Las artes escénicas sufrieron una fuerte caída en el 2020 por efecto de la cuarentena. Su incidencia en PBI de países ricos, como el de Estados Unidos, cayó más de un punto. Y en la vuelta en 2021, se vio una devaluación en los tickets que superó en un 73% a los de 2019. A la par, la apertura de nuevos espacios teatrales cayó un 24, 3%, y solo la intervención estatal salvó a los existentes de la quiebra y el cierre.
Hubo un recorte a la par de casi el 40% de los puestos de trabajo en las grandes plazas teatrales del mundo, pero el regreso en 2021 permitió un rebote importante. Sin embargo, cuando se compara el desempleo en el rubro, pasó del 7,2% en 2019, al 10.3% en 2021.
En ese contexto, no es de extrañar que buena parte de los teatros y productores hayan privilegiado en los regresos del último semestre, una programación tradicionalista, apostando a clásicos y figuras consagradas.
“Las artes escénicas, más que ninguna otra actividad, y los teatros de ópera aún más, por las multitudes que mueven, fueron los más golpeados por los cierres. Luego, los teatros de texto empezaron mucho antes en todo el mundo, y los teatros de ópera recién a fines del año pasado. En ese sentido, ha sido muy acertada la decisión de hacer en 2022 una temporada con clásicos. No es una temporada conservadora, como muchos acusan, sino una temporada muy responsable. No sabemos todavía cómo va a ser el año. Afortunadamente la gente está volviendo. El plan fue una comida complaciente. Estamos en Argentina, hagamos un gran asado, después haremos lo nuevo”, coincide Jorge Telerman, flamante director del Teatro Colón.
“La temporada del 2022 está armada, y la acompañaremos con mucha pasión y entusiasmo, y respetaremos a rajatabla. Pero en la medida de las posibilidades se irá viendo la impronta que tiene que tener esta gestión”, agrega el ex Jefe de Gobierno porteño entre 2006 y 2007.
NOTICIAS: ¿Cómo imagina su gestión?
Jorge Telerman: Aspiro una mirada más contemporánea, ya lo dije. Qué el siglo 20 esté presente; que podamos comisionar ópera o música de partitura argentina; que se promuevan otros artistas y qué cada época esté presente. Aspiro a ser una de esas capas del Colón que futuras direcciones puedan mirar, como yo miro a los que me precedieron. Y que sirva para acercar nuevos públicos, con cosas que sucedan en otros teatros también.
NOTICIAS: ¿Cambia la mirada sobre el Colón?
Telerman: En la institución pública hay un apotegma qué es que uno no se puede dar gustos personales. Y como mínimo, tiene que dejar la institución un poquito mejor que como la recibió. Cuánto más alta te dejan la vara, más alto el desafío. Y en el Colón la vara está siempre alta.
NOTICIAS: ¿Cuánto pesa la tradición en un teatro como el Colón?
Telerman: Hay historia en cada una de las baldosas. A diferencia de otras instituciones tiene muchísimas capas gloriosas. Y eso te permiten disolver rápidamente cualquier vanidad propia. Lo mejor que puedo hacer es honrar esas capas, y traerlas a la contemporaneidad, rescatando los mejores momentos de muchos de mis predecesores. El momento de (Enzo) Valenti Ferro, de (Sergio) Renán, y los mejores momentos de la historia de un país. El Colón recorrer no solo la historia de la modernidad argentina, sino sus mejores sueños.
NOTICIAS: ¿Volver a darle al Colón su lugar de faro cultural?
Telerman: Cuidar la excelencia es cuidar la capacidad del Colón para actualizarse, para seguir conversando con la sociedad. Este teatro tiene algo que tiene muy pocos otros lugares: es un icono inspirador. Y tiene que serlo cada vez más. Tiene que ser ese lugar inspirador, incluso para los que no vienen frecuentemente al Colón.
NOTICIAS: Un aspiracional…
Telerman: Claro. Para una sociedad como la nuestra, con los problemas que tiene, con falta de expectativas, con esa sensación que tiene tanta gente, de que esto ya no da para más. Qué estamos condenados al fracaso como antes pensábamos ilusoriamente que estábamos condenados al éxito. El Colón fue pensado en 1908 como una aspiración absurda, sí leemos las crónicas de esos años. Y mutatis mutandis, se mantiene esa discusión hoy. No era una urgencia en ese momento como no lo es ahora. Pero es una maravilla tener un Colón como lo es también tener un San Martín. Nos empuja a soñar más alto.
NOTICIAS: ¿Por dónde pasan esos sueños?
Telerman: La gestión la buena gestión no es el que tiene las mejores ideas, sino el que tiene la capacidad de ajustarse a las circunstancias para llevar su visión. Podés hacer programación de excelencia contratando grandes elencos del exterior, pero ese fuego artificio no necesariamente mejora la calidad de un teatro. Todos preferimos vivir en un país más próspero, pero aprovechemos este momento para ver cómo promovemos el arte argentino.
NOTICIAS: ¿La crisis económica nos lleva a un bache cultural?
Telerman: Empieza a verse ese bache entre una generación y otra. Cuando hablamos de los jóvenes, yo son muchachos y muchachas de cuarenta y pico. Y ahí hay un gran desafío por ver cómo renovamos a esos artistas, y cómo apostamos desde el Colón para pasar el cedazo, para que surjan nuevos valores entre actores, bailarines y directores de orquesta.
NOTICIAS: ¿Habrá menos talento extranjero entonces?
Telerman: Si no tengo muchos dólares buscaré otros que sean más baratos, y convenceré a otros para que vengan como hice en el 2002. Me tocó entonces una crisis terminal del país, y me tocó hablar con (Daniel) Barenboim para que viniera, y decirle no solamente queremos que vengas, necesitamos que vengas, el país necesita que vengas como fortalecimiento de nuestra identidad, de un país que está roto. La función que hizo acá con la Integral de Beethoven se recordara por décadas, y me da pudor decir por qué retribución ínfima lo hizo. El presupuesto nunca es el limitante para la excelencia del Colón. Y buscar cosas de excelencia del exterior para traer acá, tiene que ser no solamente para el disfrute del público. También para enriquecimiento de los propios elencos. Una cosa es saber lo que pasa en el mundo por las pantallas, gracias a la globalización, y otra cosa es vivirlo.
NOTICIAS: En sentido inverso, ¿está el sueño de exportar el Colón?
Telerman: Lo hicimos en el pasado con el concierto en el Luna Park que fue soldout. Ayer tuve una conversación con unos de los venues más importantes de la ciudad para repetir esas experiencias, que el Colón salga a otros lugares para hacerlo más masivo, en la ciudad de Buenos Aires, pero también en toda la Argentina.
NOTICIAS: ¿Un Colón más taquillero?
Telerman: Los tickets cortados son solo una medida del éxito. Cuando pienso en nuevos públicos, me refiero a la fidelización. Si hacés futsal en el Louvre, se va a acercar el público del futsal, pero no un público nuevo al museo. Me refiero expresiones como el crossover de Flemming Rasmussen con Metallica, o Elvis Costello con la sinfónica de Londres, hay expresiones de la música popular con una perspectiva clásica que solamente se pueden dar en el Colón. Yo hice un (Gustavo) Cerati sinfónico como secretario de Cultura. Grandes músicos populares en formato de cámara … no son un invento mío obviamente. Pero eso no lo ves en otro lado en Argentina. Lo de Fito Páez el año pasado, lo de Fito con Gerardo Gandini hace quince años. Un Gandini a quién seguramente estemos rindiendo tributo el año que viene a diez años de su fallecimiento.
NOTICIAS: ¿Es también parte de la experimentación?
Telerman: El Colón tiene que estar abierto a la experimentación, no solamente en el CETC (el Centro de Experimentación del Teatro Colón), que espero que tenga de todas maneras, una gran vigorización. Ya empezamos a pensar el año que viene, una temporada dónde lo tradicional seguramente esté, pero dialogando y tensionando con el siglo veinte, y esperemos también con el veintiuno. Tener una que sepamos todos, esas arias que suenan y podés cantarlas, pero también lo que nos desafíe.
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