Tuesday 17 de September, 2024

POLíTICA | 14-08-2024 18:49

Mauricio Macri y el plan para despegarse de Javier Milei

Tras sus críticas al Gobierno, tiene decidido seguir diferenciándose. La guerra con Santiago Caputo y su soledad en el PRO.

Mauricio Macri tendrá una difícil tarea para lo que queda del año. Decidido a que el PRO recupere protagonismo, el ex presidente levantará el perfil para discutir con el Gobierno, organizar a la tropa propia en todo el país y devolverle al espacio algunas de las banderas ideológicas que La Libertad Avanza le robó.

Esa titánica tarea tiene un agravante: deberá hacerlo sin el apoyo de algunos de los máximos referentes. Es que ni Patricia Bullrich ni Horacio Rodríguez Larreta harán esfuerzos por ayudarlo: se sintieron maltratados por Macri y ahora miran este intento de reflotar el PRO desde afuera.

El ida y vuelta de Macri con el Gobierno.

El Operativo Distancia para despegarse del Gobierno quedó en evidencia durante el acto de relanzamiento del PRO. Macri le achacó a Milei la incapacidad de construir equipos y criticó sin rodeos a su mesa chica: “A pesar de la genuina voluntad de sumar que tiene el Presidente, lo que pudimos ayudar fue a pesar de su entorno”. Karina Milei y Santiago Caputo recibieron el mensaje.

Las hostilidades crecerían tras conocerse el segundo informe de la Fundación Pensar, que dirige María Eugenia Vidal con el patrocinio del ex presidente. El trabajo evalúa, con una nota del 1 al 10, al Gobierno. Índice de Desarrollo Nacional, le llaman: el resultado fue un 2,5.

Ya en el primer trabajo, que se había publicado casualmente en un momento en el cual la relación Macri-Milei pasaba por uno de los tantos momento de tensión, la nota había sido de 2,9. Era paupérrima y, aún así, bajó.

El oficialismo cerró filas ante la avanzada macrista. Cada funcionario que tuvo la oportunidad le contestó: “Lo que Mauricio no pudo hacer en cuatro años, Milei lo hizo en un mes”, le respondió un ex funcionario suyo y actual ministro, Federico Sturzenegger. Mariano Cúneo Libarona agregó: “Me siento agraviado por lo que dijo el ex presidente. Que diga que en el ministerio de Justicia no hay gestión me ofende”.

Con su estilo componedor, Guillermo Francos indicó: “Se nos cuestiona la gestión, pero no voy a hablar de Macri”. Pero le contestó, asegurando que la economía está rebotando. “Hoy recibí una información en un chat que nos mandó el presidente Milei donde se habla de cómo la actividad económica empieza a crecer”, dijo. Francos insiste en que con el PRO el ida y vuelta es bueno. “Más allá de las posiciones personales, la relación no está resentida. Trabajamos en conjunto y tenemos buen diálogo con los legisladores de su espacio”, aseguró.

La reacción más contundente la tuvo su ex asesor, Jaime Durán Barba: “Me parece equivocada la actitud de Macri de combatir a un cercano al Presidente”, dijo el ecuatoriano. Y agregó: “Milei fue quien ganó las elecciones y Caputo fue una pieza clave. Macri no tiene el derecho de manejar el gobierno de Milei”. No es la primera vez que el ex consultor del líder del PRO defiende al joven consultor que fue parte de sus equipos. Por eso, concluyó: “Macri no aportó votos. Si él decía que voten por Massa, igual hubieran votado a Milei”.

La relación entre Macri y Milei está repleta de vaivenes. La última vez que se vieron es un reflejo de eso. Antes de dar su discurso de asunción a la presidencia del PRO se encontraron en la residencia de Olivos: Mauricio había ido con la firme decisión de contarle las críticas que haría días después. Creía que avisar era una forma de que los golpes fueran limpios, arriba del cinturón. Milei lo escuchó atentamente, pero eso no evitó la reacción de su Gabinete.

La cena fue tan poco amable que no trascendieron demasiados detalles: no había qué comunicar. Cuando le preguntaron al vocero presidencial por los pormenores del encuentro, Manuel Adorni contestó: “Fue una reunión de amigos. Comieron milanesa con ensalada”. Nada más.

La agenda de Macri en lo que queda del año.

Más allá de las disputas con el Gobierno, que van a seguir apareciendo, Macri tiene mucho trabajo interno. Descartada la posibilidad de una fusión con La Libertad Avanza, que el propio Milei ofreció y que impulsó Bullrich, el ex presidente necesita fortalecer institucionalmente su partido para competir en las elecciones del 2025. En el fondo, todo se trata de discutir poder. Y con la irrupción de La Libertad Avanza, el PRO quedó en un lugar incómodo. Indefinido.

Un lugar clave para terciar será el Congreso. Y allí Macri tiene una figura de peso. Depositó sus expectativas en Cristian Ritondo, el jefe de bloque que tiene muñeca política como para acompañar al oficialismo en lo que el partido considere necesario, pero diferenciarse tantas veces como sea posible. Incluso, preparan una agenda de temas propios para colocarse nuevamente en el centro de la escena y dejar de ser sólo los acompañantes de las leyes del oficialismo.

Para mostrar territorialidad, el ex presidente irá a Entre Ríos, donde gobierna Rogelio Frigerio, a fines de agosto. Allí será la próxima reunión de la Fundación Pensar. No se descartan otros viajes.  “Mauricio recibe a gobernadores e intendentes en su oficina todo el tiempo. Si a alguno le sirve que bajemos al territorio, lo podemos analizar, pero con tranquilidad. No estamos en campaña”, dicen en el entorno del ex presidente.

Hay un tema con el gobierno de Milei que Macri le advirtió al Presidente en privado y lo repetirá hasta el cansancio, en cada una de sus apariciones. Le molesta la nominación de Ariel Lijo para integrar la Corte Suprema de Justicia. “Me parece un grave error”, protestó en la última cena. El oficialismo no da el brazo a torcer.

Como en una especie de paradoja política, al juez Lijo le cayó en las últimas horas una causa que tiene a algunos miembros de la familia del ex presidente como acusados. El hermano, Mariano, denunció penalmente a los directores del Grupo Macri por administración fraudulenta, falsificación de documentos, evasión tributaria y lavado de activos. Entre los acusados están Gianfranco y Florencia Macri, también hermanos de Mauricio.

La línea política sobre la que camina Macri es delgada. Quiere marcar diferencias con el Gobierno, pero sigue en contacto permanente con el Presidente, aún después de esta escalada de declaraciones. No pretende que se rompa la relación en el Congreso, pero quiere plantear una agenda propia. Comparte cuáles son los problemas de fondo, sobre todo los económicos, pero difiere en las formas: se sorprende con la violencia con que se replican mensajes en redes sociales.

Por todo eso, mandó a Ritondo a reunirse en Casa Rosada con Santiago Caputo. Ninguno de los bandos pretende que haya una crisis furiosa, aunque hacen mucho por provocarla. En el oficialismo consideran que sólo es cuestión de que pase el tiempo: en cuanto se acerquen las elecciones, las encuestas podrían ser el trampolín para que muchos dirigentes amarillos le apuesten a la fusión o salten del barco.

La tarea de Macri es fundamental para la autonomía del espacio que creó hace dos décadas. Luego de haber sido gobierno, las acciones del PRO vienen en baja: perdieron las últimas elecciones tras haber competido con dos candidatos y ahora, si no hace un fuerte trabajo de contención, además de los votos podría perder más dirigentes. El ex presidente cree que será capaz de evitarlo. Su trabajo hasta fin de año, antes de que empiece la campaña, será esencial en ese objetivo. Por eso se paró en el centro del ring: quiere recuperar el protagonismo de otros tiempos.

El Caputo al que Macri detesta

Mauricio Macri le había avisado a Javier Milei: las críticas que iba a lanzarle durante su discurso de asunción como presidente del PRO serían por elevación. El que ligaría sería su asesor estrella, Santiago Caputo, el único de esa famila al que detesta: “Lo que podemos ayudar es a pesar de su entorno”, dijo. El golpe se sintió en Casa Rosada, tanto que el joven consultor reaccionó. Decidió romper el silencio, en una entrevista con TN, pero en vez de cruzarlo lo elogió: “Macri conmigo en particular siempre ha sido extremadamente generoso. Admiro la construcción que hizo el PRO los últimos años”, dijo. En el macrismo aseguran que no son expresiones sinceras: “Desde abril no volvieron a hablar”, completan. No fue todo. Caputo filtró una foto de un libro de Marcos Peña apuñalado, una especie de adorno que exhibe en su escritorio. El ex jefe de Gabinete de Macri respondió: “Si no le gustó el libro, que se lo regale a otro”.

Galería de imágenes

En esta Nota

Carlos Claá

Carlos Claá

Periodista político

Comentarios