Saturday 27 de April, 2024

POLíTICA | 15-03-2024 06:42

Guillermo Francos, el hombre detrás del Pacto de Mayo

Es el hacedor en las sombras del acuerdo con los gobernadores. Su mayor desafío: lidiar con un Milei impredecible. El miedo a ser desautorizado una vez más. Por qué le recomendó un psicólogo al Presidente.

Para cuando Javier Milei anunció el Pacto de Mayo, en el inicio de sesiones ordinarias del Congreso, ya había un funcionario que estaba caminando la idea hacía rato. Guillermo Francos, el ministro del Interior, había empezado a plantar la semilla de la necesidad del diálogo permanente entre provincias y Nación, y del compromiso que debían asumir ambos bandos para no tensar más la relación institucional.

“Él estaba al tanto de lo que el Presidente iba a anunciar y venía manteniendo el diálogo con varios gobernadores”, explican en Casa Rosada. Eso quedó en evidencia a finales de febrero en Salta, cuando Francos propició un encuentro con mandatarios del norte del país. Estaban Gustavo Sáenz, el anfitrión, Raúl Jalil de Catamarca, Carlos Sadir de Jujuy, Hugo Passalaqua de Misiones; y Osvaldo Jaldo de Tucumán. Un encuentro transversal, entre dirigentes de distintos espacios políticos, que daba pie a la intención de parar con el enfrentamiento constante de los primeros meses de gestión a los que los sometió Milei.

El ministro del Interior, que estuvo en la génesis del Pacto, además será el encargado de llevarlo a buen puerto. Se juega mucho de su capital político en los próximos dos meses. No sólo hacia adentro de la Casa Rosada, donde intentará no volver a ser desautorizado por la mesa chica de Milei como lo fue durante el debate de la Ley Ómnibus, sino también hacia afuera, porque, si bien los gobernadores le siguen dando crédito de interlocutor, si no consigue que el Presidente acceda a sus requisitos se vaciará de poder.

Será un operativo de seducción constante con los gobernadores que tendrá subas y bajas de tensión hasta que llegue la fecha. “Hasta el 25 de mayo va a haber idas y vueltas. Se van a dar muchos debates y acuerdos”, indicó el ministro, para bajar la expectativa de una rápida resolución.

El viernes 8 se verían las caras en la Casa Rosada los gobernadores para empezar a darle forma al Pacto de Mayo. Aunque algunos ya plantearon que van a poner sus objeciones. “Arranquen nomás si no llegamos”, ironizó Axel Kicillof, el mandatario bonaerense, y rechazó el acuerdo. Y Francos le contestó: “Sé que hay algunos que se resisten un poco a encarar el Pacto”. Y luego le apuntó directamente en una entrevista en TN: “Capaz que es para otra etapa, no para esta. Se pone en una actitud confrontativa que no es la actitud que estamos buscando. Allá él”. Finalmente, el bonaerense fue a la reunión, tal como sus pares de todo el país.

La cocina del Pacto de Mayo

Al que tomaron por sorpresa fue a Martín Llaryora, el mandamás cordobés, que estaba en el Congreso escuchando el discurso de Milei cuando se enteró que el acuerdo que proponía se haría en su provincia. La cámara de televisión lo “ponchó” rápidamente mientras el Presidente hacía la propuesta y, como un reflejo natural, afirmó con la cabeza, dando su consentimiento.

Luego sí, intercambió mensajes con Francos sobre el asunto. “Nos pareció que era el lugar más apropiado”, le explicó el ministro. E intentó convencerlo: “Tenés que estar contento de que se haga en Córdoba, esto va a ser histórico para el futuro de los argentinos”.

Francos en Expoagro con gobernadores

El primer cara a cara que Francos tuvo con gobernadores post anuncio de Milei fue el martes 6 en Expoagro, la feria del campo más grande del país que se desarrolla en San Nicolás. Estuvieron ahí Llaryora, el santafesino Maximiliano Pullaro y el entrerriano Rogelio Frigerio. “No hubo tiempo para hablar más que con la prensa, entre ellos no intercambiaron nada del Pacto. Además estaban rodeados de mucha gente, no se puede dialogar de algo tan sensible de esa forma”, cuenta una fuente del Gobierno que siguió de cerca lo que sucedía en el norte de Buenos Aires. Con precisión quirúrgica, Milei llegó a la exposición justo cuando los mandatarios del interior se habían retirado.

En Expoagro, Francos les tiró una de cal y una de arena a los gobernadores. Por un lado, indicó que no estaba previsto volver a insistir con la suba de retenciones cuando se presente nuevamente la ley Bases en el Congreso. Ese mensaje fue tomado como una victoria, sobre todo para los mandatarios de Santa Fe y Córdoba.

Pero, por otro lado, dijo a los medios que insistirán con la suba del impuesto a las Ganancias. “Es un pedido de los gobernadores que los ayudemos a solucionar sus problemas fiscales”, dijo y los comprometió.

Es que los gobernadores no quieren quedar frente a la sociedad como los responsables de reinstalar un impuesto que le pega directamente a una amplia masa de trabajadores. “Me parece un error reponer Ganancias, hay que ir por los altos ingresos”, dijo Llaryora en una entrevista en TN. Los demás lo secundaron. Quieren más coparticipación, pero no ser los culpables de que los asalariados perciban menos dinero. La jugada del ministro de exponerlos en televisión, y sin haber hablado previamente con ellos, molestó.

“Francos es de otra escuela, pero a veces se contagia con las formas de este gobierno. Tiran las cosas directamente a los medios, lo levantan las redes y ya se deforma todo”, protesta un funcionario de una de las provincias del centro del país. Y concluye: “A veces cuando falta política, el ring se muda a la televisión”.

Con más de cuatro décadas en política, Francos también está aprendiendo de las nuevas formas de gestión, en un gobierno donde muchos están haciendo sus primeras experiencias. “Él se lleva bien con todos los ministros”, aclaran en su entorno. Pero lo cierto es que ya ha tenido varias pulseadas con parte del Gabinete y también con el Presidente. Y la firma del Pacto será una más.

Francos con Caputo y Posse

Incluso antes de que empiece a debatirse oficialmente con los gobernadores, ya hay diferencias en Casa Rosada. El comunicado emitido por el Gobierno indica, en su tercer párrafo, que la firma del Pacto tiene una condición: “Está sujeto a la aprobación previa de la presentada ley de bases”. Francos relativiza esa cuestión: “Es un objetivo de mucha más trascendencia que lo que tengamos en el medio”, dijo, avisando que el acuerdo está por encima de todo. Al menos para él. Y completó: “En ese camino, los gobernadores y Nación se van a poner de acuerdo en solucionar las diferencias que tienen”. El ministro sabe que tendrá que hacer equilibrio entre los pedidos de los mandatarios provinciales y los ánimos de Milei.

Oficio.

Entre Francos y el Presidente hay una buena relación. Milei le agradece que lo haya ayudado en el inicio de su incursión en la política: “Empecé dar mis primeros pasos en política con Guillermo”, reveló hace tiempo en una entrevista con Radio Mitre.

Es más, el primer libro que Milei publicó fue gracias al impulso del actual ministro del Interior: “Política Económica Contrarreloj” fue impreso por la Fundación Acordar, que dirigía Francos. “Síntomas, diagnósticos y medidas para salir del cepo y volver a crecer”, dice la bajada del trabajo que salió en el 2014 y fue escrito, además del Presidente, por Diego Giacomini y Federico Ferrelli Mazza.

Pero la relación de cariño entre Milei y Francos no evita que tengan sus contrapuntos. El ministro lo reveló en una de sus últimas entrevistas: “El Presidente tiene su visión. A veces podemos disentir, pero él es quien tiene la resolución de los temas”. Algo similar le pasa con Santiago Caputo, con quien también se lleva bien, aunque termine imponiéndose la opinión del otro. El asesor estrella le baja la estrategia a ejecutar ya masticada por la mesa chica, de la que el ministro no participa. Con todas sus cucardas en política, tener que aceptar un plan que no diagramó él, y del que no puede opinar, lo incomoda. Y de vez en cuando plantea algunos reparos.

Con Nicolás Posse, tiene una competencia constante por la confianza de Milei. Si bien tienen en el empresario Eduardo Eurnekian -ex patrón de ambos en la Corporación América- un punto en común, Francos es un político de vasta experiencia mientras que el jefe de Gabinete viene de la actividad privada. En esa disputa silenciosa, Milei intercedió a favor de su jefe de Gabinete en una entrevista en LN+: “Hay un triángulo. Karina, Santiago Caputo y yo. Cuando se amplía, entra Posse. Y así, digamos, se va ampliando y entra Francos”. Al ministro del Interior le hubiese gustado estar en el segundo anillo. Cuestiones de ego y de cartel.

Francos con gobernadores

Sabe, además, que el Pacto de Mayo es una buena oportunidad para mostrar sus artes de negociador. Pero se juega su crédito: a tres meses del inicio de la gestión, los gobernadores lo siguen eligiendo como interlocutor con el Gobierno central, pero empiezan a desconfiar de su eficacia.

Milei ya lo dejó en off side. Fue a finales de enero, cuando Francos se reunió con todos los gobernadores en el Consejo Federal de Inversiones. Le pidieron coparticipar el 30 por ciento del Impuesto PAÍS a cambio de apoyar la Ley Ómnibus. Se llevaron el compromiso del ministro, de tal manera que algún gobernador se adelantó a decir en su provincia que había acuerdo para avanzar con el proyecto.

Pero algo cambiaría horas después: la Casa Rosada desmintió el preacuerdo, a pesar de que había decenas de testigos que decían otra cosa. “Los temas fiscales no se discuten”, fue el mensaje que largaron desde Balcarce 50. Francos se sintió reprobado.

Algo similar le sucedió a un gobernador, en un mano a mano en el despacho del ministro. Acordaron un beneficio para su provincia a cambio del apoyo. “Dalo por hecho”, sentenció Francos. Pero días después debió rectificarse: había recibido la negativa de la mesa chica.

Por los tironeos aparecieron numerosos rumores de renuncia. Tantos, que el vocero, Manuel Adorni, tuvo que desmentirlos: “En el Gobierno no hay internas”, aseguró. Y Francos reforzó la idea: “Jamás he pensado en dar un paso al costado, no es mi posición, me comprometí con el Presidente a tratar de ayudar en esta gestión”, dijo y dio por terminado el asunto.

A lo largo de los años, el ministro también fue cosechando algunos rivales en la política. Pero hay uno que puede transformarse en una pesadilla: Mauricio Claver-Carone, un dirigente de Donald Trump con quien compartió directorio en el Banco Interamericano de Desarrollo, en Washington. “Él es más kirchnerista que Cristina”, decía sobre Francos. “Que esté en el Gabinete de Milei no va a traer credibilidad en Estados Unidos”, avisó.

El problema es que, si Trump triunfa en las elecciones, Claver-Carone sería designado en un rol clave para Sudamérica. Y allí podrían volver a verse las caras. La pregunta que ya se hacen en Casa Rosada es quién saldría más herido de esa disputa. Estiman que, por el fanatismo de Milei con Norteamérica, podría ser el ministro del Interior.

Con otro que nunca pudo hacer buenas migas fue con Mauricio Macri. Y eso que el ministro intentó tener un vínculo y con eso mediar en la relación entre el ex presidente y Milei. Pero los mandatarios se cortaron solos. Francos le empezó a marcar la cancha al líder del PRO incluso antes de que iniciara la gestión. “Me pareció una actitud valiosa y de claridad política en ese momento”, dijo en referencia al apoyo previo al balotaje. Pero le puso el freno: “Eso no significa que haya comprado acciones en La Libertad Avanza, ni que nosotros repartamos acciones del Gobierno”.

Las virtudes de Francos.

La seducción que le atribuyen quienes lo han frecuentado no sólo es para la política. También es trasladable a su vida privada: se casó tres veces. Del primer matrimonio, con Graciela, llegaron sus primeros tres hijos. Luego, con Débora, tuvo dos más y con su esposa actual, Carina, tiene uno. Entre el primero y el último hay 40 años de diferencia.

Ejerció como abogado especialista en derecho marítimo en el estudio Cappagli. Y se metió en política a través de la Legislatura de Buenos Aires: fue electo concejal por el Partido Federal, cargo que ocupó desde 1985 hasta el ‘93.

Allí comenzó a hacerse fama de honesto. Durante el menemismo, algunos memoriosos recuerdan a los concejales porteños como “Alí Babá y los 57 ladrones”. Sólo quedaban tres afuera de los negociados: Aníbal Ibarra, Norberto Laporta y Francos.

Volvió a sacar chapa de honesto cuando fue subsecretario de Inspección General de la Ciudad y debió liderar una purga de inspectores por los continuos pedidos de coima que hacían a los comercios porteños. Los servicios de Inteligencia lo investigaron para saber su grado de responsabilidad y el resultado fue negativo. No estaba involucrado.

Otra virtud que le destacan en política es no olvidar a quienes lo ayudaron, por eso le hizo un lugar a Daniel Scioli en el Gobierno, aún cuando eso le generó un fuerte ruido a Milei en su mensaje anti casta. Es que el ex gobernador lo había puesto al frente del Banco Provincia y ahora le tocó a él rescatarlo.

Tuvo un gesto similar con Domingo Cavallo, con quien militó a finales de los ’90. Fue una relación de tanta confianza que, cuando el ex ministro de Economía fue llevado a la Justicia, él fue su abogado. Algunas fuentes sindican a Francos como el responsable del acercamiento de “Mingo” con Milei. Y también como el promotor de que Sonia, la hija del ex funcionario menemista, haya sido propuesta como representante ante la OEA.

Ahora, el ministro del Interior se prepara para su jugada más importante en este inicio de gestión. Puso en la cancha gran parte de su capital político. Dependerá de si puede convencer a los gobernadores de que estén presentes en Córdoba y firmen el Pacto. Si no lo logra, quedará debilitado, vacío de poder. Pero si lo consigue sus acciones suben: quizás así Milei le permita ingresar al círculo más íntimo de confianza, ese del que todavía lo mantiene al margen.

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Carlos Claá

Carlos Claá

Periodista político

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