Ubicado en un entorno donde se cruzan el arte, la arquitectura y el verde urbano, Coronado se integra con naturalidad a la propuesta cultural del Malba. Con un amplio salón y una terraza con deck al aire libre, se ha convertido en el último año en un punto de encuentro cotidiano para vecinos, trabajadores del barrio y visitantes ocasionales.
Martín Lukesch está al frente de la cocina. Con experiencia en Mugaritz (País Vasco), El Preferido de Palermo y proyectos personales como Primum y Knock, su enfoque se basa en la estacionalidad y en resaltar lo mejor de cada producto. Si es zapallo, que brille su dulzura y cremosidad; si es tomate, que resalten su frescura y acidez.
La carta combina clásicos argentinos con influencias mediterráneas y una atención rigurosa a la calidad. Hay platos que emplean productos más sofisticados como los chipirones a la chapa con huevo frito, las almejas acevichadas de Río Negro y las trillas; y propuestas más familiares elaboradas con mucha atención al detalle. Pasta, milanesa, hamburguesa, carnes varias, acompañadas por guarniciones originales como el brócoli tibio con bagna cauda y rabanitos o unas papas fritas memorables de triple cocción que no tienen nada que envidiarle a las de El Preferido. La cocina está abierta todo el día.
Los postres no se quedan atrás: pavlova con cremoso de limón y frambuesas frescas, torta vasca con higos, o frangipane de almendras y peras. La oferta se completa con café de especialidad, pastelería artesanal —palmeritas hojaldradas, tostados, mbeyú con espinaca salteada, huevo poché, brie y panceta crocante— y jugos naturales cold press para acompañar un desayuno tardío o una merienda sin apuro.
Los jueves a la noche, la barra se transforma en el “Coronado Martini Club”: una velada con martinis a buen precio, vinilos, musicalizadores invitados y una energía que mezcla lo sofisticado con lo relajado. Una experiencia envolvente, ideal para cerrar el día entre amigos, arte y buenos sabores, con la ciudad iluminada como telón de fondo.
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