Nunca como ahora la economía argentina había registrado caídas tan pronunciadas. Ni en la crisis de 2001/2002. Una pandemia y su remedio sanitario, la cuarentena, están sometiendo al aparato industrial y comercial a un parate inédito. Y en el medio, la renegociación de la deuda, que iba a ser el principal hito del gobierno de Alberto Fernández para determinar el desempeño económico de los próximos años.
Ahora la reestructuración del pasivo ha quedado en segundo plano, pero sigue siendo clave para el mediano y el largo plazo. También el coronavirus, que golpea el corto plazo, dejará huellas.
El 8 de mayo vence el periodo de tres semanas para que los tenedores de bonos de legislación extranjera acepten o no la propuesta de pago con fuerte quita que les propuso el ministro de Economía, Martín Guzmán. Dos días después vence el plazo al que se ha extendido la cuarentena iniciada el 20 de marzo. Estamos acostumbrados a que el confinamiento se prolongue, con paulatinas liberalizaciones. Veremos si también se extiende el canje de deuda, con leves correcciones de la oferta para atraer más acreedores y evitar el default ante el vencimiento de un bono el 22 de mayo, pese a que el Gobierno de momento niega prórrogas y cambios en la propuesta.
Son días de definiciones que marcarán el devenir de la economía. En NOTICIAS planteamos tres escenarios a partir de la opinión de 32 consultoras y bancos locales e internacionales que participan del relevamiento de expectativas que elabora la firma FocusEconomics.
El primero, el más optimista, que cada vez recibe menos adhesiones, a medida que la cuarentena se alarga, prevé una caída leve de la economía, de entre 2,7% y 3,7%. El banco británico Standard Chartered es el más benévolo con la Argentina, aunque también lo es el Credit Suisse.
La segunda hipótesis, la de mayor consenso entre los economistas, vaticina un derrape de 5,5%, similar al previsto por el Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque las predicciones privadas van desde 4% hasta 6,7%. En este pelotón se encuentran la consultora del ex ministro de Hacienda Hernán Lacunza, Empiria, que prevé un 6,3%; la del ex viceministro del área Orlando Ferreres (-6%); la Fundación Capital, del ex presidente del Banco Central Martín Redrado (-6,1%); el banco estadounidense JP Morgan (-5,8%), el suizo UBS (-4,7%) y el Galicia (-4,3%).
El escenario más pesimista prevé un derrumbe económico de entre 7% y 9,2%, según las últimas actualizaciones de cálculo de los más agoreros. Allí se ubican la consultora del ex subsecretario de Financiamiento Miguel Kiguel, Econviews (-7%), y la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), uno de cuyos economistas jefes es Juan Luis Bour (-9,2%).
Cada pronóstico se basa a su vez en las hipótesis de un acuerdo por la deuda (el primero y el segundo) o el default (el tercero). En ese caso se prevé una cesación de pagos en lo inmediato y un arreglo posterior en el año; o un canje exitoso de ciertos bonos pero no de otros, con lo cual habría algunos incumplimientos próximos.
¿Qué ocurriría con las demás variables? La inflación rondaría entre 34% y 65,5%, aunque el promedio de economistas relevados por FocusEconomics habla de 42,9%. El desempleo subiría del 8,9% de fines de 2019 a entre 10,8% y 15%, con un consenso situado en el 12,7%.
El dólar oficial, que se encuentra en $ 68,50, subiría a fin de año a un rango de entre 71,59 y 115, aunque la mayoría de los pronosticadores habla de 85,14. El déficit fiscal, creciente ante las necesidades emergentes del coronavirus, subiría de 3,8% del PBI en 2019 a entre 4% y 7,5%, con el consenso ubicado en el 5,6%.
El consumo se derrumbaría 2,7% y 11% anual, con un promedio de 6,3%. La inversión, entre 9,1% y 28%. El consenso de economistas habla de 17,7%.
Menos pesimistas. Entre los menos pesimistas, el Credit Suisse prevé una inflación de 40,7%, un dólar oficial a fin de año subiendo apenas a $ 71,59, un déficit fiscal de 5,4%, un consumo cayendo
solo 2,7% y la inversión, 9,1%. Quizá el banco suizo ya esté revisando los números, extensión de la cuarentena mediante, como lo hizo la consultora británica Capital Economics, que en el último relevamiento de FocusEconomics, publicado el 21 de abril, preveía una caída del PBI de 3% y que ahora predice 5%.
Capital Economics, cuyo analista principal para Latinoamérica es Edward Glossop, es una de las que más acierta sobre la Argentina. Ahora prevé una inflación de 45%, un dólar oficial en diciembre a $ 90 y una desocupación de 15%. El consumo caería 9% y la inversión, 18,5%. “El alcance limitado para un impulso fiscal significa que la recuperación en 2021 será débil”, advierte desde Londres Nikhil Sanghani, economista de Capital Economics, sobre la falta de recursos del Gobierno para enfrentar la pandemia. “Puede amortiguar la caída del PBI que las importaciones se contraigan más que las exportaciones este año, por lo que el comercio neto probablemente contribuirá positivamente. Pero un default de los bonos internacionales es muy probable este mayo, ya que el Gobierno y los tenedores de bonos parecen estar en desacuerdo sobre la escala de alivio requerido y las autoridades aún no han anunciado un plan económico claro y creíble”, completa Sanghani.
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