El pasado 9 de enero se presentó en el plenario de comisiones de la Cámara de Diputados el Ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona. Junto a él estaba sentado un joven que lo asistía en todos los temas y que incluso en un momento tomó la palabra para hacer una aclaración sobre los juicios por jurado.
El nombre de este funcionario es Sebastián Amerio y es el flamante Secretario de Justicia. Su cargo es clave porque es quien en la práctica lleva adelante todas las negociaciones y conversaciones informales que el ministro no puede abordar. En el Gobierno de Alberto Fernández su cargo fue ejercido por Juan Martín Mena.
Amerio viene de trabajar en la Corte Suprema de Justicia, en la secretaría 3 y tiene una excelente llegada al máximo tribunal. A tal punto que le adjudican haber sido el gestor de la reunión de Cuneo Libarona con los ministros de la Corte unos días antes de su nombramiento oficial. Esta habría sido una jugada para adelantarse a la presión del macrismo por poner en su lugar a Germán Garavano. Amerio era una cara conocida para los jueces supremos y logró destrabar el encuentro.
Para ese momento también estaba bastante difuso entender quién era el verdadero interlocutor entre Milei y la Justicia. A partir de ese día quedó claro. Amerio es también amigo De Santiago Caputo, el principal asesor del presidente y quien llevó el nombre de Cuneo Libarona a la mesa de trabajo del presidente.
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