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CULTURA | 16-08-2023 15:27

Natalia Zito: “También se tiene derecho a no saber”

La escritora y psicoanalista narra en su ultima novela, “Vos”, la muerte de su padre. Aquí habla de su escritura como un modo de soportar la pérdida.

“Cuando siento que la vida me atropella, la tolero escribiendo”, confiesa la escritora y psicoanalista Natalia Zito en su encuentro con NOTICIAS, a través de la plataforma Zoom. Su espalda está custodiada por una estantería repleta de libros y a un costado, sobre una pared, se destacan numerosos círculos que van del color celeste al negro. Tal vez esas formas, al no tener punto de comienzo o final, representen la unidad, la perfección y el movimiento que la han llevado a continuar, sin detenerse, el camino de la escritura.

Su primer libro de cuentos, “Agua del mismo caño”, publicado en 2014; fue más tarde adaptado para teatro con el título “El momento desnudo”. Le siguió la novela “Rara”, en la que, a través del recurso narrativo del monólogo interior, escrito con ironía filosa y honestidad implacable, descubrimos lo que siente una mujer mientras espera al camión de mudanzas que llevará los objetos de su hogar, tras una separación luego de doce años de convivencia.

Continuó su labor con la ficción “Veintisiete noches”, basada en los hechos que acontecieron en la vida de la artista plástica, millonaria y mecenas del arte Natalia Kohen cuando fue internada por sus hijas, contra su voluntad, en una institución psiquiátrica. Luego vendría el ensayo “Traidores, escribir ficción”, en el que aborda diferentes problemáticas y perspectivas a la hora de narrar historias con material autobiográfico.

Por estos días vio la luz “Vos”, editada por Emecé. Se trata de la continuación de una trilogía en la que está trabajando y donde se sumerge en temas complejos como la enfermedad terminal, la gordofobia, la maternidad y los abusos intrafamiliares.

Con mirada franca, protegida por lentes de diseño, la autora acomoda las ondas de su cabello rubio con una mano, y se entrega serena y distendida a la entrevista.

Natalia Zito

NOTICIAS: ¿Cómo nace la escritura de esta nueva novela?

Natalia Zito: Surgió de una situación personal. Mi papá tuvo leucemia igual que el personaje de “Vos”. Estuvo enfermo dos años y en los últimos meses, a pesar de que el diagnóstico lo teníamos desde hacía dos años, cuando me di cuenta de que se iba a morir, sentí lo mismo que disparó “Rara”: si no escribía no lo iba a tolerar. Esos meses escribí un diario que después se convirtió en esta novela.

NOTICIAS: ¿Es autobiográfica?

Zito: Siempre apelo a la definición de un escritor y psicoanalista mexicano, Serge André, sobre un libro de él, que tiene “cien por ciento de autobiografía más un novecientos por ciento de ficción”. Cuando me puse a trabajar con el diario, una vez que ese material se enfrió un poco, intervine mucho y comencé a pensarlo como pura ficción. Hay mucho de autobiográfico y también de ficción.

NOTICIAS: Me llamó la atención que en la novela hay palabras que no se mencionan. Los personajes no pronuncian “leucemia”, o “cáncer”. ¿Por qué cree que mucha gente tampoco lo hace?

Zito: Pasé por la experiencia de que mi papá dijese con toda claridad: “si tengo cáncer, no lo quiero saber”. Eso me hizo preguntarme, ¿por qué no? Él era un hombre inteligente. Entendí que supo cuidarse de palabras que sabía que le iban a hacer muy mal. Para mí, que soy psicoanalista, ese asunto fue algo que me pregunté bastante. Los médicos suelen decir que el paciente tiene derecho a saber. No se trata de ocultar. Pero a veces los pacientes saben más de lo que uno supone. Llegué al pensamiento, que usé para la novela, que también se tiene derecho a no saber. Al no pronunciar palabras que, de hacerlo, se hubiese muerto antes. Es la misma lógica para pensar el futuro. Transitar el final debe ser sumamente difícil, sobre todo para alguien que tiene ganas de vivir. No se le puede pedir a esa persona que acepte sin más “me voy a morir”, como quien dice “bueno, la semana que viene me voy de viaje”. Se puede transitar solamente si uno se sigue dando la posibilidad de creer en el futuro, como hacemos a diario. Creemos en el futuro a pesar que es algo de lo que no tenemos certeza. Lo encontré en mi papá, y en diferentes novelas, por ejemplo, en la biografía de Clarice Lispector, donde Olga Borrelli, su gran amiga y compañera, cuenta que aun cuando estaban yendo al hospital y ella estaba claramente deteriorada, hacía planes de viajar y de cosas que haría. Era claramente la manera de tolerar eso. Me di cuenta que las palabras pueden sanar, pero también dañar mucho.

NOTICIAS: ¿Sigue atendiendo pacientes?

Zito: Sí. Un día atiendo todo el día y los demás es pura literatura. Doy talleres, escribo, hago todo lo que tiene que ver con la escritura. Es una transformación que vengo haciendo hace muchos años. Era puramente psicoanalista, hasta que en un momento me di cuenta de que lo mío era otra cosa. Ahora hace algún tiempo conviven estas dos profesiones, en armonía. No es que estoy buscando dejar de atender, lo hago mucho menos; pero sí, continúo.

Natalia Zito

NOTICIAS: ¿Es metódica al escribir? ¿Tantas horas por día o la inspiración surge en cualquier momento?

Zito: Tengo un proceso de escritura sumamente caótico. No soy caótica, pero en esa parte mía, que supongo es la verdadera, escribo como por impulsos. No estoy un día entero escribiendo quizá porque no puedo. Tengo hijos chicos y hay que hacer muchas cosas para pagar las cuentas. Es bastante caótico, sobre todo porque el proceso artístico es algo errático. Estoy de acuerdo con la idea de que escribir es un trabajo, pero está atado a un proceso artístico ligado al deseo, y el deseo es algo profundamente errático. No es algo que dominamos. La compuerta se abre y se cierra sin mi control.

NOTICIAS: ¿Escribe en su casa o en cafeterías?

Zito: En mi casa no, es imposible con mis hijos constantemente pidiéndome cosas (risas). Si pienso, muchas veces estoy con mi cabeza en otro lado. Desde que tengo mi madriguera, mi estudio, fundamentalmente escribo acá. En otra época, cuando alquilaba un consultorio solamente para atender pacientes, escribía en los bares de Palermo, Núñez y Belgrano

NOTICIAS: ¿En qué medida aplica sus conocimientos sobre psicoanálisis para la construcción de sus personajes?

Zito: Alrededor de mis diecinueve o veinte años, cuando empecé a leer Freud en la facultad, el psicoanálisis cambió mi manera de existir, de pensar la vida entera. La literatura no es ajena a eso, está tamizada por este asunto. Supongo que tengo un saber sobre cierta lógica, digamos. Si, naturalmente, puedo pensar que un personaje dice determinada cosa y si es lógico, o más o menos lógico, que haga determinada otra. Pero en el momento de escribir no lo pienso teóricamente. Sé que se escribe con el inconsciente. Me entrego a hacerlo de una manera bastante libre.

NOTICIAS: ¿No tiene pautado cómo tiene que reaccionar un personaje?

Zito: Nunca. Sí, en cambio, pienso mucho en los personajes y, como tengo un proceso de escritura lento, suelo estar años con una novela encima. Me voy dando cuenta de cosas quizás bastante lentamente. En ese sentido, es parecido a lo que ocurre con los pacientes. Uno escucha a alguien y a veces lleva tiempo llegar a un punto.

NOTICIAS: ¿Cómo le afectan personalmente el nacimiento y la muerte, los dos temas centrales de su novela?

Zito: Mi experiencia personal me hace pensarlos como que no son opuestos. En realidad, son parte de lo mismo. En el embarazo está tan presente la posibilidad de la muerte en muchos sentidos. Son situaciones de gran fragilidad y vulnerabilidad del cuerpo. En mi novela, esa convivencia entre el padre y la hija me interesaba porque el cuerpo es una de las obsesiones de mi escritura, y ambas dan cuenta de una gran incomodidad. Algo que te crece por dentro y no dominas, va más allá de uno. Lo pensé más por ahí que por hacer convivir dos opuestos. De hecho, la protagonista al principio no sabe bien si lo quiere tener o no. Siente que quizá si no se preocupa se le va a pasar. Tiene que ver con mi manera de pensar el embarazo y, seguramente, con mi propia historia.

NOTICIAS: Ella va describiendo lo que le pasa con el cuerpo y aparecen los recuerdos de cuando le hacían bullying en la escuela por gordofobia…

Zito: El cuerpo, para mí, es como la obligación de convivir con algo que no elegimos. Que seguramente no es de la manera que queremos y, con los años, además, se va tornando cada vez menos de la manera que uno quiere. Están ahí esas dos cosas juntas; el padre que tolera una enfermedad que no quisiera, y eso viene ligado al asunto de la sangre, presente en toda la novela. Está la duda de si ella tiene la misma sangre que él. En qué medida el padre, después de todas las transfusiones que le hicieron, sigue teniendo sangre italiana. No tengo resuelto el tema del cuerpo y trabajarlo en la novela es mi manera de seguir pensándolo. Estoy totalmente de acuerdo con la frase del filósofo francés Jean-Luc Nancy, “el cuerpo es donde se pierde pie”.

NOTICIAS: Llama la atención que en esa situación límite el personaje de la madre le reprocha cosas que han sucedido en el pasado…

Zito: Es que la madre tampoco sabe qué hacer con eso. No sabe cómo manejar el dolor de la futura despedida.

NOTICIAS: ¿Es cierto que uno crece cuando deja de juzgar a los padres? O al revés, ¿cuándo los juzga?

Zito: (Duda) Es que no se trata de juzgar. El juicio implica una asimetría que es la hay que derribar. Cuando uno crece empieza a ver a los padres como seres humanos. Puede darse cuenta de las responsabilidades que deben haber tenido y dejar el prurito de “ay, bueno, es mi mamá, es mi papá”. Pueden caer las investiduras. Ahí se crece. Después, en la realidad, a veces, después de toda esa vuelta, de dejar de ver a los padres como los padres, allá arriba, y verlos como seres humanos, suele mejorar la relación. Si es que los padres lo permiten. Pero no creo que tenga que ver con el juicio.

NOTICIAS: ¿Cómo transforma algo real en ficción?

Zito: Alguna fórmula hay. Tengo una escena que recuerdo porque ocurrió y le hago muchas preguntas. ¿Todos estos personajes son necesarios? ¿Conviene que ocurra esto en este momento o conviene que ocurra después? Empiezo a hacer algo que llamo “distorsión” y que consiste en partir de una escena real, pero ver qué conviene. Esa operación es como despiadada. Si fuese una foto familiar y hay que sacrificar un par de personajes que querían salir en la foto, no me importa (risas). Manda el texto. Si sirve que el personaje esté, se queda y se acepta. También estoy atenta a ver si la forma de funcionar de un personaje hay que exacerbarla o distorsionarla. Es un procedimiento como el de los caricaturistas que agarran un rostro y le agrandan un ojo porque no están buscando que la persona se vea linda.

NOTICIAS: ¿Puede adelantar sobre qué trata su próximo libro?

Zito: Es una novela que va a cerrar lo que inesperadamente, para mí, se reconvirtió en una trilogía. Los tres libros tienen diferentes personajes, pero giran sobre el duelo. En “Rara” está la muerte del hijo, en “Vos”, la del padre; y la que estoy escribiendo es sobre la muerte de una madre.

 

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Jorge Luis Montiel

Jorge Luis Montiel

Periodista crítico de artes y espectáculos.

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