Las historias de parejas no son un fenómeno reciente. Tampoco los problemas de esos lazos de ficción que buscan ser espejo de la vida real. Pero ciertamente hay un cambio en la manera en que esos conflictos se reflejan en la pantalla, y las soluciones que se abren a partir de que se marca un punto de quiebre, con abordajes que desafían viejos tabúes.
Tanto así que el relato se invirtió: si hace tres décadas y media, la tercera en discordia hervía conejos despechada (Glen Close en “Atracción Fatal”) cuando el protagonista recapacitaba y regresaba al seno familiar (Michael Douglas), hoy los amantes aparecen como el condimento aprobado para una vida de pareja que se volvió monótona y merece: a) ser desechada; b) ser sacudida hasta sus cimientos.
Las sutiles discusiones costumbristas de una pareja que se ama y busca permanecer unida, como el es el caso de “Mad about you” (la brillante comedia de los noventa con Paul Reiser y Helen Hunt), hoy parecen exageradamente confortables: aunque lo confortable también funcione, y el matrimonio televisivo haya tenido revival a partir del 2019 para la plataforma Spectrum Originals.
Las ficciones del género funcionan en suma por una simple razón: siempre habrá parejas en crisis. Un fenómeno atemporal y universal, que globalizó en el último tiempo el formato de la mano del streaming, y con acento latino.
Todo mal
Pareja en crisis es la de Lucía Uribe (“Desenfrenadas”) y Flavio Medina (“Narcos: México”) en “Todo va a estar bien”, la serie dirigida por Diego Luna para Netflix (estrena el 20 de agosto). Una ficción que refleja con humor, como el matrimonio se puede convertir en un martirio cuando no se sabe cómo y cuándo decir adiós.
Julia y Ruy han decido separarse tratando de quedar como amigos para evitarle el drama a su pequeña hija, pero la convivencia diaria y las nuevas visiones de cada uno terminan detonando situaciones que se alejan por completo de los buenos términos planteados, hasta llegar a los juzgados, en una pelea donde sale relucir el machismo, el rencor y la falta de comunicación.
“Esta historia toca temas actuales, que creo que pedimos que cambien, como sociedad estamos en una transformación y alzando la voz, todos los temas que surgen en esta serie los van agradecer”, refrenda Flavio Medina.
“Julia es una mujer con la que yo me identifico y creo que muchas mujeres de nuestra generación lo harán, porque no es un personaje construido desde un estereotipo. Es un personaje honesto, es cercano, es compleja, es una mujer fuerte e independiente que está pasando por un momento muy doloroso, la separación de este hombre que es un macho progre, complejo, pero no es el típico macho unidimensional que es malo”, agrega Uribe.
“Haber interpretado a Ruy fue una delicia, porque es un personaje complejo. Pero es un es regresar a esta idea del patriarcado, a la ideología que trae impresa. No es un villano porque es un hombre que está tratando de avanzar y cambiar”, apoya Medina. "Simplemente muestra que las posibilidades de relacionarnos no son perfectas, ni nunca vamos a encontrar un modelo que nos evite sentir dolor, confusión o angustia. En las relaciones humanas también proyectamos ideas, deseos, y al romperse esto, es duro", cierra Diego Luna.
Separados
El drama de un rompimiento también es la línea central de “Casi feliz”, la serie escrita y protagonizada por Sebastián Wainraich con guiños de sitcom estadounidense. La historia sigue a un Sebastián filo woodialinesco que tiene en parte la vida que soñó (conduce desde hace años un programa de radio exitoso, no tiene problemas económicos ni de vínculos: amigos y familia lo bancan), pero se siente insatisfecho.
Estrenada en 2020 en Netflix, y esperando su segunda temporada, “Casi feliz” fluctúa entre la comedia existencialista y el drama emotivo de alguien que no puede disfrutar del todo su vida, y busca recuperar un amor no correspondido: Pilar (Natalie Pérez), con quien tiene dos hijos, pero nada más. Ella vive la separación sin replanteos mientras él se ahoga por momentos en penas.
Menos psicoanalítica y más comedia de situaciones frente a igual conflicto es “Cómo sobrevivir soltero”, de Amazon Prime, que estrenó en julio del 2020 con éxito, y espera la llegada de dos nuevas temporadas que se filmaron en simultáneo, para estrenar hacia fines de este año, y luego en 2022. “En esta serie la idea es mantener las cosas frescas, y la historias entre lo entrañable y divertido a la vez. Tiene un humor muy a lo Seth MacFarlane, así que nos ha ido muy bien en ese sentido”, explica su protagonista, Sebastián Zurita.
La segunda temporada retomará la vida del actor Sebastián Ybarra (Zurita) quien busca finalmente gozar de su soltería, aunque en el fondo no deja de ser un romántico que anhela volver a estar en pareja.
“Hemos disfrutado mucho del proceso de crecimiento de esta serie, junto con todo el talentoso equipo que hay detrás, y en las siguientes temporadas continuaremos abordando temas de las parejas hoy en día, con este toque irónico y de humor negro, pero sin perder los momentos reales detrás de la historia de cada uno de los personajes”, comenta Emiliano Zurita, creador de la serie junto con su hermano Sebastián.
Picantes
Versión femenina de la anterior podría ser la española “Valeria”, adaptación de los libros de Elisabeth Benavent, cuya segunda temporada acaba de estrenar en Netflix. Con trama inspirada en “Sex & The City”, Valeria tiene aires de Carrie Bradshaw, al igual que su grupo de amigas.
Escritora en pareja, pero en crisis por la monotonía de un noviazgo que ya no tiene tensión erótica, se termina separando hacia el final de la primer temporada para enredarse con su amante Víctor. Pero su relación con el arquitecto en la segunda temporada es una montaña rusa, y finalmente él le propondrá una relación sin compromiso para abrirle paso a Bruno Aguilar, el escritor con el que Valeria comparte editorial, que será seguramente el eje de la tercera temporada.
Finalmente, picante y con sobredosis de erotismo, como Valeria, llega en septiembre la segunda temporada de “El juego de las llaves”, el éxito de Amazon Prime que la pandemia pospuso (en España habrá versión cinematográfica). En la segunda temporada, Alejandra Guzmán y Laura León se suman a la historia de un grupo de amigos que se deciden a adentrarse en el mundo swinger con un juego que implica tomar de un bowl las llaves de las parejas de otros.
El que toca toca, la suerte es loca. No: cada quien verá la manera de sacarse las ganas con aquel que deseaba, incluso por fuera del elenco sugerido, lo que derivará en una bacanal sobre la que se cierra la temporada 1. “Ahora viven con la incógnita de si podrán superar el pasado o deberán rendirse a sus deseos. Ya que por mucho que te escondas... el deseo te encuentra”, marca la Guzmán.
por R.N.
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