienen mayor conciencia de lo difícil que es hacer cine. Aunque como contrapartida, son menos responsables, por ejemplo, en el  cumplimiento de los horarios.

Noticias: ¿Cuán complejo es producir cine hoy en Argentina?  

Scalella: Muy, porque desde el inicio de una producción hasta el estreno pueden pasar 12 o 18 meses, y acá las cosas cambian mes a mes. Aparte, estoy esperando que se normalice la situación a nivel exhibición mundial para que se pueda volver a producir para la exhibición en cines, porque ahora casi todo es plataforma. Y no es lo mismo, porque ir al cine tiene mucho de ceremonial. 

Noticias: Tras anunciar un eventual cierre del INCAA durante la campaña electoral, el nuevo gobierno confirmó en la ley ómnibus enviada al Congreso la continuidad del Instituto, pero con cambios. ¿Qué opina de ellos?  

Scalella: La idea de cerrar el INCAA era un error absoluto, por lo que acuerdo completamente con su continuidad, porque el cine es un registro histórico de la forma de vida de un país, es preservar parte de nuestra identidad. Estados Unidos logró vender su “way of living” en el mundo gracias al cine. Pero no acuerdo con los cambios, porque sacarle al Instituto el flujo mayor de fondos que provenía del Ente Nacional de Comunicaciones significa su desfinanciamiento. Lamentablemente, el INCAA quedó como un faro de la corrupción y de algunos actores con cierta orientación política, pero la solución no es desfinanciarlo, sino racionalizar los recursos con una reducción de gastos superfluos y de personal; y darle fondos de una manera transparente a quienes realmente se lo merecen. El cine sin apoyo estatal no existe en ningún país de Occidente.

Noticias: Además del cine, le apasiona la equitación y se dedica a la cría caballos de salto y de carrera. 

Scalella: Sí, eso también es herencia familiar. De ahí que mi mamá me llevó de chico al Club Hípico, donde aprendí a montar y saltar. Tanto que en 1992 gané un campeonato nacional de primera categoría. Pero nunca me gustó jugar a las carreras; a mí me gusta el caballo, ver cómo se va desarrollando y la ilusión de que gané algún premio, como en una película. Mi papá decía: “A la gente del cine no nos gusta el juego, porque cuando compramos una película ya nos la estamos jugando”. El cine es en sí una apuesta.   

por Sergio Núñez

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