La regla es infalible: frente a lo desconocido, se reacciona con sorpresa, risa o rechazo. Y eso fue, justamente, lo que sucedió esta semana cuando se viralizaron las fotos del hijo de Alberto Fernández, Estanislao. Las imágenes, en las que posa maquillado y con trajes extravagantes, se replicaron hasta el cansancio con chistes, agresiones y hasta con insólitos análisis pseudopsicológicos. Sin embargo, poco se habló de los universos que habita este joven de 24 años, quien se define a sí mismo como cosplayer, crossplayer y drag queen. Conocido en la noche porteña con el nombre de Dyhzy, amante del animé japonés, ilustrador, militante queer y, ahora también, hijo del sorpresivo candidato a presidente por el kirchnerismo.
A las pocas horas de haberse anunciado la fórmula Fernández-Fernández, comenzaron a circular las primeras fotos de Estanislao. El debate tuitero giró todo el día alrededor de si era trans, gay o bisexual. Él prefirió el silencio y lo primero que hizo fue cerrar su cuenta de Instagram, aunque poco después la volvió a abrir. “Lo abrumó la situación -contó a NOTICIAS alguien que lo suele cruzar en boliches-. Si bien es conocido, esto fue de golpe, masivo y hubo comentarios muy feos”.
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Lo cierto es que ser cosplayer o drag queen no define de ninguna manera la identidad sexual. Se trata de expresiones artísticas de nicho, que tienen sus propios códigos estéticos y que, para el gran público, pueden resultar un tanto desconcertantes. Tanto es así que, cuando se reunieron por primera vez después de diez años Alberto y Cristina Fernández en el Instituto Patria, en diciembre del 2017, la conversación derivó en la familia y el candidato le contó a la ex presidenta acerca de “las locuras artísticas de Estanislao” (sic.), según fuentes del kirchenismo.
Esas “locuras” son la gran pasión de Estanislao, quien comenzó a recorrer estos universos en 2015 de forma gradual. Al principio, sólo le blanqueó a sus íntimos ser un cosplayer (interpretar personajes de animación) pero no dijo nada sobre ser una drag queen (interpretar a mujeres). Sabía, mejor que nadie, lo difícil que puede ser explicarle al resto de qué se tratan estas excéntricas manifestaciones artísticas.
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CV. Estanislao es Tani para sus íntimos y Dahzy en sus múltiples redes sociales. Toda su formación académica y su trabajo giran alrededor de su gran pasión por la animación. Estudió la carrera de Diseño de Ilustración en la Universidad de Palermo, donde fue premiado por dos de sus ensayos: “¿Por qué causa más rechazo lo que más se asemeja a la realidad?” y “Comics, web comics y viñetas en redes sociales del 2014 y 2015”. La institución, además, lo reconoció por un trabajo fotográfico titulado “El poder del maquillaje”.
En la web, además, se define como un “ilustrador indie” y artista digital. Aprovecha al máximo las plataformas para exhibir su habilidad para el dibujo, con una estética basada en el manga y animé. Uno de los personajes más reiterados en sus publicaciones es el de Harley Quinn del famoso film “Escuadrón Suicida”, uno de sus preferidos.
Sin embargo, toda esa información que podría engrosar un buen currículum vitae, no termina de definirlo. Sólo mirando sus fotos se puede entender de qué manera Estanislao profesionalizó su pasión.
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Pasiones. En una entrevista de enero del 2018 publicada en el sitio Nerdro, espacio que también tiene un programa en Radio Éter donde Estanislao es co-conductor y columnista, el joven contó cómo llegó a meterse en el cosplay primero y en el drag, después. Entre el 2014 y 2015 tuvo una novia que era cosplayer y a su vez miraba el programa del ícono drag estadounidense, RuPaul, que repercutió en Estanislao (ver recuadro): “Me quedé como ‘wow, pará, ¿qué estoy viendo?, ¿estos son mujeres o son hombres?, ¿son chicas trans? No entendía el hecho del drag, de vestirse del otro género para crear un personaje. A pesar de no entenderlo ni conocerlo, yo estaba re cebado con que tenía que hacer eso”, contó y agregó que fue recién después de romper esa relación amorosa que logró dar el primer paso.
Cosplay, crossplay y drag queen son conceptos diferentes y el hijo de Alberto Fernández ha logrado convertirse en un experto en estas tres artes.
“Las drag queens pueden ser hombres o mujeres. Es una expresión artística que exagera los rasgos femeninos. Al principio, había una diferencia entre drags queens y transformistas. Las primeras eran bien exageradas y siempre usaban tacos de 20 centímetros para arriba, corsets, rellenos de pechos, caderas. Y las transformistas eran las que imitaban a mujeres y hacían shows de comedias. Pero ahora ya se habla sólo de drags”, cuenta a NOTICIAS Eva Fox, elegida Miss Drag en 2018 y agrega: “No tiene que ver con la identidad de género.
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El drag puede ser un trabajo o una pasión y va más allá de ser chica, chico, gay, lesbiana o lo que fuera. En mi caso es un trabajo y vivo mi vida como chico. Soy bailarín de profesión y sentía que no me podía destacar, que era uno más del grupo. A las mujeres las levantan, son las que hacen los trucos. Eran las cosas que me gustaban a mí y ahí dije ‘voy a trabajar en obras de bailarina'”.
A Estanislao le fascinó la posibilidad de transformarse, de ser “otra”: Dyhzy. Durante un tiempo, compartió esta pasión con su segunda novia, una drag king, pero no con sus padres. En esa misma entrevista, decía al respecto: “A la Comic Con del 2016 en Nueva York fui con mi mamá. Para los que no sepan, mi familia no sabe que hago drag ni que hago crossplay. Saben que hago cosplay pero no que hago drag. Para mí lo saben mis viejos pero se hacen los pelotudos. No les dije por un tema de convivencia”.
La pasión que había “blanquedo”, aunque puede ser un tanto extravagante, es una expresión que no necesariamente pone en debate la sexualidad.
Los cosplayers, cuya denominación viene de la contracción entre “costume” -traje o disfraz- y “players” -jugadores”, son las personas que interpretan a los personajes de películas, videojuegos, series animadas y novelas gráficas. La interpretación requiere tener un vestuario y un maquillaje como el del personaje pero también adoptar sus modos, sus formas de hablar y moverse.
Morena Arias tiene 18 años y se dedica al cosplay hace cinco. Según contó a NOTICIAS, este mundo la enamoró: “Abarca todas las cosas que amo: la costura, el maquillaje, la actuación. Hago comedia musical desde los 10 y cuando vi las performances en el escenario me encantó. Hoy es un hobby pero todo lo que estudio, desde zapatería hasta maquillaje con efectos especiales, me forman para que algún día pueda dedicarme a esto”.
La anécdota de María sintetiza, de alguna manera, la de buena parte de estos aficionados y también la de Estanislao, quien también aprendió costura y llegó a dictar cursos de maquillaje. La estética, acá, lo es todo y llegar a la excelencia le requiere entre una y tres horas de producción. Uno de los secretos que aprendió en el último tiempo es salir siempre con tres pelucas: “Tengo la espalda muy grande y hay que equilibrarlo”, dijo. Entre sus personajes preferidos están Shiro (de la serie animada Voltron) y Harley Quinn (de Batman).
Dentro del cospley, además, hay un subgénero, el crossplay, que implica interpretar a un personaje, pero del sexo opuesto. Estanislao, por ejemplo, un año después de haber hecho de Mario Bross en la Argentina Game Show, decidió darle una vuelta cross.
Noche queer. Tanto los aficionados del cosplay, como las drags, tienen sus propios espacios de pertenencia. En el primer caso, entre los eventos más convocantes en Buenos Aires se cuentan la Animé Expo, la Jigoku, la Magic Meeting (exclusiva del universo Harry Potter), la FantastiCon, la Fairy Fantasy. En Mendoza se hace la MegaCon, uno de los más grandes del país, y en San Luis la Frikipalooza. Por supuesto, también está la versión criolla de la famosa Comi Con, la convención más grande e importante de la cultura pop. En prácticamente todos, Estanislao tiene asistencia perfecta.
El lugar de las drags, al contrario del tono familiar y geek de los eventos de cosplayers, es la noche. Suelen hacer shows en boliches y presencias. Hay fiestas en las que su protagonismo es clave, como la fiesta Ma.Cho y Plop. Son, de alguna manera, espacios de defensa de los derechos queer: “Es una especie de rebeldía a lo impuesto, a cuando nos dicen que los hombres no pueden usar cosas de mujeres. En las marchas del orgullo las drags son un ícono, una figura que la gente busca en las carrosa”, asegura Eva.
Estanislao, por supuesto, coincide y en sus redes o bien en sus espacios virtuales suele referirse a la militancia feminista. En la marcha del orgullo gay del 2016 fue con un cartel que decía: “Nuestra lucha no obedece a la norma”.
En política, Mauricio Macri y Cristina Fernández lo saben a la perfección, los hijos siempre son un buen material de campaña electoral. Provocador, extravagante y desobediente, la pregunta ahora es si Estanislao querrá sumarse y ser la cara de las promesas queer para la victoria nac&pop.
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por Daniela Bianco, Giselle Leclercq
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