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COSTUMBRES | 26-07-2020 00:44

Harry y Meghan a 120 días del destierro

Cuatro meses después de abandonar sus funciones reales, qué ganaron y perdieron los Duques de Sussex y la Corona con la decisión.

Que si se sube a un auto que gasta mucho combustible, que si se comprometió a honrar a los veteranos de guerra y ahora se mudó a miles de kilómetros de ellos, que si sus palabras son una ofensa (más) a la tradición y a su familia, que si su mujer se suelta el pelo, que si su mujer le tiró un palito a la tradición inglesa, que si en el cumpleaños de ella la familia de origen de él no hará sonar las campanas, que si sacan un libro y cuentan verdades (o mentiras)... Cuando Harry y Meghan de Sussex anunciaron que querían “redefinir su rol” en la Corona –toda una elegancia traducida en “pegaron el portazo”-, alegaron que la intromisión de la prensa en su intimidad había sido detonante. “La familia real respeta y comprende el deseo del duque y la duquesa de Sussex de vivir una vida más independiente como familia, al eliminar la supuesta justificación de 'interés público' para la intrusión de los medios en sus vidas”, dice en la web oficial. Sin embargo, cuatro meses después de la retirada (el 1 de abril se oficializó la salida de ambos de la familia real), la pareja está lejos de conseguir el objetivo y genera cansancio ajeno que todo lo que haga y diga (y no) sea motivo de polémica en la prensa internacional. Harry y sus ciento veinte días para (des) enamorar.

 

Los duques de Sussex

 

Avispero. El 1 de julio, Harry y Meghan participaron de una videoconferencia de la Queen's Commonwealth Trust's, asociación que presiden, con el objetivo de reflexionar sobre el futuro de la Commonwealth a partir del movimiento "Black Lives Matter", surgido tras el asesinato de George Floyd. Cuando uno de los participantes mencionó el legado del tráfico de esclavos transatlántico, Harry se disculpó por lo que consideró el “racismo endémico institucionalizado” y dijo: "No existe ningún modo en el que podamos seguir hacia adelante a menos de que admitamos el pasado, y creo que hay mucha gente que ha hecho un trabajo asombroso a la hora de reconocer ese pasado e intentar corregir aquellos errores. Pero todavía queda mucho por hacer". Fue suficiente para que se multiplicaran los titulares que anunciaban su crítica a la Commonwealth, y por ende, a su abuela y a la Corona.

Uno de los que reaccionó públicamente fue el exsargento Trevor Coult, considerado un héroe en Inglaterra y con quien Harry trabajó en una campaña para evitar el suicidio de veteranos de guerra: “Harry se ha convertido en un completo idiota. Sus comentarios son desagradables. Me alegra de que haya dejado el Reino Unido. Está hundiendo a la familia real. Dice que quiere que lo dejen tranquilo, pero todo el tiempo está haciendo reuniones de Zoom. Quiere llamar la atención", declaró al medio inglés Mirror Online. Otro que no se quedó atrás fue el fotógrafo de la realeza Arthur Edwards: "Criticar la única cosa que la reina aprecia por encima de todas las demás, que es preservar la Commonwealth, es un insulto para ella, sin importar lo que el palacio pueda decir oficialmente".

En medio de esa polémica, el Daily Mail los fotografió saliendo de un edificio en Beverly Hills y subiendo a un Cadillac de lujo, un auto que según el diario británico es altamente contaminante: “Esto sugiere otro error de sustentabilidad de la pareja, que previamente había sido criticada por predicar sobre salvar el planeta y luego por volar alrededor del mundo en un avión privado”.

No sos vos, es ella. A fines de junio salió a la venta el libro “Royals At War: The Inside Story of Harry and Meghan's Shocking Split With the House of Windsor” (“La realeza en guerra: la historia no contada de la separación de Harry y Meghan con la casa de Windsor”). Sus autores, Andy Tillett y Dylan Howard, recolectaron testimonios de amigos y personas cercanas a la pareja y describen a Meghan casi como lo haría una suegra celosa: ella "consigue lo que quiere" y eso implica la suposición de que lleva de las narices a su marido. Según Tillett y Howard, Harry está "abrumado por no estar más cerca de casa mientras la pandemia continúa. Su mayor temor es no estar allí si su abuela muriera". La biógrafa oficial de Harry, Angela Levin, también declaró en la revista británica Tatler que, pese a lo que él diga, ella está convencida de que en realidad “está roto por haber abandonado a su familia, su país y dejado atrás sus conexiones con el ejército”.

 

El duque y la duquesa de Sussex

 

Roberto Devorik, asesor internacional para empresas y personalidades y quien fuera amigo íntimo de la princesa de Gales, subraya que Meghan fue educada en el estilo de Hollywood y eso implica sensación y show. “Un amigo en Inglaterra comparó las escenas de su casamiento en la serie 'Suits' con la boda real y descubrió que hacía exactamente los mismos gestos. Era todo estudiado. Uno se da cuenta de que a Harry lo maneja”, dice y asegura que partiendo de un origen familiar tan distinto, la entrada de la actriz al Palacio de Buckingham fue como si alguien que nunca jugó al fútbol hubiera salido a la cancha como parte de la selección nacional. “Por ahí logra meter un gol pero nunca ganar el partido. Meghan no tiene nada positivo para darle a la Corona”.

Sin consecuencias. La historia de la pareja parece el guión de una película pochoclera en la que el príncipe deja todo por amor. La teoría de Devorik es que Harry es tan vulnerable como su padre: “Camila Parker Bowles es madre y esposa de Carlos porque él es un débil, no supo decir que no cuando tuvo que hacerlo para no casarse con Diana. En el caso de Harry, que es el que más sufrió la muerte de su madre, su debilidad está en la fuerza; es decir, se reveló y se casó con quien le dio la gana y ella es una mujer fuerte. Fue la otra cara de la misma moneda”, analiza.

En realidad, Harry es un personaje de reparto en lo que respecta al futuro de la Corona, porque es sexto en la línea sucesoria: para que él pudiera ser rey tendría que pasar a mejor vida su abuela, luego su padre, después su hermano y más tarde sus tres sobrinos. “Su rol es ser el hermano del futuro rey. Por eso, su decisión no ha tenido consecuencias y ha sido más fuerte para el mundo que para la sociedad inglesa. Su salida ha sido para la Corona como un resfrío leve”, califica Devorik. No es el primer autoexilio: Para que Isabel llegase a ser coronada, antes había muerto su padre que había llegado al trono después de que su hermano, el rey Eduardo VIII, abdicase en diciembre de 1936 para casarse con Wallis Simpson, una actriz estadounidense doblemente divorciada. “Ellos vivieron y murieron en el destierro. Cuando a la Corona algo no le gusta, no lucha en su contra sino que aplica la indiferencia y así logra eliminarlo”, dice Devorik. No parece ser esa la estrategia de la prensa.

 

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Valeria García Testa

Valeria García Testa

Periodista.

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