Nació con casi 6 kilos, fue el tercer varón de una familia acomodada de San Juan y, como a sus hermanos, lo llamaron Tadeo de segundo nombre. Su madre había prometido ante San Judas Tadeo que si sus hijos eran sanos, llevarían esa marca. A él le tocó ser Darío Tadeo. A los 5, se quedó sin papá por culpa de la mala praxis en una cirugía de rotación de cadera que le provocó al hombre una hemorragia interna no identificada y lo terminó matando. A los 16, Darío empezó a tomar clases de teatro. A los 17, sufrió otra gran pérdida: Antonio, segundo marido de su madre, murió de un cáncer fulminante.
En medio del duelo, estuvo a punto de renunciar a estudiar en Buenos Aires pero su madre lo convenció: “Fue de los momentos más generosos que alguien tuvo conmigo. Creo que mi madre veía que tenía un potencial. Soy culposo y no quería dejar a mi vieja sola y otra vez viuda, pero tenía un hambre y una ambición… Era consciente de que había un mundo para conocer”. Se recibió de abogado con diploma de honor y ejerció en el estudio de su hermano, mientras hacía teatro under. Hasta que a los 25, archivó el título universitario, desplegó su histrionismo y puso en primer lugar su vocación actoral.
Pasó de ser el doctor Pacheco Barassi a Barassi. Ahora disfruta el privilegio de ser parte de dos marquesinas contiguas de la renovada avenida Corrientes: protagoniza “Carcajada salvaje” (Multitabarís) con Verónica Llinás y es el genio en “Aladín” (se presentó en Semana Santa en el Gran Rex y prevé volver en vacaciones de invierno). “De pendejo, sabía que algo de este quilombo y de esta carrera iba a pasar. Sigo siendo el pibe que vino de San Juan por abogacía pero quiso estudiar teatro”, confiesa.
Noticias: Cuando se focalizó en la actuación, ¡se inventó una vida!
Darío Barassi: Totalmente. Un universo, un nuevo Darío y no sólo laboral porque no hay manera de construir esto sin hacer un cambio interno, posicional, vincular. Cuando empecé a trabajar en tele, cortamos un año con mi mujer (en ese momento, con Luli Gómez Centurión eran novios). Me había ido dos meses a Estados Unidos a estudiar y fue: “¿Quién soy? ¿Dónde estoy parado? ¿Cómo llegamos hasta acá? ¿Cómo seguimos?”… En ese viaje definí que era con Luli con quien quería transitar esto, que quería ser actor, que había que soltar y sanar.
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Noticias: Su bisabuelo había sido intendente de San Juan, su abuelo era dueño de las Bodegas Graffigna y usted es sobrino nieto de Alfonsina Storni. Tendría la ventaja de que el tema económico no fuese una preocupación.
Barassi: Tuve buena cuna. Mi vieja disfrutó más de los beneficios de ser bodegueros, a mí me tocó el resabio. Cuando pasó lo de papá, ella salió al toro y empezó a laburar en el sistema judicial y mi abuelo materno nos dio una mano importante. Él tenía esa cosa de régimen de a las 21 se come, a las 21:15 se duerme. Pero cuando estaba en “AM” (Telefe), travestido con un personaje a las 9 de la mañana, me mandó un mail diciendo: “Es necesario que te vistas de mujer… No te puedo explicar lo que me divierte”. Yo necesitaba eso.
Noticias: Siempre busca la aprobación de los que más quiere, ¿no?
Barassi: Aparte es mi cuna, soy conservador, un tipo de estructuras. Me gusta el orden, la previsión.
Noticias: ¿Cómo se banca la inestabilidad de la actuación?
Barassi: Ahí aparece mi suegro, un arquitecto importante en San Juan y un artista plástico reconocido a nivel nacional, Carlos Gómez Centurión. Su mecánica me vino muy bien: “Cuando estás en la cresta de la ola, proveete de ahorros”. Me funciona planificar la autogestión y encuentro en Instagram un canal de liberación artístico y una fuente de ingreso.
Desde hace cuatro años, formaba parte de “Nunca es tarde” (Fox), con Germán Paoloski, pero se corrió para apostar al actor. Una decisión zarpada, dice, empujada por su mujer: “Una gran compañera en este quilombo que es vivir. Me propuse alimentar al actor, sentía que estaba descuidado, que en estos años Barassi se hizo más conocido como Barassi y nada más y estoy convencido, porque aparte estudié para eso, que puedo contar otro cuento. Y apareció 'Carcajada salvaje' y no lo dudé, no hablé de plata antes de decir que sí porque estaba buscando un desafío actoral, algo que me incomodara”.
Noticias: Dice que se pone objetivos, ¿qué quiere lograr?
Barassi: Quiero formar una familia, encontré a la persona (N. de la R.: Al momento de la nota, guardaba un secreto que contó en Instagram: ¡va a ser padre! Su hija nacerá a fines de junio). Por otro lado, lo quise ser toda la vida, lo estoy siendo y quiero seguir: amo actuar, lo tengo en la sangre, me enciende.
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Noticias: ¿Qué le pasa arriba del escenario?
Barassi: ¡Todo, se me pone caliente el cuerpo cuando actúo, es físico! Lo único que pretendo es que sigan apareciendo desafíos, que me incomoden, que me hagan crecer. Estar arriba del escenario con Verónica Llinás es como… es una eminencia, un animal de teatro, no sabés lo que es mirarse con Llinás en un escenario.
Noticias: Fuera del escenario, ambos suben videos de humor a las redes.
Barassi: Sí, a Vero la realidad o las injusticias sociales le disparan humor, naturalmente utiliza la realidad para hacer humor y crítica indistintamente de bandera partidaria. Para eso están las Veros. Hay otros que tenemos que hacer humores más empáticos, más livianos, más generales y para eso están los Barassi.
Noticias: Al estar en un momento social de mucha corrección discursiva, ¿se autocensura?
Barassi: Sí, me pasa millones de veces que estoy por hacer un posteo o un comentario en Twitter y sí. Es un momento de cambio de paradigma y está bien que sea así, hay que respetar el proceso que lleva sin perder autenticidad. Es difícil hacer humor con sensibilidad, por eso también estoy atravesando una etapa muy autorreferencial, que también es la base del humor.
Noticias: Habla del personaje Barassi. ¿Qué cree que cuenta?
Barassi: Hay mucho de Darío en Barassi, pero obviamente no estoy todo el tiempo ni tan arriba, ni todo me chupa tanto un huevo. Pero creo que ese Barassi es un tipo empático, sin prejuicios, muy divertido y hay algo de ese mensaje que me copa, es como un canchero también, un relajado, soy un poco así. Arranqué a laburar de notero y en la tele tenés que estar al palo, era muy arriba todo y se fue armando como este bicho que era Barassi.
Noticias: En una entrevista reciente, habló de deconstruir al gordo, siendo que siempre dijo que estaba a gusto consigo mismo. ¿Qué cambió?
Barassi: Es que así como en la vida no me define ser gordo, tampoco me gusta que mi carrera sea solo… O sea, convivo muy bien con eso pero soy mucho más que solamente un tipo que convive bien con su gordura.
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Noticias: Recuerdo que un productor le dijo que nunca adelgazara porque esa era su empresa. ¿Hoy piensa que si adelgazara…?
Barassi: (Interrumpe) ¡Nooo!
Noticias: Si se hiciera una operación gástrica, por ejemplo…
Barassi: Nunca me haría una operación gástrica pero no creo que mi carrera esté determinada por el físico. De verdad no soy un improvisado, tengo herramientas, estudié, me ocupo, soy observador. Podría ser flaco y contar a un gordo, la actuación tiene que ver con eso y ya me empezó a pasar que en las tiras me llaman más para galán, a pesar de verme como me veo, y está perfecto, lo puedo jugar, si de eso se trata actuar. Pero mi límite (con la obesidad) es la salud. Es raro porque me define mucho ser gordo pero es el único aspecto de mi vida que no puedo terminar de domar, me controla un poco, tenemos esta regla de que convivo bien con él pero a veces preferiría minarlo.
Noticias: ¿Cómo es eso de que delante de otros come una tarta de calabaza y que se pierde en la soledad de la heladera?
Barassi: Sí, es terrible. Mi peor escenario es estar solo en casa, hasta es un plan, ahí es donde digo: “No, acá hay algo patológico”. Es una libertad muy poco sana y, como soy un tipo analítico, lo pienso en el mismo momento mientras estoy comiendo. Es un tema que no termino de descifrar. Creo que me río tanto de mi gordura y tengo esta personalidad tan avasallante para evitar que otro lo haga, es un poco una coraza, lo hago desde que tengo cinco años.
Noticias: Justo a los cinco quedó huérfano, ¿tiene recuerdos de esa pérdida?
Barassi: Es el tema mío en la vida, lo hablo mucho con mi mujer, en terapia. De grande empecé a indagar un poquito y ver qué pasaba con eso, me pregunto cómo seré como padre al no haber tenido un modelo o un ejemplo. Siempre tenía esas angustias que no sabés muy bien dónde ubicarlas, me hacían mal las despedidas… Hay algo de ese Darío niño que no había quedado del todo resuelto, tal vez nunca terminé de elaborar esa angustia de haber perdido a mi viejo pero sí aprendí a vivir sin él.
Valeria García Testa
@valgarciatesta
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por Valeria García Testa
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