Friday 19 de December, 2025

ESPACIO NO EDITORIAL | 29-09-2025 08:20

Motivación: la Consigna. *Por Ricardo Brusasca

¿Cómo se motiva a un equipo cuando el entusiasmo flaquea? ¿Cuánto depende del líder y cuánto de cada persona? En este artículo, exploramos la motivación como consigna colectiva.

En los equipos de trabajo, la Motivación no es un lujo: es la consigna que sostiene el movimiento, incluso cuando el terreno se vuelve incierto. No se trata de discursos grandilocuentes ni de frases hechas. Se trata de conectar con lo que nos impulsa, con lo que nos importa, con lo que nos une.

La Motivación tiene dos fuentes: la que nace desde adentro y la que se cultiva desde afuera. La primera es íntima, silenciosa, muchas veces invisible. Es ese fuego que cada persona lleva consigo, hecho de sueños, valores, historia personal. La segunda es relacional: se construye en el vínculo, en el reconocimiento, en la escucha activa, en el propósito compartido.

Como líderes, compañeros o referentes, no podemos “dar” Motivación como quien entrega una herramienta. Pero sí podemos crear las condiciones para que florezca. ¿Cómo? Con gestos simples pero potentes:

• Reconocer el esfuerzo, no solo el resultado. Porque cuando alguien se siente visto, se siente valioso.

• Compartir el propósito. No basta con saber qué hacemos; necesitamos saber para qué lo hacemos.

• Escuchar con presencia. La motivación se oxida cuando no hay espacio para la voz propia.

• Celebrar los logros, incluso los pequeños. Porque cada paso merece ser honrado.

Pero también hay que decirlo: la Motivación no siempre está en su punto más alto. Hay días grises, momentos de duda, cansancio acumulado. Y ahí es donde el equipo se vuelve sostén. Porque cuando uno flaquea, otro puede tender la mano. Porque la Motivación también es colectiva: se contagia, se multiplica, se reconstruye.

La consigna, entonces, no es exigir entusiasmo permanente. Es cultivar un entorno donde la Motivación tenga permiso para existir, para crecer, para renovarse. Donde cada integrante pueda conectar con su propósito y sentir que su aporte tiene sentido.

En tiempos de cambio, incertidumbre o presión, la Motivación no es un accesorio. Es el motor silencioso que nos permite avanzar, adaptarnos, reinventarnos. Y como toda consigna poderosa, se transmite con coherencia, con ejemplo, con humanidad.

Lo viví en carne propia.

Recuerdo una etapa en la que mi equipo venía dando todo, pero los resultados simplemente no llegaban. La frustración se instaló como una sombra silenciosa. Las reuniones eran más cortas, las miradas más esquivas, y el entusiasmo parecía haberse evaporado. Como líder, sentí el peso de esa desmotivación colectiva. No tenía respuestas mágicas, pero sí algo claro: no podía exigir energía, tenía que ofrecer presencia. Empecé por escuchar más, por reconocer el esfuerzo, aunque no hubiera logros visibles, por compartir mi propia vulnerabilidad. Y poco a poco, algo cambió. No fue inmediato, pero la Motivación volvió a aparecer, no como un estallido, sino como una brasa que se reaviva cuando se la cuida. Aprendí que, en los momentos difíciles, el liderazgo no se mide por soluciones, sino por compañía.

Y cuando los resultados no llegan, lo que sostiene es la energía compartida. La Motivación no se exige: se cultiva, se contagia, se multiplica. En los equipos, es la consigna silenciosa que impulsa incluso en los momentos de incertidumbre. Este artículo invita a repensar el rol del líder como facilitador de propósito, escucha y reconocimiento. 

“La Motivación no se puede imponer, pero se puede inspirar. Y cuando se comparte, se multiplica.”

 

Ricardo Brusasca

Coach & Mentor.

@ricardo.brusasca

@seduceatupublico

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youtube.com/@RicardoBrusasca

Tel: 3517507461

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