Saturday 7 de December, 2024

EN LA MIRA DE NOTICIAS | 06-05-2020 13:43

Les Fernández, codo a codo y sin barbijo

La cumbre de Olivos entre Cristina y Alberto reavivó la pregunta del millón, en un país encerrado, harto y con miedo.

La pareja que gobierna la Argentina se reunió en la Quinta de Olivos por tres horas, y volvió a concentrar la atención del público atento a la política nacional. No hubo comunicados oficiales sobre lo conversado entre Cristina y Alberto Fernández, pero sí se volvió a enviar el mensaje ambiguo acerca de quién manda: el Presidente le juró a TN que su vice no lo presiona, y también aseguró que él nunca miente. Ambas afirmaciones podrían ser ciertas, simplemente si lo que sucede es que Alberto ejecuta sin chistar el plan maestro que Cristina diseñó desde que lo nombró su candidato presidencial. En todo caso, es cierto que las fisuras que todo el tiempo insinúa la prensa no alineada siguen sin aparecer de modo indiscutible. La extraña pareja, por ahora, conserva intactos sus signos vitales, con una salud que envidia el resto del país.   

 

Aunque en el imaginario colectivo, a uno y otro lado de La Grieta, el gobierno de “les” Fernández expresaría un modelo enamorado del paradigma estatal, el vínculo entre ambos se parece cada día más al que mantienen el CEO de una corporación privada nacional con el accionista mayoritario. Y pensar que el kirchnerismo estigmatizaba -acaso con razón- el liderazgo de Mauricio Macri comparándolo con el del dueño de un hólding, solo que en el rubro de la política partidaria. ¿Cuál es el secreto de la fórmula K?

 

Hace ya unos cuantos años, el incandescente Aníbal Fernández se autodefinió como “duhaldista portador sano”, citando la terminología médica de los especialistas en HIV para usar como metáfora ideológica. Si seguimos la ocurrencia de humor negro anibalista y la trasladamos a la política en tiempos de Coronavirus, podríamos tipificar la estrategia de imagen que llevó a Alberto Fernández a gozar de picos de imagen positivas sin precedentes, en plena catástrofe económica. El Presidente aparece ante la opinión pública, tanto oficialista como opositora, como un kirchnerista “asintomático”: no estaría enfermo de sectarismo (lo cual tranquiliza a la clase media no alineada o exmacrista), pero sigue contagiando, para satisfacción de la tribuna nac&pop. 

 

El misterio sobre la carga viral de Alberto Fernández en el futuro -si se mantendrá o bajará con el tiempo- por ahora le juega a favor al Presidente, pero seguirá manteniendo el alerta sanitario para el ambiente de negocios que precisa toda economía capitalista: y el propio Fernández acaba de declarar que está seguro de que el capitalismo seguirá vigente, aunque mutando de nuevo hacia el Estado de Bienestar por obra y gracia de la pandemia.

 

Como si Cristina fuera la fuente viral cuya circulación conviene administrar, Alberto calcula periódicamente cuál es la distancia social más prudente que debe mostrar respecto de su jefa, para no irritar más los nervios de los K ni de los anti K. Dado que el kirchnerismo piensa obsesivamente en lograr otro triunfo electoral en 2023, el plan obvio es que lentamente nos vayamos contagiando todos de estatismo desesperado. 

 

Mientras la oposición sigue sin encontrar ni el remedio ni la vacuna para detener la enfermedad del despoder de las clases medias, la única salida política a la vista es esperar paralizados a que, a lo largo del período Fernández-Fernández, se vaya diseminando la inmunidad de rebaño. Si esta frontera sanitaria se cruzara y el kirchnerismo puro dejara algún día de contagiar a los factores de poder, a los principales dispositivos de Estado y a las mayorías, entonces sí habrá que ver quién liderará la salida de esta larga cuarentena ideológica que pinta para un par de años: si vuelven a formarse anticuerpos opositores que ofrezcan alternativas de tratamiento confiable al mal nacional del estancamiento, o si el doctor Alberto Fernández queda a cargo de la próxima mutación no K del peronismo en el poder. Por ahora, el plan es taparse bien la boca y la nariz.

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Silvio Santamarina

Silvio Santamarina

Columnista de Noticias y Radio Perfil.

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