Detrás de un barbijo gris que no llega a taparle la nariz, Elizabeth Gómez Alcorta sonríe. Está abrazada a una carpeta con planos y descripciones de un edificio centenario de cuatro plantas que durante años fue usado para archivar papeles oficiales y que Mauricio Macri quiso vender en los últimos meses de su mandato. Esa mole de cuatro pisos y 7.537 metros cuadrados, que no llega a cumplir con las medidas básicas de seguridad, se convertirá en el Ministerio de las Mujeres, Diversidad y Géneros, la cartera que lleva cinco meses sin oficina.
El edificio, ubicado en la calle Cochabamba 54 del barrio de San Telmo, formó parte de los inmuebles del Estado que el Gobierno anterior intentó "enajenar" en julio de 2019. Entre las razones esgrimidas por Macri en el decreto 518/2019, se especificaba que el inmueble valuado en US$9 millones estaba "subutilizado", resultaba "antieconómico mantenerlo" y tenía "potencial inmobiliario y urbanístico".
Con el freno de Alberto Fernández, la arruinada construcción finalmente no se vendió y quedó en manos de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), que ahora cedió el inmueble al Ministerio nómade. El organismo, que depende de la Jefatura de Gabinete a cargo de Santiago Cafiero, fue el encargado de analizar el estado edilicio y concluyó que su estado general es "regular".
La valoración hace referencia a las condiciones de seguridad e higiene, el estado de las instalaciones, la arquitectura y la eficiencia de planta. El informe de la AABE, al que accedió NOTICIAS, determinó que el inmueble necesitará meses de trabajos de reacondicionamiento para ser habitable, y de una "inversión alta" a largo plazo.
"Visitar este edificio me genera mucha emoción porque es un paso más en institucionalidad. Estamos con todo el equipo, viendo los proyectos de obra y cómo va a quedar el edificio. Un edificio que es de todos, todas y todes y desde el que vamos a seguir trabajando cada día por los derechos de las mujeres y personas LGBTI+", celebró Gómez Alcorta al visitarlo, junto a Cafiero.
Los funcionarios recorrieron los depósitos en desuso y subieron a la terraza para fotografiar el histórico momento, que se da en medio de la pandemia del coronavirus y mientras se registra un femicidio cada 27 horas en el país. Pero para el corte de cinta habrá que esperar a que concluyan las obras.
En la modesta primera etapa, que concluiría en los próximos meses, se pondrán en condiciones 211 metros cuadrados, que pasarán a ser oficinas y salas de reuniones del Ministerio, en la planta baja y el primer piso. Allí habrá lugar para que trabajen unas 30 personas.
Todavía no hay cifras oficiales sobre la inversión que llevará a cabo el Gobierno. Lo que ya hay es ganancia.
Comentarios