Tuesday 15 de July, 2025

ESPACIO NO EDITORIAL | 26-06-2025 04:13

LA PARADOJA DEL CAMBIO: CUANDO LOS SOCIOS DICEN QUE QUIEREN EVOLUCIONAR… PERO BOICOTEAN DESDE ADENTRO

..

Hay un dicho popular que dice: “Nadie pone más palos en la rueda que el que tiene miedo de manejar.” Y si bien suena divertido, en el mundo de las empresas familiares es moneda corriente.

La paradoja del cambio: todos lo quieren, pero nadie quiere soltar el volante.

Hoy te invito a mirar de cerca un fenómeno que vemos una y otra vez en consultoría: familias empresarias que declaran estar listas para transformarse, abrir nuevos negocios, profesionalizar la gestión... pero que, en la práctica, se sabotean solitas desde adentro.

LA PARADOJA DEL CAMBIO: CUANDO LOS SOCIOS DICEN QUE QUIEREN EVOLUCIONAR… PERO BOICOTEAN DESDE ADENTRO

¿Dónde empieza el problema?

Todo arranca con buenas intenciones. Vemos socios que asisten a congresos, hacen cursos, contratan consultores, se sacan selfies, participan de cada evento social  y hablan de innovación con pasión. Pero después… vuelven a la empresa y hacen lo mismo de siempre.

No delegan. No abren la información. No comparten el poder. No revisan sus propias prácticas.

Y, sin darse cuenta, generan un mensaje contradictorio: “Queremos cambiar, pero que nada cambie.”

¿Qué pasa con el resto?

Cuando los dueños boicotean el cambio desde adentro, el efecto dominó es inevitable.

Los mandos medios se confunden: ¿esto era en serio o era solo para la foto?

Los colaboradores bajan los brazos: “¿Para qué voy a proponer algo si total no me escuchan?”

Al final, la cultura de la organización se convierte en un reflejo de estas contradicciones. El círculo vicioso se alimenta: la falta de acción coherente arriba contagia escepticismo abajo, y cualquier intento de cambio termina hundido en la inercia. Se instala el “para qué”, una especie de resignación camuflada de pragmatismo, donde cada nueva iniciativa se mira con desconfianza, como quien ya se quemó varias veces con la misma leche.

La falta de coherencia desgasta. El entusiasmo inicial se va desinflando como globo en fiesta infantil.

Y lo peor es que esto no se da por maldad ni por desinterés, sino por resistencias invisibles, miedos no dichos, estructuras internas (y emocionales) que no se quieren tocar.

¡Pero si son tan ágiles afuera!

¡Sí! Y eso es lo más llamativo. Estas familias suelen ser brillantes hacia el exterior: lanzan productos nuevos, hacen alianzas comerciales, detectan oportunidades con olfato de sabueso. Pero la cocina interna es otra historia:

- No hay reuniones estructuradas.

- La información circula por WhatsApp (y no siempre con todos).

- Las decisiones estratégicas se toman en cenas familiares o la toma uno solo sin discusión previa.

- Nadie sabe bien quién es responsable de qué.

- La información relevante está en interminables tablas de Excel, y con datos poco certeros.

Es como tener un auto de Fórmula 1… pero sin volante.

¿Qué podemos hacer cuando los que frenan el cambio son “los de arriba”?

Como consultor, contador, team coach y coach ontológico (sí, todo eso junto), aprendí que no alcanza con capacitar al equipo, profesionalizar la estructura o hacer un lindo organigrama.

Hay que trabajar con el alma de la empresa, y esa alma está muy ligada a los fundadores o socios principales.

Algunas claves que suelo trabajar:

1. Nombrar lo que pasa (sin culpa, pero con coraje).

Hay que poner sobre la mesa los mecanismos de boicot. A veces con humor, a veces con firmeza. Lo importante es que los líderes puedan verse en el espejo sin disfraz.

2. Abrir espacios de conversación emocional.

Porque debajo de cada resistencia hay miedo: a perder el control, a que los demás “no estén listos”, a que las cosas se les vayan de las manos.

3. Mostrar el costo de no cambiar.

No con amenazas, sino con datos reales: rotación de personal, oportunidades perdidas, desgaste emocional, socios alejados. A veces lo económico despierta lo que el discurso no logra.

4. Trabajar en la coherencia.

Lo que se dice y lo que se hace tiene que alinearse.

5. Ir de a poco, pero en serio.

Pequeños cambios sostenidos en el tiempo generan confianza. Es mejor avanzar lento pero firme, que hacer grandes anuncios sin respaldo.

¿Y los colaboradores?

Ellos lo ven todo. Lo perciben. Lo sienten. Cuando los líderes son auténticos, cuando reconocen sus limitaciones y muestran voluntad real de cambio, el equipo responde. Se genera una cultura de respeto, apertura y posibilidad. Y eso impacta directamente en la productividad y en el clima laboral.

Porque al final, no se trata de cambiar todo, sino de empezar por lo que más nos cuesta: a nosotros mismos…

Mariela del Valle Aguilera

Prager 94 – Villa Carlos Paz – Cba.

www.marielaaguilera.com

Mail: contacto@marielaaguilera.com

IG – LkdIn: @marieladvaguilera

Tel: 353 – 4222409

También te puede interesar

por CEDOC

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios