Luego de una inspección realizada por el Ministerio de Salud de la Nación y efectivos de la División Delitos contra la Salud de la Policía de la Ciudad, Rubén Mühlberger fue detenido y clausuraron su centro médico. Encontraron que vendía fármacos vencidos y que él no estaba habilitado para ejercer la medicina.
NOTICIAS publicó en 2013 una investigación que contaba conflictos económicos y judiciales al interior de la clínica. Además, ya se había puesto en duda la veracidad de sus métodos.
Clínica polémica. Hace siete años, este medio reveló que había una crisis en la administración de bienes de "Klink Mühlberger". En ese entonces, Paula Aballay, la mujer del sindicalista bancario Juan José Zanola había ingresado a la clínica y tenía cada vez más injerencia en el manejo diario de las cuentas y del personal. Aballay y su marido habían sido procesados por asociación ilícita en la causa de la mafia de los medicamentos, donde se los acusó de estafar por una suma millonaria a la obra social bancaria y de administrar medicamentos truchos. Estuvieron presos dos años.
Alejandro Pugliese, ex pareja de Mühlberger y socio mayoritario de la clínica, estaba en contra de su incorporación porque no quería que la empresa quedara asociada con esas controversiales figuras.
Gestión. Ya en 2013, Mühlberger tenía una facturación exorbitante: alcanzaba los 100.000 pesos diarios. El "gurú antiage" se había vuelto muy conocido por atender a estrellas del espectáculo como Susana Giménez, Moria Casán, Marcelo Polino, Cecilia Bolocco, Catherine Fulop, entre otros.
Cuando Aballay llegó al centro de estética como gerenta de Recursos Humanos, comenzaron los conflictos. Ella implementó ajustes en los gastos del personal, reduciendo su número y recortando las horas extra para bajar gastos. “Empezó una suerte de vaciamiento de la clínica. Fijó un cupo diario de pacientes y la atención se deterioró al no incorporar más profesionales. Ella quería mostrarle a Mühlberger que se podía conseguir la misma facturación diaria con menos personal, trabajando en condiciones de mayor exigencia y con menos tiempo de atención para cada paciente”, había confesado una fuente que fue testigo del proceso a NOTICIAS. Además, habían asegurado que hubo persecución al personal y un control hostil sobre sus tareas.
Por otro lado, también hubo desprolijidades en el manejo de cuentas: se había anulado el sistema de gestión contable que permitía al estudio que llevaba la contabilidad controlar los números diarios. Esto derivó en una denuncia judicial presentada por el abogado de Pugliese, Gustavo Frasquet, para pedir el desalojo de la clínica a los fines de poder recuperar su manejo administrativo.
El cuestionado método. La clínica de Mühlberger no tenía especialidad registrada ante el Ministerio de Salud de la Nación. El especialista en estética prometía métodos, sueros y medicamentos que prometían vivir más allá de los 100 años. En ese entonces habían pedido que se investigara si había incluido anfetaminas y aceleradores tiroideos en los comprimidos supuestamente naturales que entregaba a sus pacientes. “Ningún medico que se respete puede decir que con unas gotitas que elabora él mismo es posible alargar la vida. Es un chanta”, señaló en ese entonces un médico con años de experiencia.
Además, muchos de sus pacientes confirmaron e el 2013 que las pastillas se las entregaban allí mismo, en la clínica. Y había un quirófano de baja complejidad que todavía no había sido habilitado, pero que distintos pacientes y médicos confirmaron a NOTICIAS que Mühlberger sí estaba utilizando.
Ahora, y después de asegurar que tenía la "cura del coronavirus", fue puesto en duda nuevamente. Esta vez, autoridades sanitarias comprobaron las irregularidades en su ejercicio médico.
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