El compositor y músico Max Masri, recorrió un largo camino para transformarse en uno de los renovadores más destacados del tango. Asiduo habitué de las fiestas electrónicas, del Morocco y el Club 69, lleva en su sangre el gen que lo aleja de lo convencional. Comenzó tocando la guitarra en un grupo punk y estudió composición con Virgilio Expósito, toda una leyenda de nuestro ritmo ciudadano.
En 2003, dos décadas atrás, fundó Tanghetto, banda con la que recorrió Europa más de treinta veces, llevando su innovador arte a través de países tan lejanos como Alemania, Inglaterra e Italia. Estuvo nominado cuatro veces al Grammy, el mayor premio que otorga la industria y ganó el Gardel, en dos oportunidades.
Este año, la agrupación lanzó “Argentinxs”, su décimo disco, con un seleccionado de invitados de lujo entre los que están Amelita Baltar, Adriana Varela, Lidia Borda, Fito Páez, Leo García, Pedro Aznar, León Gieco, Abel Pintos, Lito Vitale y Peteco Carabajal.
Escorpiano, afable y cálido, de 1,94 metro de alto, se mueve como un gigante, esquivando parlantes, instrumentos y teclados en su departamento de Recoleta, donde recibe a NOTICIAS.
Noticias: ¿Desde chico la música estuvo presente en su vida?
Max Masri: Siempre. El tango me llegó por mi viejo y por mi abuela, aunque no me gustaba por algo en particular. El hecho de que fuera una música familiar facilitó todo, aunque nadie, en mi familia, tenía algo que ver con el mundo de la música. Estudié sistemas y después económicas, pero pensaba: si tuviera que vivir toda la vida de esto…
Noticias: ¿Y aparecieron las clases con instrumentos?
Masri: Sí, empecé tocando el bajo y tenía un tecladito chiquito con un secuenciador donde componía algunas cosas. Estudié un poco de guitarra clásica, de guitarra rock, de bajo, pero la parte de las máquinas fue la que más me interesó.
Noticias: Estuvo como guitarrista en la banda punk Innocents.
Masri: Así es. Ese estilo me gustaba porque era sumamente rebelde para mi visión adolescente. Tocábamos en un lugar que se llamaba Cátulo Castillo, en Palermo y comencé a defraudarme un poco porque veía que había toda una industria alrededor del rock que estaba lejos de esa rebeldía. De a poco me fui acercando a cosas menos corrientes en ese momento, como el tango. Tuve la suerte que una amiga de mi familia tenía un conocido que trabajaba en SADAIC, donde quería ir a aprender composición.
Noticias: ¿Ahí estudió con el gran compositor Virgilio Expósito?
Masri: Él ya era un hombre muy mayor y lo increíble fue que le gustó la composición que le llevé. Es un tema que se llama “El arte de amar”, que incluí en un disco de Tanghetto. Me aclaró que él tomaba alumnos más avanzados pero que veía un potencial a mis 19 años. Yo era un inconsciente absoluto porque no sabía quién era Virgilio y él me tocaba sus temas. El tango “Naranjo en flor”, el bolero “Vete de mí”, para mostrarme que se podía componer de todo porque yo era un pendejo boludo lleno de prejuicios. Él era sumamente abierto y de entrada me mostró que un compositor tradicional podía hacer otras cosas. En todas las clases él cantaba un tema antes de comenzar con su voz así toda (imita un tono casi disfónico).
Noticias: ¿El tango evolucionó con grupos como el tuyo?
Masri: El tango es raro porque nosotros hicimos algo diferente y cuando salió nuestro primer disco llamó la atención también por fuera del mundo del tango. Pero se ve que hay una resistencia de alguna gente que es como se apropió de ese ritmo y dicta cátedra sobre lo que es y lo que no es tango.
Noticias: ¿Hay una especie de canon del que no se pueden apartar?
Masri: Claro, pero con Tanghetto nunca tuve la intención que el mundo del tango nos abrace, pero así ocurrió. Nos comenzaron a invitar al Mundial de Tango, al Festival de Tango. Ahí vi que la gente bailaba con nuestra música. Empezamos a viajar por el mundo, recorriendo todos los festivales. Había como un desfasaje porque convivíamos con lo más tradicional del tango. Mi actitud era, hago lo que tengo ganas. Tengo influencia de la música electrónica y voy a seguir eso. No voy a estar haciendo el acting del tanguero.
Noticias: ¿Tanghetto surge en 2003?
Masri: Ahí concretamos la idea de fusionar tango con electrónica que venía de mucho tiempo atrás. En el ’97 o ’98 escuché un remix de una canción de Madonna que tenía un pedazo de un tema de Piazzolla. Eso me dio la idea de mezclar algo de tango con rock, aunque no me cerraba del todo. En un proceso más de trabajo en estudio comencé a idear los temas que fueron derivando hacia Tanghetto. Una agrupación de “código abierto”, en la que hay miembros fijos, pero no siempre tocamos en vivo todos los integrantes. Puede ser cuarteto, sexteto, octeto lo que difiere mucho de la visión del rock donde siempre son los mismos. Hay gente que está hace seis años, otros 18. Nos vamos adaptando para las giras.
Noticias: ¿Qué ocurrió cuando estuvieron nominados al primer Grammy?
Masri: Fue un flash. Era 2004 y era carísimo viajar a Estados Unidos. Llegamos, nos invitaron a la casa de un amigo que quedaba lejísimo del lugar del evento. Nos llaman de la organización para preguntarnos dónde van a estacionar la limusine (risas). No sabíamos cómo actuar como estrellas porque no teníamos con qué hacerlo. Fuimos de forma independiente, sin ninguna discográfica detrás. Decidimos ir en autobús, tardamos bastante, llegamos tarde y fue complicado porque no dejaban entrar una vez comenzada la ceremonia. Nos esperó una persona, pudimos acceder y fue increíble, aunque no ganamos el premio.
Noticias: ¿A pesar de todo vendieron muchos discos de ese primer lanzamiento?
Masri: Más de cien mil discos, lo que no es usual para un grupo independiente. Teníamos muchas ventas porque en general las disquerías pasaban nuestra música. No era que sonábamos en las radios como un hit del momento. La primera nota que nos hicieron fue en el diario Buenos Aires Herald. Después comenzaron las entrevistas como fenómeno de tango electrónico junto a otros grupos.
Noticias: ¿Usted sentía que el tango merecía una deconstrucción? ¿Qué había que adaptar el ritmo a los nuevos tiempos?
Masri: Totalmente. Me cuesta toda esa cosa que se asocia a lo viejo, apropiado por señores mayores. Tengo un poco de rebeldía con eso (ríe). La mayoría de la gente asocia el tango a lo melancólico, pero cuando escuchan lo que hacemos, sienten que es diferente, pero les gusta.
Noticias: ¿A poco de comenzar saltaron a presentarse en público?
Masri: En 2005, a menos de un año y medio de formación, hicimos una actuación en el teatro ND, un espacio de consagrados. Esa vez hicimos un cover de “Enjoy the Silence” de Depeche Mode, la gente se re copó y decidimos incorporarla en un disco de remixes. Eso se bailó en las milongas y hasta Pamela Anderson bailó esa versión en el programa de Ellen DeGeneres en la TV estadounidense. A partir de ese éxito hicimos Blue Monday de New Order que nos sirvió para llegar a Inglaterra. Los ingleses son difíciles, pero respetaron nuestra versión. Íbamos por ese lado, hacer ese tipo de covers pero más adelante fuimos a nuestras raíces e incorporamos “Cita”, de Piazzolla y “Bahía Blanca”, de Carlos Di Sarli.
Noticias: ¿Celebran 20 años de existencia con “Argentinxs”?
Masri: Sí, con la X inclusiva por los diez discos, los veinte años del grupo, todo, la inclusión y el hecho de que cada uno lo puede mencionar como quiere. La X no tiene género. Es la primera vez que sacamos un disco completo con letras cantadas.
Noticias: ¿Se identifica con el colectivo LGTBIQ+?
Masri: Me toca, para mí es algo que tendría que hacer todo el mundo. No es una cuestión de ser de un bando o del otro. Es una cuestión de conciencia colectiva, me parece.
Noticias: Tiene invitados notables. ¿Cómo convenció a Amelita Baltar y a Adriana Varela?
Masri: Fueron diferentes momentos (ríe). Con Amelita, nos conocíamos, pero no teníamos un vínculo formal. Lo hablamos, ella tenía una letra e intenté ponerle música. Es muy exigente y la invitamos a un show donde hicimos tres temas. Fue una experiencia linda. Con Varela, fue diferente, nos conectamos a través de un amigo en común.
Noticias: ¿Es cierto que comparten pasión por la astrología?
Masri: Sí (risas). Me contó que le cambió la vida una astróloga que le dijo: Vos tenés que cantar. Ella trabajaba como otorrinolaringóloga y tuvo un gran cambio luego de eso. En mi caso, estudié un par de años en Casa XI, la escuela de astrología, pero tuve que dejar por las giras. Yo, como buen escorpiano, tengo mis cosas misteriosas y no les contaba nada de mi vida, ni que viajaba por la música.
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