Wednesday 17 de December, 2025

SOCIEDAD | 21-11-2025 16:00

Cómo combatir la tormenta de información que causa burnout y falta de foco

El burnout mental afecta a 9 de cada 10 trabajadores. La neuroestimulación abre una alternativa para recuperar equilibrio y claridad mental.

Hay una frase que se volvió recurrente en los consultorios, especialmente entre jóvenes profesionales y trabajadores del conocimiento: “No me puedo concentrar en nada”. La escucho cada vez más. No se trata ya de estrés o de cansancio físico. Hablamos de una mente saturada, que funciona como una computadora con demasiadas ventanas abiertas: lenta, dispersa, al borde del colapso. A este estado muchos investigadores comenzaron a llamarlo infobesidad o directamente tormenta de información. Nunca en la historia de la humanidad estuvimos tan expuestos a estímulos simultáneos y, aunque parezca contradictorio, nunca nos costó tanto sostener una idea.

El agotamiento mental como realidad argentina

En Argentina, el agotamiento se volvió una epidemia silenciosa. Más del 90% de los trabajadores afirma padecer estrés laboral crónico y más de un tercio admite haber faltado al trabajo por agotamiento al menos una vez en el último año. Entre profesionales de la salud, durante la pandemia se registraron niveles de burnout superiores al 70%. La ansiedad, el insomnio, la irritabilidad y la desconexión emocional se convirtieron en síntomas cotidianos. Lo que antes identificábamos como cansancio, hoy se diagnostica como burnout cerebral, una fatiga cognitiva que deteriora la toma de decisiones, la memoria y hasta la capacidad de disfrutar.

La atención humana es finita, frágil y profundamente biológica. Intentar que funcione como un procesador que nunca se detiene tiene costos concretos. Y cuando el cerebro se sobrecarga, su equilibrio se resquebraja.

Tecnología al servicio de la neuroplasticidad

Frente a este escenario, la ciencia comenzó a explorar soluciones que actúan directamente sobre la neurobiología del estrés. El objetivo ya no es solo “descansar la mente”, sino ayudar al cerebro a reconectar y reorganizar sus circuitos. En esa búsqueda, la estimulación cerebral no invasiva se posiciona como una herramienta de apoyo clínico para recuperar foco, motivación y claridad mental. Es una tecnología utilizada hace décadas en medicina, que hoy se enfoca también en el bienestar cognitivo y emocional, trabajando sobre áreas del lóbulo prefrontal que regulan el estado de ánimo, el autocontrol, el sueño y la gestión del estrés.

Exomind

Una nueva alternativa en Argentina

En este contexto, llegó al país EXOMIND, un programa terapéutico basado en la tecnología ExoTMS, una evolución de la estimulación magnética que permite actuar sobre zonas clave del cerebro sin cirugía, sin medicación adicional y sin tiempo de recuperación. La intervención, de apenas 24 minutos por sesión, busca reactivar la neuroplasticidad para devolver armonía a las conexiones neuronales que se debilitan en estados prolongados de sobrecarga.

“Cuando sentimos el burnout tanto en la vida personal como profesional, esta estimulación ayuda a focalizar y recuperar la claridad mental que la ansiedad bloquea”, explica la médica especialista Velia Lemel, una de las primeras profesionales en incorporar el tratamiento. Según datos clínicos del dispositivo, nueve de cada diez pacientes reportaron una mejora significativa en su bienestar mental luego de finalizar el protocolo.

También se observaron descensos marcados del estrés, mejoras notorias en el estado de ánimo, aumento de la energía diaria y recuperación del sueño reparador. La modulación del apetito y la reducción de la impulsividad alimentaria se muestran como beneficios adicionales de una mente más regulada. La tecnología cuenta con aprobación de ANMAT, certificación CE en Europa y reconocimiento de la FDA en Estados Unidos.

La propuesta comenzó a expandirse primero en entornos de alto rendimiento —deportistas de elite y ejecutivos sometidos a gran presión cognitiva—, pero hoy se abre a cualquier persona que sufra los efectos de la fatiga mental crónica y busque recuperar su capacidad de enfoque.

La pieza que faltaba en el bienestar

"Durante años intentamos enfrentar el agotamiento cerebral con más organización, más suplementos, más consejos motivacionales. Todo eso aporta, pero resulta insuficiente frente a una tormenta que se origina en el propio funcionamiento neuronal. El bienestar mental ya no puede ser la pata secundaria del bienestar físico", señala la Dra. Lemel. "Sentirnos enfocados, con energía y con claridad para decidir impacta directamente en la salud, la productividad y los vínculos".

"Creo que el desafío de nuestra época no es acceder a la información, sino defendernos de su exceso. Nuestra atención es el recurso más valioso que tenemos, y también el más hackeado. Protegerla implica dormir mejor, establecer límites digitales, pedir ayuda cuando corresponde y, en algunos casos, acompañar esa recuperación con herramientas que actúen directamente sobre el cerebro", agrega.

La buena noticia es que, aun agotado, el cerebro sigue siendo plástico. Puede restablecer lo que el estrés desconectó. Puede volver a enfocarse, a decidir con calma, a sentir placer y propósito. En una sociedad que nos exige estar siempre en línea, apostar a la salud mental es un acto de autocuidado, pero también una decisión política y cultural. La tormenta de información no se detendrá pronto. Pero la ciencia comienza a devolvernos un paraguas.

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