Alberto Oscar Pío Fernández es el padre biológico del Presidente. Su vida era un absoluto misterio hasta esta nota: ni siquiera se conocía el nombre del hombre que engendró al mandatario. Es más: el propio Alberto desconocía varios episodios de la vida de su papá, que lo dejó a los cuatro años y de quien desde entonces no supo nada más. De muchas cosas se enteró por esta nota de NOTICIAS.
El papá del mandatario nació en Lomas de Zamora, un 11 de julio de 1915. Esa Argentina, igual que la actual, era un hervidero: la “Gran Guerra” había cortado las exportaciones y la crisis económica golpeaba a todos los sectores, mientras Racing Club se preparaba para ganar su tercer torneo nacional al hilo e Hipólito Yrigoyen empezaba a preparar su campaña presidencial, en lo que iba a ser la primer gira nacional de estas latitudes.
Fue en ese berenjenal que Vicente Alberto Fernández Cruz (1886-1944) y Sara Catalina Cámara Carranza (1896-1953) dieron a luz al primero de sus seis hijos. Tanto el Presidente como su hermana mayor, Sara Valentina, y su recién descubierta media hermana, Marta Sara, se llaman así por estos dos abuelos, aunque la primera Sara de la familia es la bisabuela paterna del Presidente, nacida en 1861 en San Vicente. Los nombres vienen con su propia historia.
La vida de Alberto Oscar Pío, que de adulto se dedicó a la contaduría, está envuelta en un absoluto misterio. Sobre todo para su tercer hijo, quien hoy dirige el país y que se va a enterar cuando lea esta nota de que su padre biológico estuvo acusado por estafador en 1943, en una causa que llevó adelante el juez porteño de Instrucción en lo Criminal Práxedes Sagasta. El magistrado incluso tuvo que intimar a Alberto padre en dos ocasiones para que se presentase a testificar: “Que comparezca a estar a derecho bajo apercibimiento de declarársele rebelde”, avisó en octubre de aquel año.
Cuando el Presidente tiene que hablar de su padre habla del juez Carlos Pelagio Galíndez, quien se casó con su madre, Celia Pérez, cuando él tenía siete años y de quien tiene el mejor de los recuerdos. En cambio, de su padre biológico habla –y sabe– poco: en alguna ocasión contó que dejó a la familia cuando él era muy chico y que murió durante el Mundial de 1978. La primera afirmación de Fernández es correcta –aunque recién cuando habló con NOTICIAS descubrió uno de los motivos que podrían haber llevado a su padre a tal drástica decisión– pero no la segunda: Alberto Oscar Pío murió a las nueve de la mañana del 1° de septiembre de 1980, luego de sufrir un paro cardíaco a la edad de 65 años.
Lo acompañaban en su casa de Flores, sobre la calle Aranguren, su primera y última –pero no única– pareja, Basilia Waldina Rodríguez, y la hija de ambos, Marta Sara Fernández, esa misma que este año descubrió que era media hermana de alguien a quien admiraba y a quien todavía no pudo conocer. “No quiero herir a nadie, pero es como si me preguntaras si me voy a juntar con un desconocido”, explicó el Presidente ante NOTICIAS sobre la posibilidad de una futura reunión.
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