Julián Ayestarán, ¿cómo fueron los inicios de la bodega?
La historia arrancó casi por casualidad: buscando una casa de fin de semana, terminamos comprando el viñedo más antiguo de la provincia. El Hoyo nos conquistó desde el primer momento, rodeado de bosques, ríos y montañas. Cerramos la compra firmando las escrituras en el capó de la camioneta.
El predio estaba deteriorado por un incendio y sin infraestructura, pero lo tomamos como un desafío. Con trabajo, esfuerzo e ilusión, lo transformamos hasta convertirlo en lo que es hoy la bodega. Eso sí: todavía no tengo la casa.
¿Cuáles son los servicios que brindan al público?
Hacemos visitas guiadas con degustación. Somos una bodega boutique con seis hectáreas propias donde producimos tintos, blancos y espumantes. Trabajamos Merlot, Pinot Noir, Sauvignon Blanc, Chardonnay y Gewürztraminer, esta última una cepa poco común que queremos fomentar: incluso regalamos brotes a productores locales para aumentar su presencia en la zona.
También ofrecemos servicio de fraccionamiento para pequeños viñedos sin bodega, algo único en Chubut. Y recibimos visitantes con degustaciones y recorridos por nuestros viñedos, combinando vino, paisaje e historia.
¿Cómo se proyectan de cara al futuro?
Queremos seguir creciendo, innovando y apostando por la región. Así surgió nuestro icewine, el primero del país sin congelamiento artificial, gracias a una helada inesperada. También estamos vinificando en ánforas hechas con arcilla de Puerto Madryn, y haciendo pruebas piloto más al sur, en Santa Cruz, para seguir ampliando la frontera del vino patagónico.
¿Cuáles son sus diferenciales en el rubro?
Somos la bodega más premiada de la provincia, con las vides más antiguas aún en producción. Nuestra ubicación también es particular: estamos en zona de cordillera, en el faldeo del Currumahuida, lo que aporta un carácter especial a nuestros vinos.
Además, fomentamos un fuerte espíritu de comunidad con otros productores, y ofrecemos nuestro espacio para que artistas locales expongan sus obras, mezclando vino y arte en una experiencia integral.
Si comenzaran de nuevo, ¿qué harían diferente?
Nada. No porque hayamos hecho todo bien, sino porque de cada error aprendimos muchísimo. Esos tropiezos nos hicieron crecer, mejorar y llegar a donde estamos. A la distancia, entendemos que no hay mejor maestro que el error propio.
Datos de contacto:
Instagram: bodega.ayestaran
WhatsApp: +54(9)2944104027
Mail: [email protected]
por CEDOC
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