En la familia daban por hecho que sería chef porque de chiquita ayudaba a su mamá en la cocina. Pero el prejuicio la llevó por otro rumbo, y estudió Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires. Le fue bien en publicidad aunque le faltaba “meter las manos en la masa”, se sincera Ximena Sáenz. Finalmente, siguió sus deseos primitivos, se convirtió en chef y pasó por cocinas de hoteles y restaurantes y por algunos programas de televisión. Luego de doce años en “Cocineros argentinos” (TV Pública), decidió que era un ciclo cumplido, se despidió y siguió su camino. Hoy es jurado de “El gran premio de la cocina”, en El Trece, escribe su tercer libro y se prepara para dar cursos online. Cálida y conversadora, Ximena también se ocupa de su casa y de su familia: está casada con Martin Sabater (empresario jabonero) y son padres de Nerolí, de 3 años.
Noticias: “El Gran Premio de la Cocina” es un salto alto en cuanto a popularidad, ¿lo pensó?
Ximena Sáenz: Sí, es un programa que se ve muchísimo en el país y también en otros lugares del mundo. Me llegan muchos mensajes y me sorprende. Fue un salto enorme y disfruto mucho de la compañía de Carina (Zampini), Christian (Petersen) y Mauricio (Asta). Estoy reemplazando a Felicitas Pizarro que fue mamá y está de licencia.
Noticias: ¿Cómo es la experiencia de sumarse a un grupo de trabajo que ya funciona muy bien?
Sáenz: Enseguida me sentí cómoda. Ya conocía a Chris y a Mauri porque trabajé con ellos en eventos y habían venido al programa, así que tenía mucha confianza. Y a Cari no la conocía pero pegamos muy buena onda porque es una mujer súper profesional y muy cálida, así que fue muy fácil. Me sentí integrada desde el principio. De todas maneras, estoy haciendo un reemplazo aunque no sabemos todavía cuándo vuelve Feli porque depende de un montón de cosas, sobre todo en el contexto Covid: no podría ir a grabar con el bebé tan chiquito. No hay una fecha definida y mientras vamos avanzando.
Noticias: ¿Le da ansiedad pensar que quizá pronto quede afuera de ese programa y con la incertidumbre de lo que viene?
Sáenz: Para nada. No siento ansiedad porque cuando me fui de “Cocineros…” lo hice con la convicción de que éste iba a ser un año de experimentación. Después de doce años quería tomarme este 2021 para probar cosas nuevas. Y estar en Canal 13 era algo nuevo porque quería ver cómo se trabajaba en un canal con mucha más audiencia. Pero no sabía si me iba a sentir cómoda. Me daba miedo que fuera un compromiso largo.
Noticias: ¿En qué otras cosas está experimentando?
Sáenz: Estoy haciendo un libro de pastelería con editorial Planeta —ya publicó “La hora del té” (Periplo) y “Apuntes de cocina” (Planeta)— y eso me lleva bastante tiempo. Además, estoy armando una nueva web con una plataforma de clases online porque me gusta mucho la docencia. El 2020 habilitó la posibilidad de que para todos sea normal tomar clases online y tenemos seguidores de todo el mundo, lo que permite conectarme con gente que está muy lejos pero se quiere sentir cerca a través de las recetas. Y queremos hacer un podcast, también. Finalmente, hay un proyecto para abrir un restaurante, vamos a ver si se da esta vez. Como dije, es un año de experimentación.
Noticias: ¿Cómo fue adaptarse al mundo de la gastronomía profesional en el que abundan más los hombres que mujeres? ¿Alguna vez fue víctima de acoso o maltrato laboral?
Sáenz: Entré a trabajar con 19 años y a esa edad siempre es hostil arrancar en un lugar donde la gente es más grande. En cocina se da con mucha intensidad porque es un ambiente chico, en general son todos hombres y hay un lenguaje al que quizás no estás acostumbrada. Es un choque fuerte. Empecé en un hotel muy chiquitito donde éramos solamente cuatro personas en la cocina, tres mujeres y un varón. Y en ese sentido, fue bastante amable y cuidado. Lamentablemente lo que sucede en la calle, también sucede en la cocina. Hay muchos chistes vinculados al sexo, y cuando sos chica lo sentís como un acoso porque estás a la defensiva. No estaba acostumbrada, había ido a un colegio de mujeres toda la vida, y fue un shock muy grande. Terminas haciéndote una coraza, y en la cocina me transformaba y era un pibe más. De alguna manera, tenés que cambiar un poco tu personalidad, contestar y ponerte súper ruda. No es mi forma pero tuve que hacerlo, para adaptarme. No está bueno, pero de a poco esto está cambiando. En la calle ya no es gratuito gritarle a una chica, y de a poco eso va a cambiar en las cocinas también. Ahora hay cocinas con más mujeres, y en algunas hay capacitación de género, lo que me parece importante. Se habla más del tema y se ponen nuevas pautas de conducta, qué está bien y qué mal. Quizás hay chicos que no saben que está mal opinar del cuerpo de una compañera todo el tiempo.
Noticias: ¿Quién le enseñó a cocinar?
Sáenz: Veía cocinar a mi mamá y me fascinaba. Nadie en mi familia se dedica a la gastronomía profesional pero la veía cocinar para la familia y quería participar. Siempre sentía mucha satisfacción cuando había podido hacer una receta y les gustaba a mi mamá, mi papá y mis hermanos. Todo el mundo daba por sentado que yo me iba a dedicar a la cocina porque era lo que hacía todo el día, pero en esa época no estaba tan de moda y me daba un poco de miedo. Me gustaba mucho el cine y la tele también, así que estudié Diseño de Imagen y Sonido en la UBA. Es algo que me súper enriqueció, amo haber estudiado esa carrera porque me dio un montón de herramientas que uso hasta el día de hoy, que comunico cocina. Pero extrañaba cocinar, el trabajo manual, meter las manos en la masa, y me decidí a estudiar cocina también en el Instituto Argentino de Gastronomía en Buenos Aires. Hice las dos carreras en paralelo. Mis primeros años fueron un poco caóticos porque trabajaba de las dos cosas al mismo tiempo: en publicidad unos meses, después me metía en un restaurante y así fui probando hasta que elegí el mundo de la cocina desde una mirada de la comunicación. Me encanta tratar de que la gente le pierda el miedo a las recetas y acercar cada vez más adeptos. Y la pandemia ayudó porque mucha gente se acercó a la cocina.
Noticias: ¿Quién cocina en su casa?
Sáenz: Depende del día que vengas a casa. Un día puede parecer “en casa de herrero cuchillo de palo” porque no tenemos nada de ganas de cocinar. Y otro día amaso pastas, hago salsas y postre. A mi marido también le gusta cocinar.
Noticias: ¿Y qué hace una chef que no tiene ganas de cocinar?
Sáenz: Fideos con manteca, o pedimos pizza. Mi marido tiene un proyecto gastronómico que se llama Fútbol Rotisería, hace un plato por fin de semana y lo entrega a domicilio. Es riquísima y cada tanto nos salva. Y otros días cocino yo un montón porque amo cocinar y sigue siendo mi hobby. Mi casa es el lugar donde más cocino y lo sigo disfrutando mucho. Hay días que no tengo ganas y otros que quizá hago tres tortas.
Noticias: ¿Dónde se conocieron una cocinera y un jabonero?
Sáenz: Teníamos mucha gente en común, y una vez me escribió por Facebook y me invitó a cocinar al restaurante de un amigo suyo. No se dio, y un año y medio después nos encontramos por Palermo, empezamos a hablar y así nos conocimos. Ya llevamos 9 años juntos y tenemos a Nerolí.
Noticias: ¿Qué significa el nombre Nerolí?
Sáenz: Es el perfume de la flor de naranja. Mi marido viene de ese mundo, y es una materia prima muy común. Siempre hablábamos de eso y nos gustaba cómo sonaba.
Noticias: ¿Cómo son sus vacaciones? ¿Las acomoda alrededor de visitas a restaurantes?
Sáenz: ¡Sí! Soy una turista gastronómica a full. Es lo único que me importa del viaje. Casi que no vamos a otros lugares que no sean mercados o restaurantes. Los dos somos fanáticos y planificamos el viaje en función de eso. Es una pasión.
Comentarios