Resultó un espacio muy propicio. En el edificio del ex Tiro Federal, una construcción racionalista de 1937, la edición número 39 de Casa FOA pudo entregarle a los expositores espacios amplios y luminosos. El resultado es una muestra plena de propuestas diversas, en la que se entremezclan las tendencias y también el estilo propio de los talentos locales. Desde el 15 de septiembre hasta el 16 de octubre, las puertas estarán abiertas en la mayor exposición de diseño y decoración del país.
Una mirada retro
Entre las tendencias que se entrelazan en esta edición, el espíritu retro es un punto fuerte. Puede verse, por ejemplo, en el “Bar de Hotel Boutique” de C’est Moi, donde las arcadas de la construcción fueron el marco ideal para crear un universo art déco, entre terciopelo, muebles curvos y arañas de impacto. Hacia el final del espacio, un bar de mármol de techo a piso despierta suspiros.
Este aura vintage también se respira en el coworking que diseñaron ACID, Marina Christe, Azul Gawianski y Manuela Ihan, una oda al color, al neón y a los guiños lúdicos, como demuestra la pista de bowling al final del espacio. “Es una representación tangible de la evolución de la cultura laboral, donde la innovación, la conexión entre las personas y la comodidad son esenciales”, describen sus creadores. La idea es que trabajo y ocio no deben estar separados, sino que pueden coexistir para impulsar una productividad más fluida.
Entrar a la tienda de PARED es otro viaje en el tiempo. Nidolab fue el encargado de crear un espacio de aires setentosos para esta galería que busca democratizar el acceso al arte, permitiendo que el cliente elija su creación para luego transformarla en cuadro. El naranja, el granito y la elección de piezas con identidad bauhaus hacen soñar con una antigua disquería (pues en ese formato están desplegadas las distintas opciones de obras).
La belleza del art déco también se ilustra en el dormitorio con vestidor que creó Scatola Nera, un ambiente tan íntimo como dramático y sensual, con toques escenográficos y esculturales. Mediante materiales como el vidrio, el terciopelo, la piedra y la madera, se generaron diferentes áreas para diversas situaciones de uso, pero siempre dejando la mirada abierta a todo el espacio. Y el mayor contraste se da en los colores: mientras el área de descanso predomina en negros y detalles metálicos, en el vestidor reinan los tonos claros y cálidos.
Tiempo de calidez
Esta edición también se caracterizó por la creación de refugios cálidos, espacios que proponen pausa y desconexión en medio de la era híper conectada. Un buen ejemplo lo da el color del año, dictaminado por Alba: lugar de afecto, un tono dentro de la paleta de los rosas (en línea con el Barbiecore pero con más serenidad). “Inspirado en la suavidad de las plumas y las sutilezas de las nubes del atardecer, el color del año puede aportar una sensación de estabilidad, calma y amabilidad a nuestros ambientes de casa y trabajo”, detallan desde la marca.
La calidez se aprecia en la cocina y home office de Modulus, de líneas limpias, colores neutros y una estética minimalista. “Quisimos lograr un espacio despojado donde se fomente la claridad mental y la concentración”, describen sus artífices. Para esto fusionaron elementos de diseño clásicos, como una boisserie, con herrajes funcionales y nuevas tecnologías. En la cocina, el sector especial para el café suma sofisticación a otro placer que invita al relax. Y una gran idea para el orden: los paneles utilizados como revestimiento cumplen a la vez de almacenamiento oculto.
Y si algo debe ser siempre un refugio frente al mundo es el cuarto de los niños. Una idea que se refleja en la habitación infantil creada por el equipo de Fontenla: Florencia Basile, Pampita, Oscar Gil y Gisela Beek. Aquí predominan las maderas nobles y la artesanía detallada, con muebles de líneas limpias y clásicas, pero no por eso menos lúdicos: el perchero a medida, la cama con forma de casa, el tobogán y la pared para escalar son algunos ítems que cualquier chico codiciaría.
El espacio de encuentro de Diana Reisfeld logró esta calidez mediante el protagonismo del mostaza, el dorado y el estampado “pied de poule”. El agregado de la naturaleza, otra tendencia preponderante en esta edición, completa la idea.
De vanguardia
2023 también es el año de la tecnología y la inteligencia artificial. En el “coworking space” de María Beatriz González Zuelgaray y Bea Palacio, el foco fue generar un entorno flexible que potencie la creatividad. Se logró con diferentes áreas funcionales y haciendo hincapié en equipamiento inteligente, como las sillas ergonómicas de última generación, los ergopads, los reposapiés y los soportes de monitor regulables de Grupo (a)2. Otro punto interesante es la “bike chair”, una estación con una bicicleta, diseñada para trabajar de manera activa.
Y el espacio interactivo de Delight Studio marca tendencia con su fusión de tecnología y arte. Aquí los materiales cobran vida y propósito. Recibe Alma, un lienzo de acrílico que sorprende con un baile cambiante de luces a partir de los colores de los espectadores. Y una vez dentro, Ecos impacta con cientos de piezas de bronce que imitan la presencia de quienes se paran frente a ella. Lo que resulta es un juego y una coreografía entre la obra y el visitante. Una buena síntesis de lo que puede resultar la visita a esta edición de Casa FOA.
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