Friday 3 de May, 2024

PERSONAJES | 15-08-2023 13:43

Muriel Santa Ana: “La salud mental aún es un tema tabú”

La actriz que se lució en tiras y unitarios, vive un presente inmejorable en el teatro con “Votemos”.

“Me preocupa el actual clima meteorológico. Esta era una región donde antes teníamos, bien diferenciadas, las cuatro estaciones del año. Pero ahora pasamos del calor al frío, y viceversa, a veces de forma muy extrema. Y eso influye en nuestra existencia cotidiana, en todos los sentidos”, reflexiona la actriz y cantante Muriel Santa Ana al llegar al encuentro con NOTICIAS, durante una tarde extrañamente calurosa en pleno invierno. De todos modos, irradia bonhomía, cordialidad y se presta solícita a los múltiples requerimientos del fotógrafo. 

Recordemos que su experiencia profesional es verdaderamente atípica, ya que saltó a la popularidad en 2007, a pocos años de cumplir cuarenta, cuando personificó a Grace, la mejor amiga de Lola (Carla Peterson), en la tira “Lalola” de Underground y Dori Media. Algo inusual en un medio que tiende a ponderar en las pantallas a mujeres cada vez más jóvenes. “Lo que pasa es que yo no buscaba trabajo en la televisión porque tenía, tontamente, un prejuicio. Y no me jacto de eso; más bien, me avergüenzo. Yo soy de una generación en la que todavía se decía que la pomada estaba en hacer teatro y que la televisión degradaba”, revela.

Luego, encarnó a la protagonista de “Ciega a citas”, Lucía González, aquella treintañera que lidiaba con el cuerpo, la comida, los hombres y la madre, por la que ganó el premio Martín Fierro como mejor actriz de comedia. Digna hija de su padre, el gran actor Walter Santa Ana, ya fallecido: "Me siento heredera del camino y de la vida poética que llevó”, afirma. Por la casa familiar circulaban artistas, gracias a las fiestas que hacía su madre, Mabel González, especialista en terapias alternativas, separada de su padre. "Invitaba a todo el mundo, todos bailaban y ahí estábamos mi hermana y yo, disfrazadas”, recuerda.

Regresó al teatro para protagonizar grandes obras dramáticas como "La vida es sueño", de Calderón de la Barca, dirigida por el prestigioso puestista español Calixto Bieito, en el San Martín. Mas tarde, en el mismo ámbito, encabezó "Las amargas lágrimas de Petra von Kant", de Rainer Werner Fassbinder, dirigida por Leonor Manso. “He tenido la posibilidad de hacer varios personajes en diferentes géneros, en novelas, en teatro, pero creo que hoy me quedo con mi parte de comediante, será por la edad que tengo”, le dice a NOTICIAS.

Gracias a un indiscutido talento interpretativo, también incursiono en el cine y participó de las comedias "Un cuento chino" con Ricardo Darín, "Mi primera boda" con Natalia Oreiro y Daniel Hendler, y "Mamá se fue de viaje" Diego Peretti y Carla Peterson, entre otras. Formó parte de las series “El Tigre Verón” con Julio Chávez y de “Sandro de América” sobre el recordado cantante. 

Recientemente, se la vio en la miniserie de HBO, “María Marta, el crimen del country”, en la piel de Belén Fanesi, una mujer que inicia una investigación por fuera del poder con el objetivo de demostrar la inocencia de Carlos Carrascosa. Actualmente protagoniza la obra “Votemos”, en el Teatro Metropolitan, acompañada por Agustina Cherri, Juan Gil Navarro, Carlos Portaluppi, Gustavo Garzón, Virginia Lago, Tomás Kirzner, y Alan Daicz, con dirección de Daniel Barone y producción de Adrián Suar. La pieza está basada en el cortometraje homónimo que fue nominado a los premios Goya en 2022 y preseleccionado para la shortlist de los Oscar. Escrita por los españoles Santiago Requejo, Javier Lorenzo y Raúl Barranco, su trama se desarrolla en una reunión del consorcio donde siete civilizados vecinos se congregan para votar el cambio de ascensor. Sin embargo, fuera de la agenda del día, son informados sobre la inminente llegada de un nuevo inquilino, que padece problemas de salud mental, y va a alquilar el departamento de uno de los propietarios, lo cual genera un verdadero cisma. 

Es una comedia dramática que ofrece un interesante debate sobre los límites de la convivencia y la estigmatización. Con mucho humor, agudeza e ironía, nos coloca ante un espejo donde nuestros miedos, estereotipos y contradicciones ya no se pueden esconder. Y donde nuestra aparente tolerancia está puesta a prueba. 

Noticias: ¿Qué le interesó de esta propuesta para involucrarse?

Muriel Santa Ana: Para tomar la decisión de embarcarse en algo que va a ocupar tu vida un período esperablemente largo, aunque nunca se sabe con el teatro, pero uno espera o apuesta, mejor dicho, a que sea así; en mi caso, las razones van cambiando. Aquí, primero tuvo que ver con quien me hizo la propuesta, que fue Adrián (Suar), un productor importante en mi carrera y en mi camino. Si bien siempre estuve cerca suyo por la televisión, tuve la suerte de desarrollar cierta cercanía profesional y también humana. Sobre todo, por haber hecho juntos “Solamente vos”, un programa que él protagonizaba con Natalia Oreiro, allá por 2013 y 2014. Y veníamos conversando, a lo largo de los años, y aparecieron sus ganas de comprometerse con esta obra. Hubo algo de ese compromiso de Adrián con la salud mental, que siempre estuvo en las ficciones de Polka, que me afectó positivamente. Y que era una comedia. Entonces la propuesta fue algo realmente reconfortante para mí. Es la primera obra de teatro que hago post pandemia. Algo de la vitalidad que tiene Adrián como productor, en ese momento me contagió, y todavía hoy me sostiene, y nos sostiene a todos. 

Noticias: Hace poco, tanto el joven actor inglés Tom Holland, como el cantante español Alejandro Sanz, públicamente, confesaron sus problemas de salud mental. En sendos casos, tuvieron una reacción muy favorable por parte del público. Pienso en el argumento de “Votemos”, y para usar un término muy popular por estos días, ¿cree que el tema se viralizó lo suficiente?

Santa Ana: Entiendo desde dónde me pregunta y por eso me interesa hablar del tema. Pienso que la salud mental aún es un tema tabú. Me puedo equivocar, por supuesto. No quiero ser categórica. Pero creo que somos seres funcionales y nos sobre adaptamos a un montón de cosas, nos volvemos funcionales. A una fuerza, a un sistema, a modos de producción en varios sentidos. Producción laboral, producción de vínculos, producción de lo que sea producir algo. Nos volvemos, todo el tiempo, sujetos sometidos a un montón de premisas, de mandatos, y eso deja su huella, su marca, su mella. No soy una especialista en salud mental, pero sí tengo un recorrido, porque siempre me interesó el autocuestionamiento y la búsqueda personal como actriz. Además, por leer desde muy jovencita, sobre otros actores y actrices que hablaban sobre el psicoanálisis o experiencias de hipnosis. Que en algún momento necesitaron bailar, o pintar, o hacer alguna otra actividad, como forma de salir de una situación que se volvía un poco encorsetada o claustrofóbica. Disculpas, mezclo cosas y espero que no se confunda. Es que en mi entorno se hablaba de la fragilidad humana, de la vulnerabilidad, de qué cerca estábamos siempre, de las zonas de angustia. Y me parece que la angustia, a mi humilde entender, está muy demonizada. 

Noticias: Absolutamente.

Santa Ana: Cuando también la angustia tiene dos zonas. Una de las cuales tiene más que ver con motorizar ciertas cosas. Porque en mi caso, las situaciones angustiosas que pasé o paso, tienen relación directa con preguntas que se abren a vacíos. Y de los vacíos siempre viene algo importante; no interesante, importante. Es cuando podemos parar el ruido exterior, la exposición, las demandas, lo superficial y, de pronto, aparece la posibilidad del silencio. Y esas son las zonas de exploración de lo profundo de uno. 

Noticias: Particularmente, en estos tiempos, donde hay una suerte de militancia de la alegría.

Santa Ana: Sí, el positivismo tóxico. 

Noticias: Pareciera que todo debe ser maravilloso. 

Santa Ana: Entre los análisis que circulan sobre esto que menciona, encontré esa categorización que me gustó, el positivismo tóxico. Que está hasta en los almohadones con los estampados “Be happy” o “Keep calm”. Siempre en imperativo, “sé feliz”, “mantén la calma”. La obligación de serlo. Entonces, dónde quedamos todos, dónde queda aquel que un día se siente mal, o un mes, o un año, dos o tres. Porque sí, porque está en una búsqueda. Hablando de lo que entiendo somos sujetos neuróticos, sin una patología o trastorno o discapacidad invalidantes. Estamos como super exigidos a mostrarnos bien y nunca decir “me siento más o menos”, porque inmediatamente la mirada que recibimos es de preocupación. Esto continúa construyendo mandatos ficticios y angustiantes. 

Noticias: Encima, se vive bastante mal.

Santa Ana: Pero no sólo en Argentina. La vida es una zona de lucha. Pero hay que entender la lucha como movimiento vital, porque no hay nada dado de antemano como para que sea positivo o negativo. No es real ese binarismo de la calificación de las etiquetas que, si no está todo bien, entonces está todo mal. También algo que aprendí, hay que hablar del dolor con las personas que saben lo que es. No con todo el mundo se puede hablar de una experiencia dolorosa o de tus angustias o de tus preguntas. No todos tienen que ser interlocutores. Porque, a veces, también hay una suerte de exhibicionismo transformado en queja, que no es lo mismo. Creo que hay que ser más pudorosos. 

Agradecimientos: Hotel Novotel Buenos Aires.

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Alejandro Ullúa

Alejandro Ullúa

Periodista crítico de televisión.

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