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EMPRESAS Y PROTAGONISTAS | 12-10-2023 12:51

Sexualidad y erotismo en la vejez - BRAND

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El abordaje de la sexualidad en la vejez ha sido una temática marginal muchas veces por desconocimiento, pudor o incluso incomodidad.

Existen múltiples creencias—muchas falaces y acientíficas—que limitan el desarrollo y expresión de la sexualidad, generando que los intereses sexuales de la persona mayor sean subestimados, o incluso ignorados. Pero es importante incluirlo como un factor que se asocia con el bienestar y la salud integral, de las personas en general y de las mayores en particular.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoce que la sexualidad es un aspecto central en la vida humana y que está presente a lo largo de toda la trayectoria vital. Dentro de los factores que la componen, se destacan el sexo, la identidad y los roles de género, la diversidad y orientación sexual, el erotismo, la intimidad, el placer y la reproducción. Esta definición aborda sus modos de expresión a través de elementos cognitivos (pensamientos, fantasías, creencias, actitudes), afectivos (deseos, valores y emociones), y sociales (roles, vínculos, prácticas); los cuales pueden estar presentes, total o parcialmente, y su expresión puede variar según las personas y los contextos culturales e históricos en los que se sitúen.

Por su parte, la erótica describe la variedad de formas en que una cultura procesa la idea de sexo. Puede ser entendida como la concepción, autorización, legitimación y prohibición social de las necesidades psicofísicas asociadas al deseo y la satisfacción sexual; modulando y regulando el goce, teniendo en cuenta una serie de variantes culturales tales como la edad, el género u otros. Finalmente, el erotismo implica la interpretación, producción y apropiación del goce desde una dimensión personal ya que permite representar formas alusivas de lo sexual, conjugando imágenes, afectos y sensaciones.

La naturaleza de la expresión sexual en la vejez refleja la compleja interacción entre el cuerpo, la mente y el contexto social. La creencia acerca de la inadecuación de la sexualidad en la vejez se asocia con criterios que la consideraban con un fuerte potencial patológico.

La concepción que se tenía era que las personas mayores debían abstenerse sexualmente ya que, de no reprimirse, podía dar lugar a la perversión, a la pedofilia, o al riesgo físico, como el morir en el acto sexual.

Otras se focalizan en el ejercicio de la sexualidad como un medio de reproducción y por ello, el coito, se erige como el modelo de la “relación sexual”. Desde este criterio, envejecer implicaría el término de la reproducción, especialmente en la mujer, y que ciertos cambios en las funciones físicas, tales como las dificultades en las erecciones o la lubricación disminuida, se conviertan en barreras ciertas ante la sexualidad.

Finalmente otra de las creencias más firmes es la no inclusión de las personas mayores en los marcos estéticos-eróticos tradicionales, lo que genera un rechazo implícito a considerarlos como objetos de deseo.

Todo este corpus de creencias se transforma en un modelo de control de las conductas y las emociones que impacta en el sujeto que envejece, así como en sus entornos y en los propios profesionales que atienden esta temática.

Intersaberes, Grupo Profesional Educativo: Lic. Del Rosso Julieta; Lic. Elissalt, Lucia; Lic. Ferreyra Luisina; Lic. Marchini Amalia; Lic. Torres Marilda.

 

 

 

 

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