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POLíTICA | 25-10-2019 16:03

Mauricio Macri y Alberto Fernández: las campañas en el reino del revés

Por qué el máximo mandatario parece el opositor y el candidato K actúa como Presidente. Estrategias y futuros.

Ninguno de los íntimos del Presidente que lo acompañaron al multitudinario cierre de campaña en Córdoba, el jueves 24 de octubre, imaginaban terminar el año electoral de esa manera. Es literal: los vaivenes de la crisis económica, que tuvieron su correlato político en la paliza en las urnas el día de las PASO, generaron una transformación en Macri y en los suyos difícil de imaginar cuatro años atrás.

Tan profundo fue el cambio de Cambiemos, y tan imprevisible, tiempo atrás, la diferencia en los votos, que de ese mareo surgió una realidad confusa. El Presidente cerró su recorrido mediático por el país corriendo desde atrás a su competidor, Alberto Fernández, que en los últimos tiempos ya se comportó y se sintió como el nuevo jefe de Estado.

El Reino del Revés. Un alto funcionario nacional resumía los últimos y extraños tiempos de la siguiente forma. “Si te fijás, ahora el retador parece Mauricio Macri, y el campeón que tiene que defender su título Alberto Fernández”, dice el hombre. La última semana antes de la elección presidencial, en la que la realidad se leía, para los oficialistas, como los días finales de una batalla épica, fue intensa para todos. Primero, porque todavía el Gobierno se está reacomodando a su nueva manera de hacer política: desde la masiva movilización espontánea de sus filas el 24 de agosto, luego de la derrota electoral de las PASO, en la Plaza de Mayo, el oficialismo se convenció de sacarse de encima los hábitos de poder con los que había llegado a la Casa Rosada en 2015. 

En esos pasillos no tienen reparos en hablar del nacimiento del “nuevo Macri”, el que se deja bendecir por un pastor evangélico en un aeropuerto santafesino, el que busca desesperadamente el voto celeste y habla de Dios, de la familia y de los “valores”, en cada marcha, el que llena de besos pies de señoras. El ex presidente de Boca Juniors, al final de su mandato, dice haber cambiado, y con él cambió todo su círculo.

Mauricio Macri eligió hacer el cierre de su campaña en Córdoba, luego de recorrer 30 ciudades con su marcha federal

El contacto masivo con la gente, que a Macri le generaba algún rechazo en el pasado, algo que sus íntimos explicaban como las secuelas del secuestro extorsivo que sufrió en 1991, parece olvidado luego de la gira por 30 ciudades que salió de la usina de ideas del equipo de Marcos Peña, a la que llamaron #SíSePuede. “Hace un tiempo, hacer lo que estamos haciendo ahora por el país nos hubiera parecido algo 'de la vieja política'. Lo habríamos rechazado, o le hubiéramos tenido miedo, pensando que no nos iba a salir bien, que no iba a ir gente, que nos iban a infiltrar la marcha. Hoy nuestra visión de la política cambió”, explica un hombre de confianza del Presidente.

El Gobierno dice que ese impulso popular, que levantó el golpeado ánimo de sus filas, le permitió llegar entero a la última semana preelectoral. También sintieron que lograron una victoria el domingo 20, en el debate entre los candidatos presidenciales en la Facultad de Derecho. “Mauricio estuvo muy sólido, con ideas claras, no cómo Fernández que demostró que el kirchnerismo no cambió y que siguen siendo agresivos”, dice uno de sus ex compañeros en el colegio Cardenal Newman que lo acompañó a la función pública y también al debate.

En las cabezas de los miembros de la reducida comitiva que acompañó al Presidente a la Facultad había una idea que se encargaron de transmitir a los periodistas que se cruzaban. “El desenlace de las elecciones será de final abierto. Vamos a recuperar varios puntos por la mejor fiscalización y una mayor participación. Confiamos en llegar al ballottage”, exageraba un hombre fuerte de la Jefatura de Gabinete. Aunque esa ala dura asegura que podrán forzar la segunda vuelta en las nacionales, gran parte del Gobierno está imaginando su vida después del 10 de diciembre.

Hay un grupo, en el que está, por ejemplo, el abogado y estratega legal de Macri, Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, que cuenta los días que faltan para volver a la actividad privada. Son personas que tuvieron una carrera larga y exitosa, que habían abandonado para dedicarse a la función pública, pero que planean retomar sin mayores sobresaltos. 

Sin embargo, hay otro bloque que probablemente pasará a ser desempleado a partir de diciembre. Entre ellos hay, incluso, algunos ministros nacionales, que están más que preocupados. Tienen temores varios. El primero es conseguir empleador. Muchos de ellos se habían destacado en lo suyo antes de seguir a Macri a la Casa Rosada, pero no por eso dejaban de ser trabajadores en relación de dependencia. A esa dificultad, sumada al complejo contexto económico, se le agrega que varios trabajaron en áreas sensibles como la cultura y los medios en las que hubo un número importante de despidos de trabajadores estatales, y por eso temen que el ánimo revanchista generado por esas medidas ahora les impida conseguir trabajo. 

Alberto Fernández y el kirchnerismo viajaron hasta Mar del Plata. Quieren ganar ese bastión.

El futuro de Todos. Mientras el macrismo se muerde las uñas de los nervios, el movimiento que comanda CFK y el ex jefe de Gabinete eligió cerrar la campaña en una ciudad clave. Es que Mar del Plata es el tercer distrito más poblado de la provincia de Buenos Aires. Hasta allá viajó, envuelta en un aura ganadora, la tropa K, para además darle impulso a Fernanda Raverta. La hija del ex dirigente montonero Mario Montoto está cerca de lograr una hazaña: salió primera en las PASO, y si las fichas se acomodan a su favor, podrá arrebatarle al radicalismo ese importante bastión bonaerense. Es la esperanza de Fernández, que tiene en gran estima a la camporista Raverta.

El Frente de Todos cierra su campaña con una cohesión y funcionamiento interno que los sorprende hasta a ellos. Los estrategas K todavía recuerdan el caos de las primeras semanas del cierre de alianzas, cuando cada fuerza de las que integran el frente realizaba la campaña por su cuenta y con ideas propias.

Desde que Alberto, a fines de junio, puso el grito en el cielo por el desorden general que reinaba en el movimiento que encabeza, la tropa comenzó a ordenarse. Fue clave el aporte en la campaña publicitaria de Leandro Raposo, el creativo argentino que, radicado en Barcelona, es uno de los mejores de todo el mundo en lo suyo. Toda la cartelería pública, y los guiones de los spots que salieron en redes y en la televisión salieron de la cabeza del reconocido publicista local.

Debate presidencial: saludo de los candidatos

Los días más complicados de la larga campaña parecen lejos para el Frente de Todos.Hoy la preocupación electoral del kirchnerismo era repasar los detalles para la noche del domingo 27, en la que planean desatar una fiesta en el Complejo Cultural C Art Media, en Chacarita, que dirige el ex funcionario K Javier Grosman.

Más allá de la jornada de las votaciones, al cierre de esta edición fuentes del Frente de Todos aseguraban que el gabinete que planea Alberto Fernández, en caso de triunfar, está “cerrado a un 75%”. Desde allí afirman que habrá “algunas sorpresas”, que los encargados de revertir la complicada situación económica serán “miembros del equipo de Alberto”, y que algunos nombres ya parecen inamovibles en el probable futuro gabinete: Felipe Solá, Daniel Arroyo, Victoria Donda, Gustavo Béliz, Jorge Argüello, Santiago Cafiero, María Eugenia Bielsa, Cecilia Todesca Bocco, Matías Kulfas, Guillermo Olivieri y Ginés González García, entre otros.

Lo que está claro es que el país no va a ser el mismo a partir de los últimos días de octubre. Con un nuevo presidente ya elegido por los argentinos, se vendrán dos meses de acomodo y transición, en especial si la victoria se la lleva Fernández, el favorito en las encuestas para suceder a Macri. También traerán novedades los posibles cambios de gobernadores, como puede ser el caso de Buenos Aires. Semana clave para Argentina

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Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

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