Hoy por la mañana, los contactos de Horacio Rodríguez Larreta se toparon con un mensaje inesperado enviado desde su número de WhatsApp. El texto decía: “Buenas tardes! Tengo para vender 10mil USD. Necesito recibir los pesos en cuenta, por transferencia o depósito. ¿Habrá alguna posibilidad de hacer este tipo de cambio ahora?”
La captura comenzó a circular de inmediato porque el mensaje, viniendo supuestamente de un exjefe de Gobierno porteño, resultaba insólito. Pero la explicación es simple y conocida: se trató de un hackeo, una modalidad de estafa en la que delincuentes toman control de una cuenta para contactar a todos los números agendados y solicitar dinero bajo distintas excusas.
El formato es el habitual. Los estafadores se hacen pasar por la víctima, simulan una urgencia y buscan que el interlocutor envíe una transferencia rápidamente, sin hacer demasiadas preguntas. El “ofrecimiento” de dólares —con un monto alto y la necesidad inmediata de recibir pesos en una cuenta— forma parte de la estrategia para generar confianza y apuro al mismo tiempo.
Este tipo de intrusión en WhatsApp es cada vez más frecuente y afecta tanto a personas anónimas como a figuras públicas. Los delincuentes utilizan datos previos, conversaciones anteriores o simplemente la credibilidad que genera ver el nombre del contacto en pantalla para intentar concretar la estafa en pocos minutos.
El caso de Rodríguez Larreta vuelve a mostrar la facilidad con la que estos ataques pueden ejecutarse y la importancia de desconfiar incluso de mensajes que provienen de contactos conocidos. Ante cualquier solicitud de dinero, aun cuando parezca auténtica, la principal recomendación sigue siendo la misma: verificar por otro canal antes de responder y no realizar transferencias sin confirmación directa.














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