El sistema financiero se complejiza cada día más; surgen continuamente nuevos conceptos y herramientas al alcance de los particulares que requieren mayor esfuerzo y capacitación al momento de organizar las finanzas personales. Muchas veces, puede generar estrés y tensión, especialmente en un contexto económico que presiona y desestabiliza a los individuos. Sin embargo, son grandes las recompensas cuando uno sabe administrarse con consciencia y eficiencia.
El éxito financiero no es necesariamente el mismo para todo el mundo. Para algunos puede significar acumular mucho dinero, para otros adquirir muchos bienes y servicios, o incluso existen quienes no poseen más afanes que el vivir cada día de acuerdo con sus necesidades. Podemos definir el éxito financiero como: la maximización del beneficio con recursos limitados.
Resulta poco tentadora la idea de sentarse a planificar el consumo y ahorro con perspectiva a futuro, pero resulta indispensable en el intento de maximizar los beneficios. En un principio, el planteo de objetivos o metas mesurables es un recurso fundamental para establecer una economía estable y próspera en el hogar.
Retomando la palabra “consciencia”, es interesante resaltar la importancia de tener un autoconocimiento de la propia situación financiera. Organizarse de manera adecuada, estructurada y elaborando panoramas concretos de nuestros propios gastos e ingresos, es una clave que puede ayudarnos a mejorar o regularizar la situación financiera particular de cada persona. Sin embargo, es imposible ignorar que muchas veces el escenario económico que nos compete puede resultar impredecible y complicado. Nos resulta familiar e innegable esta afirmación debido al reciente impacto económico que generó la situación de emergencia sanitaria, con consecuencias claras en prácticamente todos los sectores económicos.
A diferencia de lo que se suele acostumbrar, donde el ahorro es el dinero que “sobra” en el mes, muchos especialistas en la temática, aconsejan establecer un porcentaje de ahorro fijo y, todos los meses o cuando se pueda, separarlo para no disponer de este dinero. Existen muchas alternativas, por ejemplo, destinar una caja de ahorro específica para este fin. Para aquellos que prefieren no tener el dinero a mano, optar por un plazo fijo es una buena elección o también alguna otra opción de ahorro que impida utilizarlo frente a impulsos.
Desde EPB&A, y entendiendo que aún seguimos atravesando tiempos difíciles, analizamos cada caso en particular para poder brindar las mejores opciones de financiamiento a los deudores. Realizamos un seguimiento riguroso, asesorando dentro de las infinitas realidades, la mejor opción para ayudar a que cada cliente en mora pueda solucionar sus deudas.
En resumen, inclinarse por el camino del ahorro, es indispensable para tener una planificación de nuestros gastos que ayudarán, poco a poco, a manejar las finanzas personales de forma exitosa.
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por CEDOC
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