Thursday 28 de March, 2024

ECONOMíA | 28-08-2022 00:42

La política económica y la carrera de precios

El reajuste de tarifas y del dólar oficial corren contra una inflación del 90% anual que erosiona el esfuerzo fiscal.

La inflación no es una novedad en la economía argentina, pero la secuencia actual tiene esta vez su rasgo distintivo: las anclas que se eligieron para intentar controlar lo que parecía desbocarse periódicamente, se agotaron por el abuso en su utilización.

La pax cambiaria de agosto, que se intentó instalar como el “efecto Massa” va logrando parte de su cometido: en agosto, el Índice de Confianza del Consumidor que elabora la Universidad Di Tella subió 6,6% con respecto al mes anterior. En la comparación interanual, dicho indicador muestra una variación acumulada negativa de 6,8%. Sin embargo. los niveles en los que se mueve siguen siendo muy bajos: 37 puntos, un 40% más bajo que en los picos de 2015.

Números. Hasta julio, el IPC había subido 46,2% en los primeros siete meses del año y las estimaciones privadas proyectan para agosto un 6,7% apenas menor que el del mes pasado (7,4%), con lo cual estaría en el orden del 55%, que anualizada ronda el 95% anual.

Sebastián Menescaldi, economista jefe de la consultora EcoGo, cree que la inflación de agosto no superará la de julio. “El mayor impacto de combustibles va a ser en septiembre por la fecha de inicio, le falta alcanzar los valores de julio. Igual sigue siendo elevado y sin una causa puntual”, explica.

El otro tema en consideración es el de las tarifas, en un enjambre de valores y segmentos tarifarios que todavía es difícil de comprende y que “solo sirve para evitar la pérdida y algo parecido va a ser el tema en los salarios”, subraya Menescaldi.

Por eso, María Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos sostiene que los anuncios de ajuste (tanto de tarifas como de gasto a través de las normas Decisión Administrativa (DA) 826/2022 que emitió el Poder Ejecutivo esta semana) son insuficientes para cumplir con la meta de 2,5% de déficit primario. “Estimamos que este año las subas de tarifas de gas, electricidad y agua sumarian 0,24% del PBI; los ahorros de la DA sería un 0,2% del PBI. Deberían avanzar más sobre el gasto y por eso ya están intentando generar más ingresos, como el adelanto de anticipo de Ganancias”, agrega.

La dinámica. Las órdenes y contraórdenes para actualizar las tarifas, casi congeladas durante tres años con tasas de inflación acumulada del 250% desembocaron en un reajuste maquillado por la segmentación que fragmenta aún más el mercado, el gran interrogante se plantea a futuro. ¿Cuál será el mecanismo de ajuste en una economía que viaja a una velocidad del 90% anual y con proyección creciente para el año electoral 2023? “Como el esfuerzo resultará insuficiente, la gran pregunta es cómo financiar el déficit fiscal, que sin duda va a seguir impactando en la inflación y, a su vez, presionando sobre el tipo de cambio”, argumenta Castiglioni.

En su estimación, el tipo de cambio oficial seguiría depreciándose más fuerte, por encima del 5% mensual pero no logrará componer el actual atraso cambiario. En el mejor de los escenarios, cree que se puede estabilizar en el nivel actual: algo claramente insuficiente para mejorar el nivel de reservas, en un piso mínimo que da un nulo margen de maniobra para cualquier intento de política proactiva.

Es probable que, en este contexto, las tensiones continúen, agregando un condimento de riesgo adicional: una mayor suba del tipo de cambio, o un mayor déficit terminará por acelerar el proceso, erosionando el ahorro por intermedio del ajuste de tarifas.

La deuda. El otro flanco débil en esta carrera es el tipo de cambio. La elección como una de las “anclas” durante todo el año pasado lo retrasó casi 30%: aumentó 25% contra 53% de la inflación, pero se fue acentuando con la aceleración del IPC este año a pesar de que hubo también un cambio de ritmo en las minidevaluaciones.

La reticencia a un salto devaluatorio que ayude a inyectar dólares por el aumento del saldo comercial tiene su fundamento en que la dinámica podría descontrolarse. Pero también en el perfil de deuda con la que el Gobierno se fue financiando en los últimos meses.

En el último informe de IERAL, su economista jefe Jorge Vasconcelos recuerda que, en los últimos doce meses, el stock de deuda en pesos del Tesoro se incrementó por el equivalente a US$31.600 millones al tipo de cambio oficial. Pasó a ser uno de los temas urticantes y más complejos de resolver en el mediano plazo (diciembre 2023). De hecho, el reciente canje de bonos consiguió aliviar los vencimientos de deuda en pesos de agosto a diciembre de este año en $2 billones, pero al costo de trasladar hacia mediados de 2023 vencimientos por US$15.500 millones.

Los intereses de Leliq y pases se acercan rápidamente a una cifra de $300.000 millones por mes, cuando la base monetaria de agosto se sitúa en torno a los $4,3 billones”, agrega. A su juicio, esto implica que hay una expansión "autónoma" de base monetaria del orden del 7% mensual sólo para pagar dichos intereses, con una perspectiva creciente para el mes próximo.

Justamente por estas razones es que la “guerra contra la inflación” parece estancada en el campo de batalla mes a mes. Para perforar el piso del 6% mensual de aquí a fin de año se requerirá una demanda de dinero estable y una noticia nada agradable: algún indicio del freno en el nivel de actividad, algo políticamente incorrecto en la nomenclatura oficial. Por de pronto, el aumento de las tasas de interés de las Leliqs para evitar la fuga al dólar “financiero” (del 80% al 97% la semana anterior) ya oficia este tipo de remedio “ortodoxo” que se van notando en la desaceleración de la recuperación económica. El índice de producción industrial elaborado por FIEL muestra un crecimiento del 4,1% pero en los siete primeros meses del año, la comparación interanual ya da negativa contra el mismo período del año anterior.

Las demoras y dudas anteriores están pasando la factura ahora, pero más dilaciones alimentarán las expectativas de un ajuste salvaje, no por parte del Gobierno sino del mercado, como siempre, inapelable.

 

 

 

 

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Tristán Rodríguez Loredo

Tristán Rodríguez Loredo

Editor de Economía.

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